Del error judicial a la pifia ministerial
La detenci¨®n el pasado 18 de septiembre de Tony Alexander King, autor confeso del asesinato de Roc¨ªo Wanninkhof el 9 de octubre de 1999 en Mijas, ha arrojado nuevo combustible a la pasional hoguera encendida en la sociedad espa?ola por un crimen equiparable con los m¨¢s resonantes casos c¨¦lebres de la cr¨®nica negra de los siglos XIX y XX. El 19 de septiembre de 2001, un jurado popular hab¨ªa declarado equivocadamente culpable del atroz delito a Dolores V¨¢zquez, una antigua amiga de la familia de la v¨ªctima; sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa invalid¨® el 1 de febrero de 2002 el veredicto por su defectuosa motivaci¨®n y orden¨® la celebraci¨®n de un nuevo juicio. El supuesto m¨®vil atribuido a Dolores V¨¢zquez era un acto de venganza contra la madre de la v¨ªctima, con la que hab¨ªa mantenido en el pasado una conflictiva relaci¨®n amorosa; si aquel morboso antecedente recab¨® en su d¨ªa la atenci¨®n de la opini¨®n p¨²blica, la rocambolesca historia de la falsa culpable ocupa ahora el centro de la pol¨¦mica.
La extra?a pareja formada por el ministro de Justicia y el ministro del Interior, que se relamen como gatos golosos cuando anuncian en televisi¨®n los aumentos de penas, las tipificaciones de delitos y los endurecimientos de las condiciones de acceso a los beneficios penitenciarios propios de las fren¨¦ticas reformas criminales del PP, se apresuraron a salir al paso de cualquier eventual responsabilidad del Gobierno en el caso Wanninkhof. Al ministro Michavila le correspondi¨® lidiar con el espectro del error judicial, amenazadora sombra para las condenas a pena de muerte (abolida en Espa?a) o a una larga privaci¨®n de la libertad. La circunstancia de que la sentencia contra Dolores V¨¢zquez fuese dictada por un jurado popular permiti¨® al titular de Justicia la piller¨ªa de recordar que esa instituci¨®n procesal fue implantada por los socialistas con la oposici¨®n del PP; abstracci¨®n hecha de la calificaci¨®n que pueda merecer la variante espa?ola del jurado, las posteriores resoluciones del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa y del Supremo, que anularon el veredicto, corrigieron esa terrible equivocaci¨®n y demostraron la eficacia de las cautelas garantistas adoptadas por la ley de 1995.
A la vez que el ministro Michavila evoca la existencia de un error judicial para culpabilizar as¨ª a los socialistas como apadrinadores del jurado, en consonancia con la c¨®mica costumbre del PP de actuar como oposici¨®n de la oposici¨®n, el ministro Acebes difumina los fallos policiales cometidos a lo largo de una investigaci¨®n colmada de desaciertos para eludir de esta manera cualquier m¨¢cula de contaminaci¨®n del Gobierno. Las cr¨ªticas dirigidas por los socialistas contra la falta de coordinaci¨®n entre la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Polic¨ªa durante las pesquisas y sus razonables sugerencias a favor de un Mando ?nico capaz de evitar esa disfuncional falta de entendimiento fueron replicadas de manera incongruente y con mala fe por el presidente del Gobierno como si equivaliesen a una propuesta de disoluci¨®n del instituto armado.
La obsesi¨®n de quitarse las moscas de encima ha llevado al ministro Acebes al desprop¨®sito de culpar a la Ley de Protecci¨®n de Datos por la pifia policial de haber metido en un caj¨®n o arrojado a la papelera los informes enviados en 1998 por Scotland Yard sobre Tony Alexander King como "potencial peligro para las mujeres". El deseo del titular de Interior de no rendir cuentas al Congreso como responsable de los servicios de seguridad del Estado, le hizo tambi¨¦n sostener el pasado jueves ante la Comisi¨®n de Justicia la exculpatoria coartada seg¨²n la cual la investigaci¨®n de la Guardia Civil sobre el caso Wanninkhof tuvo "una direcci¨®n veros¨ªmil y absolutamente plausible" y fue "exhaustiva y profunda"; aunque la confesi¨®n de Tony Alexander King (que campaba por sus respetos en M¨¢laga mientras se suced¨ªan cr¨ªmenes que encajaban a la perfecci¨®n con las advertencias enviadas por la polic¨ªa brit¨¢nica) exonera a Dolores V¨¢zquez de las acusaciones que le llevaron a la c¨¢rcel durante 17 meses, el ministro Acebes mantuvo ante los diputados la injuriosa acusaci¨®n de que la falsa culpable pose¨ªa un "perfil delincuencial veros¨ªmil".
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