Woody Allen y Susan Sontag protagonizan los d¨ªas finales de Francfort
El principal tema de conversaci¨®n en Francfort sigue siendo la "locura Woody". Los europeos aman al cineasta y le perdonan, e incluso les hace gracia "su morro" al pedir que le paguen un a?o sab¨¢tico para escribir su autobiograf¨ªa. Anteayer se hablaba de 100.000 d¨®lares; ayer se supo que un impulsivo editor de un grupo italiano ya hab¨ªa ofrecido 500.000 d¨®lares. Si las cosas siguen as¨ª, Woody no tendr¨¢ m¨¢s remedio que contar su historia.
?ste es el culebr¨®n de la feria y no se cerrar¨¢ previsiblemente en Francfort. Pero hay otros muchos t¨ªtulos y cada editor afirma con pasi¨®n que "ha conseguido el libro de la feria". Asegura Enrique Murillo, de Alfaguara, que el suyo "es el mejor". Es la historia de un hombre, muy gordo, de cuarenta y pico a?os, aficionado a la bebida, que un buen d¨ªa se monta en una bicicleta para recorrer Estados Unidos en busca de una hermana cuya pista perdi¨® 30 a?os antes. El t¨ªtulo es The memory of running. Su autor es Ron McLarty, actor frecuente en series de televisi¨®n como Ley y orden y Sexo en Nueva York. La suya es una de esas historias del sue?o americano. Ron escrib¨ªa y guardaba sus textos en un caj¨®n y as¨ª sigui¨® hasta que un d¨ªa el padrino Stephen King tuvo la oportunidad de leer una de sus novelas, ¨¦sta. "Acabo de leer la mejor novela del a?o", dice Murillo que dijo King, "pero usted no podr¨¢ leerla porque no tiene editor". Y ah¨ª se arm¨® la de Dios es Cristo: subasta multimillonaria en Estados Unidos y al fin la consigui¨® la editorial Viking (dicen que pag¨® un mill¨®n de d¨®lares). Alfaguara la ha conseguido ya y otras editoriales europeas andan a la gre?a. ?Qu¨¦ tiene de especial esta historia? "Es muy sincera, sin artificio, es una cr¨ªtica furiosa de la sociedad norteamericana, contada con humor y emoci¨®n", explica Murillo. El padrino King ha conseguido que en cuatro d¨ªas la novela de McLarty se venda en Italia, Francia, Holanda, Reino Unido y Alemania.
Crisis o no crisis, la feria es el portentoso escaparate. Cuentan, por ejemplo, la extraordinaria fiesta que dio el brasile?o Paulo Cohelo a sus editores. Y ayer se enred¨® en uno de esos r¨¦cords que tan nerviosos ponen a los de siempre: firmar ejemplares de Once minutos en 52 idiomas. Tambi¨¦n ayer se abri¨® al p¨²blico la Buchmesse. Los editores, por su parte, iniciaron ya la desbandada. Pero todos est¨¢n pendientes de Susan Sontag, la premio de la Paz 2003, que concede la Asociaci¨®n de Libreros y Editores alemanes. Hoy dar¨¢ una conferencia de prensa. Dicen que va a dar mucha ca?a a su pa¨ªs, Estados Unidos. Genio y figura.
![Paulo Cohelo firma ejemplares ayer en la Feria del Libro de Francfort.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QKO5S2C7IG4FO3CJPF2H57TM5U.jpg?auth=81ec7583e8872970c7acf047cc5be262d2fafc016453c6650d2174ba4b8fb8ad&width=414)
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