El embargo divide a EE UU
El debate sobre el futuro de las medidas contra Cuba enfrenta en Miami a los dos sectores
Dwight Eisenhower era presidente cuando Estados Unidos impuso el embargo a Cuba hace 43 a?os y sus nueve sucesores lo han mantenido contra viento y marea. Pero ?por qu¨¦?, si la Guerra Fr¨ªa ya no existe y el objetivo principal, Fidel Castro, sigue intacto. "Porque ning¨²n presidente ha querido arriesgar el bloque de votantes cubano de Florida haciendo cambios", explicaba William Rogers, ex subsecretario de Estado, durante una conferencia contra el embargo este fin de semana en Miami, celebrada simult¨¢neamente junto a otra a favor, que encabezaba el actual subsecretario de Estado para Latinoam¨¦rica, Roger Noriega.
Noriega hizo una novedosa justificaci¨®n del bloqueo comercial: "Ha servido para evitar que el r¨¦gimen, al no tener recursos, se metiera en los asuntos internos de otros pa¨ªses; para evitar que propagaran la insurgencia en los pa¨ªses democr¨¢ticos vecinos". Reiter¨® asimismo el compromiso de George W. Bush de mantener la presi¨®n para ahogar econ¨®micamente a La Habana y fomentar la disidencia interna. No hay en el horizonte ni un atisbo de cambios. "Este -afirm¨®- es el peor momento para hacer concesiones unilaterales", refiri¨¦ndose a la reciente represi¨®n de opositores en Cuba.
Las intervenciones de Noriega y los hermanos congresistas D¨ªaz-Balart, en un bando; y en el contrario, de Rogers, el general John Sheehan (ex jefe del mando Atl¨¢ntico de la OTAN) y del ex presidente Mija¨ªl Gorbachov, convirtieron el hotel Biltmore, de Miami, en escenario, una vez m¨¢s, del permanente duelo dial¨¦ctico sobre la pol¨ªtica de Estados Unidos hacia Cuba. El Gobierno y los exiliados que lo secundan para reiterar que tienen la sart¨¦n por el mango y los disidentes para demostrar que la pol¨ªtica sobre el bloqueo ya no es el monopolio del sector ideol¨®gico conservador, sino que forma parte de un creciente movimiento. A este ¨²ltimo se sum¨® el jueves el poderoso senador republicano Richard Lugar, jefe del comit¨¦ de relaciones exteriores del Senado que antes ocup¨® el ultraconservador Jesse Helms, copatrocinador con Dan Burton de la ley de refuerzo del embargo.
A medio camino entre ambos polos opuestos se situ¨® el director del Human Rights Watch, Jos¨¦ Miguel Vivancos. "El embargo ayuda a Castro, no a los disidentes. Pero al mismo tiempo su suavizaci¨®n no va a promover un cambio en Cuba. El Gobierno no va a dejar de encarcelar disidentes porque lleguen turistas americanos, se necesita una presi¨®n multilateral. Lo que m¨¢s teme Castro es que Estados Unidos se al¨ªe con Europa y Latinoam¨¦rica en defensa de los derechos del pueblo".
Unas 260 personas participaron en el seminario patrocinado por la Universidad de Miami, partidarios del bloqueo hasta que Cuba inicie reformas democr¨¢ticas, y m¨¢s de 300 en la Cumbre Nacional sobre Cuba, que concluy¨® con un discurso de Gorbachov abogando por el levantamiento sin condiciones del embargo para estimular las inversiones. "Estados Unidos necesita una perestroika", afirm¨® el ex mandatario sovi¨¦tico. "La transici¨®n en Cuba no se puede hacer con m¨¦todos a lo cowboy".
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