Estudiar en un parque de atracciones
Universidades de EE UU crean grandes centros de ocio para sus alumnos
?C¨®mo? ?Qu¨¦ la universidad no tiene ni jacuzzi ni discoteca ni acuario ni servicio de manicura ni pista de hielo? Pues no interesa. Los estudiantes estadounidenses se han vuelto muy exigentes a la hora de elegir facultad, pero sus criterios de selecci¨®n son cada vez menos acad¨¦micos. En un pa¨ªs donde una carrera universitaria puede costar tranquilamente 100.000 d¨®lares, los centros est¨¢n dispuestos a satisfacer todos los caprichos y exigencias de sus clientes y ofrecerles las instalaciones m¨¢s lujosas. La competici¨®n ha llegado a extremos insospechados.
Antes bastaba con tener una buena biblioteca, un laboratorio ultramoderno, una pista de atletismo, un clima agradable y la proximidad de un gran centro urbano. Ya no es el caso. Las universidades, sobre todo las de menor reputaci¨®n, han decidido recurrir a otros alicientes. "Los estudiantes quieren quedarse impresionados", comentaba al New York Times Michael Livingston, vicerrector de la Universidad de Cincinnati.
Para financiar estos lujos, los centros se han endeudado considerablemente en los ¨²ltimos meses
Es una cuesti¨®n de dinero y movilidad. Estudiar en Estados Unidos es una inversi¨®n y el aspirante a universitario est¨¢ dispuesto a mudarse al otro extremo del pa¨ªs para sacarle el mayor rendimiento. Normalmente los padres empiezan a ahorrar cuando nacen sus reto?os, con la vaga esperanza de que lleguen hasta la facultad. Muchos j¨®venes tambi¨¦n recurren a cr¨¦ditos desorbitados, sabiendo que deber¨¢n hipotecar sus primeros a?os de vida profesional pagando la deuda de sus inversiones acad¨¦micas. As¨ª que, puestos a pagar, por lo menos que se lo pasen bien.
El resultado es que los campus se parecen cada vez m¨¢s a parques de atracciones y hoteles de lujo. Los estudiantes de la Universidad de Winsconsin, en Oshkosh, tienen acceso a masajes, manicuras y pedicuras. Los de la Universidad del Estado de Washington se jactan de tener el mayor yacuzzi de la costa oeste (53 personas).
La Universidad de Houston acaba de gastarse 53 millones de d¨®lares en un "centro de bienestar" que incluye un muro de entrenamiento para la escalada. "Todo el mundo dice que se parece a un balneario", comentaba Kathy Anzivino, la encargada de coordinar las actividades del campus.
La Universidad de Indiana, en Pensilvania, tiene un simulador que recrea las colinas de 52 campos de golf de todo el mundo. La vecina universidad estatal cuenta con dos salas de baile, tres galer¨ªas de arte, una sala de cine con sonido digital y un gigantesco acuario de agua salada con un amplio despliegue de corales de todo el mundo. La de Cincinnati se va a gastar 200 millones de d¨®lares en algo muy parecido a un centro comercial donde se podr¨¢ tomar caf¨¦ en sus muchas terrazas.
La Universidad de Ohio se ha gastado 140 millones en un complejo deportivo de 65.000 metros cuadrados, donde se dan hasta clases de pirag¨¹ismo y rafting. Se quedar¨¢ peque?o si la Universidad de Misisip¨ª del Sur se lanza a construir un miniparque acu¨¢tico, con cascadas y un r¨ªo artificial y algo llamado cama mojada, una superficie plana de agua donde los estudiantes pueden tomar el sol sin padecer los efectos del calor.
"Es como una carrera armamentista", aseguraba Clare Cotton, presidente de la Asociaci¨®n de Institutos y Universidades Independientes de Massachusetts, "sigue el mismo razonamiento. Desde fuera parece algo completamente loco, pero pensamos que es necesario".
Para financiar estos lujos, las universidades se han endeudado considerablemente. En los primeros trimestres de este a?o, las facultades p¨²blicas y privadas habr¨ªan emitido bonos por valor de 12.000 millones de d¨®lares, un 22% m¨¢s que el a?o pasado y tres veces m¨¢s que en el a?o 2000. Los nuevos gastos han repercutido en el coste de la ense?anza. Pero los estudiantes, que a trav¨¦s de sus organizaciones suelen participar en la decisi¨®n de proyectos tan costosos, parecen dispuestos a apoyar los riesgos econ¨®micos.
La Universidad de Vermont ya tiene aprobado un presupuesto de 70 millones de d¨®lares para edificar un centro estudiantil que incluye un pub, una discoteca y una pista de hielo. "No son frivolidades", indicaba su rector, Daniel Fogel, al New York Times. "Harvard siempre podr¨¢ contar con suficientes alumnos listos que est¨¦n dispuestos a dormir en un colch¨®n de estera, porque es Harvard".
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