N¨²remberg, la ciudad herida
Recuerdos del siglo XX alem¨¢n en la segunda urbe de Baviera
Los bombardeos de 1945 destruyeron el 90% de su casco hist¨®rico. Hoy apacible y comercial, la ciudad que alberg¨® la sede del partido nazi y los juicios tras la II Guerra Mundial no olvida el pasado.
La vieja N¨²remberg fue levantada piedra a piedra en la posguerra. Hasta 1966 necesitaron para dejarla m¨¢s o menos como estaba siglos atr¨¢s, antes de la herida del nazismo, cuando fue campo f¨¦rtil de la cultura y la ciencia, cuna de Albrecht D¨¹rer, pintor; de Peter Henlein, inventor del reloj de bolsillo; del aventurero Martin Behaim... La tesis del historiador Friedrich, por escrito, y del jubilado Baumg?rtner, oral, es que los bombardeos aliados fueron un crimen contra la poblaci¨®n civil. "De esto apenas se habla", se queja dispuesto a polemizar. ?l y muchos de sus conciudadanos se entretienen horas y horas paseando a pie o en bici por el coraz¨®n de la ciudad, la plaza del mercado (Hauptmarkt). Curiosean escaparates de ropa, de libros y objetos para el hogar; observan fluir el agua por los brazos del r¨ªo Pegnitz, en los id¨ªlicos alrededores del molino, en la zona conocida como Tr?delmarkt.
D¨ªa de mercado
Hoy, s¨¢bado, es jornada comercial en el Hauptmarkt (mercados y congresos son tradici¨®n aqu¨ª). Los puestos con toldos rojiblancos, repletos de productos de la tierra (salchichas, flores, licores, dulces, siempre; objetos navide?os durante el famoso Kristkindelmarkt, del 28 de noviembre al 24 de diciembre), se desperdigan por esta plaza, de la que nacen calles empinadas hacia el castillo imperial, el Kaiserburg, que domina la parte alta. Este palacio es de visita obligada. Porque desde arriba se divisa un mar de tejados oscuros inclinados hasta la osad¨ªa, casas majestuosas, torres, iglesias de culto diverso y, al fondo, una sucesi¨®n de ciudades lim¨ªtrofes (F¨¹rth, Erlangen, Schwabach, que suman mill¨®n y medio de personas) y el verde eterno de Baviera. N¨²remberg es puro centro de Europa, un eje de contacto con el Este, tan cercana a Praga, a Viena, a Berna...
En verano, por el centro no cabe un alfiler (un mill¨®n de visitantes pernocta en los hoteles al a?o). En invierno quedan los huecos de los que se reprimen ante el fr¨ªo. Los term¨®metros pueden bajar varios grados bajo cero (la media anual es de 9? C). El famoso reloj de la iglesia de Nuestra Se?ora da las horas. Los presentes levantan la cabeza ante el espect¨¢culo de personajes que entran y salen marcando el tiempo de este lugar milenario. La primera vez que se oye hablar de N¨²remberg es en 1050, cuando se cita en documento oficial (el nombre viene a significar "colina rocosa"). Fue gran centro comercial desde la Edad Media y "ciudad libre imperial" desde el siglo XIII, tal y como la nombr¨® el emperador Frederick II. Y un siglo m¨¢s tarde se produce aqu¨ª el primer pogromo: la destrucci¨®n del gueto jud¨ªo situado junto al Hauptmarkt, en el hermoso barrio de Sebald, un ovillo de callejas entrelazadas hoy llenas de peque?os caf¨¦s y anticuarios.
N¨²remberg jug¨® su papel durante la Reforma. Y aunque en el siglo XIX perdi¨® privilegios y pas¨® a formar parte del reino de Baviera, en su seno segu¨ªan produci¨¦ndose hechos relevantes. ?Sabe nuestro jubilado que aqu¨ª, entre N¨²remberg y F¨¹rth, naci¨® en 1835 el ferrocarril alem¨¢n? Quiz¨¢ no. Nos habla, en cambio, en su papel de gu¨ªa espont¨¢neo, del Germanisches Nationalmuseum, fundado en 1852, un edificio hoy moderno que encierra la historia alemana con todas sus consecuencias (art¨ªsticas, especialmente) desde la prehistoria hasta el XX.
Cierto. El paseo peatonal del museo se denomina calle de los Derechos Humanos desde 1993. El artista jud¨ªo Daniel Karavan lo convirti¨® en s¨ªmbolo; llen¨® la calle de columnas con inscripciones en diversas lenguas donde se leen los 30 art¨ªculos de la Declaraci¨®n de la ONU de 1948. "Recorro la calle con mi abuela, asesinada por los nazis y sin una tumba donde descansar, y leo el art¨ªculo en su idioma, y¨ªdish: 'Todos los hombres nacen libres e iguales en dignidad y derechos", escribe Karavan. "De chaval, con mis propias manos, ayud¨¦ a hacer limpieza de los escombros", dice Baumg?rtner, y se?ala la iglesia de San Lorenzo.
Medio mill¨®n de habitantes viven hoy en la segunda ciudad de Baviera, donde se instal¨® el cuartel general nazi un d¨ªa de 1933. Y a partir de ah¨ª Hitler y sus miles de seguidores desfilaron ufanos y aplaudidos por este lugar culto. Tras ese horror que dej¨® millones de muertos, aqu¨ª se celebraron tambi¨¦n los famosos juicios contra los criminales de guerra (1945- 1949). Hoy, la ciudad quiere olvidar. Convertirse en s¨ªmbolo de paz. Porque aunque el pasado es presencia aqu¨ª, ya no lo es para todos. El joven taxista que nos acerca al Centro del Partido Nazi no sabe de historias. "?Qu¨¦ queda de los edificios? ?Los ha visitado?". "No", dice. Su vida es ya otra.
DOCUMENTAR EL HORROR
LA MEGALOMAN?A de Hitler se plasm¨® tambi¨¦n en el dise?o de los edificios que dieron cobijo a su r¨¦gimen. Ejemplo extraordinario es el complejo del que fue cuartel general del partido nazi, situado al noreste de N¨²remberg, donde permanecen hoy grandes espacios huecos, como enormes cicatrices dif¨ªciles de borrar de la piel urbana. Aqu¨ª se levantaron tribunas, paseos, coliseos, altares, un palacio de congresos para 50.000 personas... Fue en un ala de este ¨²ltimo donde se abri¨®, en noviembre de 2001, el llamado Centro de Documentaci¨®n del Partido Nazi, un museo dise?ado por el arquitecto austriaco G¨¹nther Domenig. La visita resulta estremecedora. Su objetivo: mostrar la fascinaci¨®n y el horror que produjo el nazismo en todo el mundo. Mediante paneles, v¨ªdeos, sonidos o textos lo consigue. Pero es el edificio en s¨ª, el entorno, lo que m¨¢s impresiona al visitante. Al final del recorrido, en la planta alta, una pasarela conduce al aire libre y ofrece una vista a¨¦rea de la plaza interior... All¨ª, entre el silencio de los campos cercanos, es casi posible o¨ªr a¨²n los sonidos de un tiempo que se gest¨® entre estas paredes y que marc¨® para siempre la historia.
- Dokumentationszentrum
(0049 911 231 56 66 y http://museen.nuernberg.de/reichsparteitag).
Bayernstrasse, 110. Entrada: 5 euros.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir
- Air Berlin (www.airberlin.com y 901 11 64 02), v¨ªa Palma de Mallorca, por ejemplo, de Madrid y Barcelona, desde 99 euros el trayecto.
- Lufthansa (902 22 01 01), con una escala, de Madrid, 205 m¨¢s tasas.
- Iberia (902 400 500), v¨ªa Z¨²rich, desde Madrid, a partir de 298 m¨¢s tasas.
Dormir
- Hotel D¨¹rer (214 66 50). Neutormauer, 32. En las callejuelas, al pie del castillo. La habitaci¨®n doble, desde 90 euros.
- Hotel Victoria (2 40 50). K?nigstrasse, 80. Desde 99 euros.
Informaci¨®n
- Prefijo telef¨®nico: 0049 911.
- Turismo de N¨²remberg (23 36 135 y www.tourismus.nuernberg.de).
- www.museen.nuernberg.de.
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