Agudos para enloquecer
JAVIER P?REZ SENZ
Hablar de Shakespeare en la ¨®pera francesa es hablar de una infidelidad constante. La violencia, la angustia y la veracidad de sus dramas chocaban frontalmente con el bon go?t exigido a los melodramas l¨ªricos en la ?pera de Par¨ªs del siglo XIX. El compositor Charles Louis Ambroise Thomas (1811-1896) no transgredi¨® esas reglas que antepon¨ªan la bondad argumental, el lujo esc¨¦nico y la pomposidad a la verdad dram¨¢tica. En su versi¨®n de Hamlet, el c¨²mulo de traiciones al original se consuma en un ins¨®lito final feliz que deja con vida al protagonista. Lo intentan arreglar un poco Patrice Caurier y Moshe Leiser, responsables de la direcci¨®n de escena del montaje de la ?pera de Ginebra que presenta el Liceo. Hamlet vive su coronaci¨®n, pero herido de muerte por la espada de La?rte. El final no importa mucho. El Hamlet de Thomas, ejemplo de grand-op¨¦ra rom¨¢ntica a la francesa, es muy irregular, con escenas ampulosas que redime con r¨¢gafas de inspiraci¨®n y una escritura vocal de espectacular lucimiento. Y en su retorno al Liceo -actualmente es una rareza, pero en su mejor ¨¦poca fue ampliamente representada- ha conquistado al p¨²blico gracias a sus dos fabulosos protagonistas, la soprano Natalie Dessay y el bar¨ªtono Simon Keenlyside.
Hamlet
De Charles Louis Ambroise Thomas. Libreto de Jules Barbier y Michel Carr¨¦ basado en la tragedia hom¨®nima de Shakespeare. Int¨¦rpretes principales: Simon Keenlyside, Natalie Dessay, B¨¦atrice Uria-Monzon, Alain Vernher, Daniil Shtoda y Markus Hollop. Orquesta y Coro del Teatro del Liceo. Director musical: Bertrand de Billy. Direcci¨®n de escena: Patrice Caurier y Moshe Leiser. Escenograf¨ªa: Christian Fenouillat. Vestuario: Agostino Cavalca. Iluminaci¨®n: Christophe Forey. Producci¨®n de la ?pera de Ginebra. Teatro del Liceo. Barcelona, 6 de octubre.
Credibilidad esc¨¦nica
A diferencia de otras grandes voces, Dessay y Keenlyside no dejan el trabajo a medias. Para ellos, el dilema de que en la ¨®pera importa poco ser o no ser buen actor no existe. Desde que pisan la escena, son Oph¨¦lie y Hamlet, dan el personaje f¨ªsicamente, lo llenan de vida y encima cantan de maravilla. En su credibilidad esc¨¦nica y en su talento vocal recae el peso de una obra que, mucho nos tememos, resultar¨ªa sopor¨ªfera sin dos cantantes-actores de su talla. El tedio ganar¨ªa la batalla en esos cinco actos, cargados de convenciones, a los que una mano piadosa ha amputado el ballet, cuyo t¨ªtulo, La f¨¨te du printemps, presagia el muermo fatal.
Pasemos p¨¢gina sobre la propuesta esc¨¦nica y el funcional uso de dos paneles m¨®viles del decorado para enmarcar los diferentes cuadros. A los 20 minutos lo has visto todo. La meticulosa direcci¨®n de actores ofrece m¨¢s alicientes y Bertrand de Billy, en una de sus m¨¢s inspiradas actuaciones, enciende la llama l¨ªrica con una lectura musical elegante, precisa, atenta al estilo y resuelta con solvencia por coro y orquesta.
Hamlet es un papel¨®n para un bar¨ªtono con agudos limpios y potentes. Lo es, y muy bueno, Keenlyside, que triunf¨® a lo grande en su debut lice¨ªsta. Sabe insinuar con certeros matices las dudas, la rabia, la soledad y la pasi¨®n del pr¨ªncipe de Dinamarca. Se puede cantar Hamlet con m¨¢s decibelios, pero no con m¨¢s veracidad po¨¦tica y musical. En cuanto a Natalie Dessay, que afrontaba su debut esc¨¦nico en el Liceo -ofreci¨® un recital en la temporada 1999-2000-, basta decir que Oph¨¨lie es su creaci¨®n suprema. Emociona su instinto para encontrar en cada gesto, en cada expresi¨®n, los anhelos y el sufrimiento de la fr¨¢gil hero¨ªna. Su sutil arte belcantista, que conjuga la espectacularidad de sus sobreagudos con la expresividad de su canto, culmina en una milagrosa interpretaci¨®n de la sc¨¨ne de la folie que, literalmente, llev¨® al delirio a un p¨²blico fascinado por su pirotecnia vocal.
La mezzosoprano B¨¦atrice Uria-Monz¨®n, con una Reine Gertrude de jugoso temperamento, y el resto de int¨¦rpretes principales -el bajo Alain Vernhes (Claudius), el tenor Daniil Shtoda (La?rte) y el bajo Markus Hollop (espectro del rey difunto)- cumplieron en una velada que los aficionados a la ¨®pera recordar¨¢n durante mucho tiempo.
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