Broncas y encontronazos por todos los lados

El Bernab¨¦u, por una vez, se apunt¨® a la moda de las banderas enormes formando olas por el grader¨ªo y el tradicionalmente contenido p¨²blico blanco exhibi¨® una tela de unos veinte metros de largo por diez de ancho con la camiseta del equipo impresa sobre fondo azul.

Mientras, pisaba el espa?olista Carlos Garc¨ªa por primera vez un campo de Primera. Garc¨ªa, un chaval de diecinueve a?os que fue el capit¨¢n de la selecci¨®n espa?ola Sub-16 que qued¨® campeona de Europa en 2000 en Inglaterra debutaba. El zaguero hab¨ªa compartido selecci¨®n con Fernando Torres, del Atl¨¦tico, que fue el m¨¢ximo goleador de aquel torneo. En aquel equipo tambi¨¦n jugaban Melli del Betis o Iniesta del Barcelona. Garc¨ªa, un chico t¨ªmido y responsable, debut¨® en primera nada menos que con la misi¨®n de vigilar a Ra¨²l. El canterano, dentro de la mara?a defensiva tejida por Clemente, se encarg¨® de convertirse en la sombra del 7 madrile?o. El p¨²blico, vigilado por las dos enormes gr¨²as amarillas que sobresalen del costado del estadio, recibi¨® al equipo blanco con muchos aplausos en un ambiente festivo, especialmente aplaudieron al n¨²mero 23, a Beckham, que comparti¨® centro del campo con Guti. Aplausos que se transmutaron en ?uys! con la primera falta que sac¨® el ingl¨¦s que poco a poco se fue diluyendo. Despu¨¦s, seg¨²n pasaban los minutos, los 75.000 espectadores que casi llenaron el estadio se fueron quedando sin fuelle. Tanto que el estadio se qued¨® en silencio con la intermitente excepci¨®n de los hinchas situados en el fondo sur, que tambi¨¦n mostraron una pancarta de queja por los elevados precios de las entradas en los estadios que visita el Real Madrid: "Villarreal, Valencia, M¨¢laga... hagan juego, en Vigo ?90 euros?".

Mientras tanto, en el campo, Michel Salgado saltaba de encontronazo en encontronazo con los jugadores del Espanyol. Primero fue un codazo que le propin¨® el lateral Wome y que le dej¨® tendido en el suelo. Un poco despu¨¦s una entrada muy fuerte tambi¨¦n de Wome. Y, finalmente, un rifi rafe con Ra¨²l Molina. Wome, muy combativo, tambi¨¦n protagoniz¨® una dur¨ªsima entrada en el segundo tiempo a Guti.

En el banquillo, Carlos Queiroz apenas mov¨ªa un m¨²sculo y permaneci¨® en la misma postura y con la misma cara casi todo el encuentro, incluso tras marcar Ronaldo el primer tanto para su equipo. Mientras Javier Clemente, con los brazos apoyados en la cadera y el semblante preocupado, no paraba quieto y gritaba constantemente a su defensa que no reculase tanto.