Schwarzenegger promete limpiar la pol¨ªtica de California
El actor se muestra seguro de su victoria
"?Y ahora, dadme esas escobas! ?Estamos aqu¨ª para limpiar la casa, para barrer la burocracia! ?Y estamos aqu¨ª, en primer lugar, para barrer a Gray Davis!". Arnold Schwarzenegger, escoba en mano ante 4.000 seguidores, cerr¨® el domingo su recorrido en autob¨²s por California ante el Capitolio de Sacramento, la C¨¢mara que quiere limpiar. En una tribuna convenientemente llena de mujeres, el actor habl¨® como ganador, a pesar de que las acusaciones de los ¨²ltimos d¨ªas han tenido su efecto en los sondeos.
"Si Arnold cambia las cosas, estupendo. Si no, que venga otro. Pero Davis, fuera".
La carrera est¨¢ m¨¢s apretada: en la primera pregunta que hoy deben contestar los californianos (?quiere que se vaya el gobernador Gray Davis?), el s¨ª tendr¨ªa un 54%; en la segunda (?qui¨¦n quiere que le sustituya?), Schwarzenegger estar¨ªa en el 37%, frente a Cruz Bustamante con el 29%.
"?Hey, Arnold, es mi cumplea?os, hazme un regalo: echa a Davis!". Mary Bremauer es la mujer que lleva este cartel y que le apoya "porque es el ¨²nico que puede ser ¨²til para California, y aunque no es un pol¨ªtico, est¨¢ rodeado de gente inteligente y lo har¨¢ bien y la econom¨ªa ir¨¢ mejor". No le preocupan las acusaciones sobre su turbulento pasado: "?Por qu¨¦ no las hemos o¨ªdo antes? ?Justo ahora! Eso no es m¨¢s que la politiquer¨ªa sucia de Davis. Adem¨¢s, mire, yo creo que el presidente Clinton, la verdad, puso el list¨®n muy alto en cuanto a las relaciones impropias con mujeres... No es f¨¢cil sobrepasarlo. Y son cosas de hace 20 a?os. Adem¨¢s, las mujeres no somos ni?as peque?as. Si pas¨® algo, es porque m¨¢s de una persona quiso que pasara".
Si todas las californianas pensaran as¨ª, Schwarzenegger estar¨ªa salvado. Pero no es el caso. "Arnold, el cochino", reza otro cartel casero con el dibujo apropiado a la leyenda. Laurel C¨¦spedes explica en ingl¨¦s su lema escrito en espa?ol: "?Por qu¨¦? Porque es un tipo muy desagradable... No creo que deba ser gobernador un hombre que tiene las opiniones que ¨¦l tiene de las mujeres. ?Que su mujer le defiende? ?C¨®mo no, si es su mujer!".
A pocos metros, en la esquina de los jardines del Capitolio en la que se concentran unos 200 seguidores de Davis, Brooke Helpe, de 23 a?os, es la que m¨¢s se apasiona: "?Arnold es un racista y un sexista! No queremos que venga al Capitolio y elimine los derechos de las mujeres. ?Es malo para la gente de color, es malo para las mujeres: no cree en sus derechos, s¨®lo en meterles mano!".
De vuelta a los caladeros de Arnie; un hombre de mediana edad flanquea el pasillo que est¨¢ a punto de recorrer el candidato para llegar a la tribuna. Es un empresario que empu?a las cuatro escobas que ten¨ªa en su casa: "B¨¢sicamente, las cuentas del Estado est¨¢n descontroladas, y eso es muy malo para la econom¨ªa. Creo que hay que subir un poco los impuestos, pero sobre todo hay que controlar mucho los gastos. Y tenemos que tener a alguien que sea fiscalmente responsable. El gobernador Davis no tiene ni idea de lo que se trae entre manos, no ha manejado bien nada...". ?Y lo har¨¢ Schwarzenegger? "Bueno, lo va a tener dif¨ªcil, porque no controlar¨¢ a la mayor¨ªa de la C¨¢mara... Pero siempre ser¨¢ mejor que lo que tenemos: el gobernador ha hecho un trabajo horrible; por eso, dos millones de personas firmaron esta petici¨®n de convocatoria de elecciones".
"?Vamos a devolver al Estado m¨¢s importante del mundo la posici¨®n que ten¨ªa!". Schwarzenegger ya est¨¢ ante el micr¨®fono. Familias enteras -sobre todo, la Am¨¦rica blanca, con notable presencia hispana y asi¨¢tica, y muy contados negros- le aplauden, agitan carteles y gritan su nombre. El actor hab¨ªa llegado poco antes en su autob¨²s especial -de d¨ªa, la campa?a; cada noche vuelve en su avi¨®n privado a dormir a su casa de Pacific Palisades, cerca de Los ?ngeles- y, sin miedo a los adversarios, empez¨® su recorrido de 400 metros aguantando gritos y abucheos. Pero enseguida llega a territorio amigo.
Contraste fuerte en la impecable pradera con palmeras, pinos y robles que rodea el Capitolio neocl¨¢sico -construido en 1860-, entre la indignaci¨®n que despierta en algunos y la admiraci¨®n que su celebridad causa en otros. Una profesora jubilada, Joan Ostermann, define bien la incertidumbre de esta elecci¨®n: "Creo que Schwarzenegger tiene un acento simp¨¢tico, pero... no tiene experiencia de gobierno. Somos el Estado m¨¢s poblado de EE UU y esto es un poco... es muy entretenido, pero es un circo... Aqu¨ª estamos, votando por un hombre que tiene mucho atractivo personal, pero ?pensar que tiene que resolver problemas y que no tiene experiencia! Habla bien, tiene mucha personalidad, es atractivo, pero, Dios m¨ªo... Y es tremendo, cu¨¢nta gente le apoya... Parece que va a ganar...".
Sin duda, la personalidad atrae y facilita la tarea de los que venden camisetas en las que pone "Hasta la vista, Gray Davis". Pero hay puntos de vista muy pragm¨¢ticos y radicales, como el de Caron Valleen: "Lo que dicen de ¨¦l no tiene nada que ver con que sea buen o mal gobernador. Necesitamos a alguien que se ocupe de las cosas, aunque no sepa mucho de pol¨ªtica: los pol¨ªticos tienen sus intereses. Estos que apoyan a Davis han tenido mucho tiempo para arreglar las cosas y no han hecho nada. ?Qu¨¦ ganamos con que siga Davis? Necesitamos a Arnold o a otro que se ocupe de nuestros problemas: el dinero se nos va por la ventana y los impuestos nos entran por la puerta. Y yo lo s¨¦ bien, que me acabo de divorciar. Si Arnold cambia las cosas, estupendo. Si no, que venga otro. Pero Davis, fuera".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.