"Escribo de una manera clandestina"
Carlos Pujol (Barcelona, 1936) ha ambientado su ¨²ltima novela, Los d¨ªas fr¨¢giles, en el Par¨ªs de los a?os cuarenta, cuando la ciudad estaba alborotada ante la inminente llegada de las tropas nazis. Es un momento incierto, lleno de interrogantes y de preocupaciones por la identidad nacional, pero en vez de centrarse en la transcendencia hist¨®rica de aquellos d¨ªas, Pujol prefiere seguir la trayectoria de una serie de divertidos, estrafalarios y fr¨¢giles personajes que no parecen saber muy bien cu¨¢l es su papel, entre ellos un joven exiliado espa?ol, un escritor desastrado, un ciego y una mujer misteriosa.
"Casi siempre que se reconstruye un periodo hist¨®rico, se acaba explicando una historia con mucha documentaci¨®n en la que todo es grandioso", comenta Pujol. "Por ejemplo, cuando se escribe de la posguerra, parece que todos los espa?oles viv¨ªan preocupados todo el d¨ªa por la dictadura. Yo viv¨ª la posguerra en Barcelona y puedo asegurar que no era as¨ª. En cualquier ¨¦poca hist¨®rica, la gente lo que quiere es hacer su vida. Lo otro ya preocupa ya, pero recuerdo que en la posguerra la gente estaba m¨¢s pendiente de lo que pod¨ªa conseguir en el estraperlo, de los programas de radio, de las pel¨ªculas que llegaban, de la familia... Lo que he hecho en Los d¨ªas fr¨¢giles es en cierta manera un sabotaje hist¨®rico. La situaci¨®n, no hace falta decirlo, es un s¨ªmbolo general, y al final, los alemanes ni salen. Lo que pasa es que me molesta hacer las cosas posibles. Si la literatura no tiene una sorpresa constante no tiene gracia. Para eso, ya est¨¢ la vida".
Pujol lleva muchos a?os en esto de la literatura, aunque siempre ha procurado andar de puntillas, sin llamar demasiado la atenci¨®n. Ha sido profesor universitario, cr¨ªtico, asesor editorial en Planeta, traductor (de Shakespeare, Stevenson, Baudelaire, Proust, Verlaine...), poeta y novelista. En 1981, a los 45 a?os, public¨® su primera novela, La sombra del tiempo. Se confiesa admirador de Marcel Proust y de Henry James y hasta ahora ha publicado nueve novelas, aunque comenta con una sonrisa: "Procuro no decir nunca que soy escritor". "Conozco escritores que viven para la literatura y que aspiran a vivir de la literatura", a?ade con cierto asombro. "Viven en funci¨®n de esto, que es un c¨ªrculo horroroso que me da mucho miedo. Yo escribo de una manera clandestina. Me gusta escribir lo que me da la gana. Soy un fan¨¢tico de la libertad. Estos caprichos que publico, porque son caprichos, los hago con absoluta libertad. Si no les gusta, all¨¢ ellos. De todas maneras, si tuviera ¨¦xito me crear¨ªa un problema, aunque por bien o por mal no parece que ese peligro penda sobre mi cabeza. La libertad de hacer los libros que me da la gana no la cambio por nada".
Para el personaje del escritor cascarrabias de Los d¨ªas fr¨¢giles, (Gaston Brul¨¦ en el libro), confiesa Pujol que se inspir¨® en Paul L¨¦autaud, "fue autor de unos diarios muy buenos y ten¨ªa muchas man¨ªas", explica. "Odiaba a Gide, porque triunf¨®, y cuando llegaron los alemanes sigui¨® viviendo tranquilamente, sin importarle que los alemanes estuvieran en Par¨ªs. Ahora bien, mis personajes pretenden ser divertidos. Si me hubiera tomado en serio al escritor hubiera resultado muy pesado".
La aparici¨®n de ese escritor en la novela, permite a Pujol regodearse en una serie de chistes privados, como el que se?ala que acumular libros es una pesada carga ("lo he sufrido en carne propia") o el que critica a las novelas realistas. "Respeto mucho a los escritores realistas, pero a m¨ª me aburre este tipo de novela", apunta, convencido. "?Bastante tengo ya con vivir la realidad! Si quieres escribir sobre la realidad tienes que hacerlo sobre un hombre que se levanta a las siete, va a trabajar, come un bocadillo, vuelve a trabajar, regresa a casa, ve la tele y se duerme. No me interesa en absoluto. Un genio como Dostoievski quiz¨¢ har¨ªa con ello una obra maestra, pero no va conmigo. Antes, en mi juventud, parec¨ªa un deber c¨ªvico hablar de realismo, de los grandes problemas de la sociedad. Para m¨ª, son los pol¨ªticos los que los tienen que resolver. Para la literatura no me sirve. Prefiero los personajes divertidos, sorprendentes, un poco fr¨¢giles. Me gusta que los personajes bailen en la ambig¨¹edad. Cuando los tienes etiquetados son como mariposas en una colecci¨®n".
Entre los autores contempo-
r¨¢neos a los que admira Pujol, figura en un lugar destacado Joan Perucho. "No s¨¦ si llamarlo una influencia", indica, "pero seguro que fue un ejemplo. Era vecino m¨ªo y ¨¦l me hizo ver que se pod¨ªa hacer otro tipo de literatura, no ligada a la realidad. Stendhal dec¨ªa: "Yo escribo en lengua francesa, pero no escribo en literatura francesa". Me identifico con esta frase. Me gusta el juego de la fantas¨ªa de Perucho, siempre al borde de lo incre¨ªble. Es absolutamente distinto de la novela de denuncia, de testimonio, que se llevaba entonces".
Pujol, que lleva muchos a?os en la editorial Planeta y que es desde hace tiempo jurado del millonario Premio Planeta, comenta: "All¨ª puedo ver los dramas y las vanidades que se mueven alrededor de la literatura. Podr¨ªa escribir muchas novelas sobre ello, pero no las har¨¦ porque ser¨ªan tr¨¢gicas". Acerca de la poes¨ªa, su otra faceta creadora, se?ala Pujol: "Aqu¨ª escribo a¨²n con m¨¢s libertad, con m¨¢s distancia. El principal problema cuando escribes poes¨ªa es encontrar un alma caritativa que tenga la buena voluntad de perder dinero edit¨¢ndote un libro. Sabes que cuando salga no se enterar¨¢ nadie, que llegar¨¢ a pocas librer¨ªas, que lo retirar¨¢n pronto, pero eso es lo que me gusta de la poes¨ªa: es como ser abuelo. Puedes mimar a los nietos cuanto quieras; los padres ya se apa?ar¨¢n. La novela tiene a¨²n cierto eco, pero la poes¨ªa ni eso... Nadie se mete con la poes¨ªa, sobre todo si eres un poco herm¨¦tico".
Al hablar de los ensayos que ha escrito (sobre Balzac, Saint-Simon, los victorianos...), Pujol vuelve a ponerse socarr¨®n. "Antes los hac¨ªa en serio y llevaban mucho trabajo", comenta, "pero despu¨¦s me puse a boicotear la seriedad". Sin embargo, a pesar del distanciamiento con que contempla su propia obra y el mundo de la literatura en general, Pujol es de los que opina que la literatura seguir¨¢ siendo una referencia importante en el futuro. "Creo que la literatura existe y existir¨¢ siempre", se?ala. "Como la poes¨ªa. Nunca ser¨¢ un fen¨®meno de masas, pero seguir¨¢ existiendo el escritor, el artista preocupado por la palabra. Es como la m¨²sica cl¨¢sica, que sigue existiendo pero que no llena estadios como los Rolling Stones".
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