La rebeli¨®n del territorio
El PHN ha enfrentado al Gobierno catal¨¢n con las comarcas del Ebro, un feudo hist¨®rico de CiU
A finales de d¨¦cada de los ochenta, el plan de residuos levant¨® contra el Gobierno de Converg¨¨ncia i Uni¨® (CiU) a los agricultores de la Conca de Barber¨¤, contrarios a convertir sus municipios en un macrovertedero. El pulso se llev¨® por delante a la mayor¨ªa de alcaldes nacionalistas de la zona y dej¨® abierta una herida en aquellas comarcas que a¨²n no est¨¢ cerrada: olvidada la guerra por el plan de residuos, el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, abandona su mandato con un nuevo conflicto popular abierto en el que el medio ambiente es el caballo de batalla: las comarcas del Ebro, feudos de CiU, se niegan a ceder m¨¢s agua.
Ahora, el helic¨®ptero del presidente no ha sido apedreado, pero los militantes antitrasvase, que no perdonan que CiU firmara el Plan Hidrol¨®gico Nacional (PHN) impulsado por el Gobierno del PP, llevan tres a?os haci¨¦ndole pisar una ca?er¨ªa anudada y pintada con sal (s¨ªmbolo de la que ascender¨¢ desde el mar por el r¨ªo si ¨¦ste sufre m¨¢s detracci¨®n de agua) en el asfalto cada vez que pone un pie en las comarcas del Ebro.
"Jordi Pujol tiene una concepci¨®n desarrollista, en la que el progreso pasa por encima de la naturaleza", afirma Narc¨ªs Prat, de la UB
La ira por el apoyo de Pujol al PHN no proviene s¨®lo de los ciudadanos de a pie. Un gran n¨²mero de cient¨ªficos -entre ellos Pedro Arrojo, de la Universidad de Zaragoza y reciente premio Goldman de medio ambiente- ha alertado de las graves consecuencias que el trasvase supondr¨¢ para el ecosistema fluvial y para el parque natural del delta del Ebro. El catedr¨¢tico en ecolog¨ªa de la Universidad de Barcelona Narc¨ªs Prat, autor de un estudio sobre las consecuencias de la detracci¨®n de los 1.050 hect¨®metros c¨²bicos al a?o previstos en el PHN, asegura que la acci¨®n de los gobiernos de Pujol en medio ambiente equivale a la propia noci¨®n de ¨¦ste al respecto: "[Pujol] tiene una concepci¨®n desarrollista, en la que el progreso supone pasar por encima de la naturaleza", afirma. Y a?ade: "Hace a?os que le pregunt¨¦ a Pujol por el delta del Ebro y ¨¦l s¨®lo dijo que era un territorio pobre y que lo importante eran las personas".
Bajo esta premisa, el Gobierno de Pujol suscribi¨® el Plan Hidrol¨®gico, y su actuaci¨®n fue defendida por los suyos a capa y espada. Primero, alegando que la mediaci¨®n de CiU consigui¨® establecer medidas reguladoras y condicionantes a la detracci¨®n de agua, adem¨¢s de un plan para el delta del Ebro que significar¨ªa la aportaci¨®n de millones de euros. Y segundo porque, dec¨ªan, dichas medidas permit¨ªan, de hecho, paralizar el PHN dado que dejaban al arbitrio del Gobierno catal¨¢n la fijaci¨®n del caudal m¨ªnimo medioambiental, que resultar¨ªa incompatible con los hect¨®metros que se trasvasar¨¢n.
Finalmente, el pasado julio se present¨® el plan ideado por el Consorcio para la Protecci¨®n Integral del Delta del Ebro (CPIDE), presidido por CiU y dirigido por representantes del PP. Elaborado por 40 expertos, cifra en 560 millones de euros las inversiones para realizar en 10 a?os en el tramo final del r¨ªo Ebro y en el delta. Incluye operaciones destinadas a mejorar la calidad del agua, evitar la subsidencia y el avance de la cu?a salina y para la mejora de los cultivos en la zona. Pero no se?ala el caudal m¨ªnimo medioambiental y lo deja para mayores estudios. A esto ¨²ltimo se han aferrado los dirigentes de CiU para denunciar ahora el plan, romper el supuesto pacto en el Consorcio y apoyarse en su mayor¨ªa num¨¦rica en el organismo para devolver el plan por donde hab¨ªa venido, todo ello a escasas semanas de las elecciones. "Hoy el r¨ªo no tiene suficiente agua y el Gobierno tiene que escuchar a las comunidades aut¨®nomas", explica el presidente del CPIDE, Francesc Sancho (CiU), quien se ha visto obligado en estos tres a?os a dar la cara por el Gobierno catal¨¢n como delegado en las convulsas comarcas del Ebro. Una figura creada al calor del PHN y que ha tenido que lidiar contra la crispaci¨®n popular provocada por el plan, la propuesta de implantaci¨®n de una gigantesca central de ciclo combinado de gas de la multinacional Enron, y el mapa que permit¨ªa la implantaci¨®n de centrales e¨®licas en las inmediaciones de los espacios naturales.
Los tres aspectos, relacionados con el medio ambiente en una zona productora de energ¨ªa -alberga dos de las tres centrales nucleares de Catalu?a- y de agua, pero escasa receptora de riqueza. Si el PHN se encuentra al borde del marasmo jur¨ªdico (seg¨²n amenazan los convergentes) y Enron tuvo que renunciar a implantarse en M¨®ra la Nova fruto de la oposici¨®n popular, el mapa e¨®lico, otra apuesta del Gobierno de CiU, tampoco goza de buena salud.
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