Agujeritos

Los condones tienen unos agujeros chiquititos por donde se cuelan los virus del sida. La Tierra est¨¢ quieta y fija como una piedra en el centro del Universo y todos los astros giran a nuestro alrededor. El mundo fue creado exactamente a las nueve de la ma?ana del 23 de octubre del a?o 4004 aC. ?Les suenan de algo estas frases absurdas? Son creencias err¨®neas que han sostenido, en diversas ¨¦pocas, los mandamases de las iglesias cristianas. Lo de la fecha de la creaci¨®n se le ocurri¨® al arzobispo anglicano Ussher (1581- 1656), despu¨¦s de darle mucho al mag¨ªn y realizar tupidos (y obviamente est¨²pidos) c¨¢lculos, y su hallazgo fue impreso en numerosas biblias. En cuanto a la teor¨ªa ptolomeica de la Tierra como centro de todo, la Iglesia cat¨®lica se adhiri¨® a ella con, nunca mejor dicho, tan ardiente entusiasmo que persigui¨® despiadadamente a Galileo y quem¨® vivo a Giordano Bruno en 1600 por opinar lo contrario. Barbaridades, en fin, propias de tiempos antiguos y b¨¢rbaros.

Pero hete aqu¨ª que la primera afirmaci¨®n, la de los agujeritos de los condones, comparable en su falta de rigor a las otras dos, no fue dicha en un siglo de oscuridad cient¨ªfica: la acaba de soltar un eclesi¨¢stico que adem¨¢s no es un pobre curita de pueblo, aislado, marginal y tal vez ignorante, sino todo un cardenal, el cardenal Alfonso L¨®pez Trujillo, para m¨¢s inri responsable del Consejo Pontificio de la Familia. Y decir semejante insensatez, que no soporta ni la m¨¢s simple y elemental prueba cient¨ªfica, no es s¨®lo algo desfasado y rid¨ªculo: es tambi¨¦n un acto criminal, sobre todo si pensamos en ?frica, un continente que agoniza de sida (hay 30 millones de infectados) y en donde la ¨²nica posibilidad de frenar la pandemia es recurrir al cond¨®n masivamente. Quiero decir que, como bien ha se?alado la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, esas palabras incultas de L¨®pez Trujillo son palabras que matan. Y hay algo que me inquieta especialmente: ?de verdad puede ser as¨ª de ignorante todo un cardenal? ?O tal vez sabe que miente y es tan fan¨¢tico que prefiere enfermar los cuerpos de millones de seres para salvar sus supuestas almas? No parece haber cambiado tanto la Iglesia desde que el Papa orden¨® quemar vivo a Giordano Bruno.