La renuncia de un pr¨ªncipe
Johan Friso de Holanda cede sus derechos sucesorios tras el veto pol¨ªtico a su novia
El pr¨ªncipe Johan Friso de Holanda, segundo hijo de la reina Beatriz, hizo ayer historia muy a su pesar. En un gesto que caus¨® "gran dolor" a su madre y conmocion¨® al pa¨ªs, renunci¨® a los derechos sucesorios para poderse casar con su compatriota Mabel Wisse Smit. La novia, de 35 a?os y admirada en el extranjero por su contribuci¨®n en defensa de los derechos humanos, ocult¨® al Gobierno y a la propia soberana la intensidad de una relaci¨®n de juventud mantenida con Klaas Bruinsma, el narcotraficante m¨¢s conocido de los Pa¨ªses Bajos, asesinado en 1991. Un oscuro episodio de su pasado aireado por la prensa nacional con toda suerte de detalles y que ha acabado por forzar la salida del pr¨ªncipe de la dinast¨ªa de los Orange.
El suceso tiene todos los ingredientes de un melodrama rom¨¢ntico con hero¨ªnas que guardan un secreto, pr¨ªncipes galantes y el villano de rigor. S¨®lo que esta vez los int¨¦rpretes eran reales y entre los figurantes hab¨ªa personajes tan significativos como la soberana y el primer ministro, el democristiano Jan Peter Balkenende. A este ¨²ltimo le correspondi¨® anunciar ayer que su Gabinete desaprueba el enlace entre Johan Friso y Mabel y no lo someter¨ªa, por tanto, a la aprobaci¨®n parlamentaria. Las razones para negar dicho consentimiento eran claras: la pareja no hab¨ªa facilitado informaci¨®n completa y precisa sobre la relaci¨®n de la novia con el narco Bruinsma. En otras palabras, hab¨ªan mentido y quebrado as¨ª la confianza del mismo Gobierno que deb¨ªa autorizar su boda. Contritos y algo aturdidos tambi¨¦n, el pr¨ªncipe y su prometida pidieron disculpas por medio de una carta firmada por ¨¦l en nombre de ambos.
Expuestos al acoso de los medios de comunicaci¨®n nacionales, la pareja ha admitido ahora que fueron unos ingenuos. "Cre¨ªmos que el pasado de Mabel no ser¨ªa un obst¨¢culo para la boda porque nunca tuvo nada que ver con sus delitos ni tampoco hubo entre ellos nada sentimental", rezaba la nota. "Fue una ingenuidad y un error", reconocen en la misiva, donde piden adem¨¢s perd¨®n por lo ocurrido.
Tan sentidas l¨ªneas no podr¨¢n evitar, sin embargo, que el primer ministro se vea forzado a averiguar lo antes posible por qu¨¦ los servicios secretos del Estado sab¨ªan menos de las andanzas de Mabel Wisse Smit que algunos periodistas. Tambi¨¦n est¨¢ en entredicho la labor del Ministerio del Interior, que debi¨® proporcionarle a Balkenende los datos vitales publicados sin freno por la prensa nacional. "No puede hablarse de crisis de la monarqu¨ªa, pero s¨ª de una jornada dolorosa para la reina", asegur¨® ayer el jefe de Gobierno holand¨¦s. Crisis constitucional tal vez no, pero con su decisi¨®n de casarse a pesar de todo, el pr¨ªncipe Johan Friso quedar¨¢ como un simple miembro de la familia real.
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