Daniel Innerarity gana el Nacional de Ensayo con un libro sobre la pol¨ªtica

Daniel Innerarity (Bilbao, 1959), profesor de Historia de la Filosof¨ªa en la Universidad de Zaragoza, obtuvo ayer el Premio Nacional de Ensayo por su libro La transformaci¨®n de la pol¨ªtica (Pen¨ªnsula), en el que revisa conceptos de la pol¨ªtica y en el que concluye que puede ser un aprendizaje de la decepci¨®n, pero no necesariamente indigna. El fil¨®sofo prev¨¦ una "transformaci¨®n a largo plazo" y "una radicalizaci¨®n de la democracia".

Parece de lo m¨¢s oportuno y reconfortante que en un a?o tan confuso (invasi¨®n y ocupaci¨®n de Irak, Asamblea de Madrid, pactos poselectorales, por citar s¨®lo unos ejemplos), el galard¨®n (dotado con 15.025,30 euros por el Ministerio de Cultura) haya reca¨ªdo en un autor y en un libro que apuestan contundentemente por una renovaci¨®n de la pol¨ªtica.

La noticia le pill¨® a Daniel Innerarity por sorpresa en Toulouse, donde reside temporalmente por motivos del trabajo de su esposa, aunque viaja semanalmente a Zaragoza para impartir sus clases. "Ha sido una gran sorpresa y ni se me hab¨ªa pasado por la cabeza pensar en ese contexto de 2003. El libro no da recetas, pero quiz¨¢ s¨ª propone llamadas sobre asuntos comunes de la pol¨ªtica. Mi idea era trabajar sobre ideas muy elementales, pero no tontas, b¨¢sicas y primordiales, para poder entender la complejidad y los detalles de la pol¨ªtica".

?Es posible ser optimista en pol¨ªtica? "S¨ª, aunque a menudo se es pesimista porque se formulan expectativas muy concretas y a corto plazo".

"En pol¨ªtica", explic¨® ayer el profesor Innerarity en conversaci¨®n telef¨®nica, "no hay que pedir armon¨ªas perfectas o consensos universales. Hay que buscar objetivos m¨¢s modestos y al mismo tiempo m¨¢s ambiciosos, como encontrar espacios comunes en los que sea posible la divergencia, la comprensi¨®n, la tolerancia y el di¨¢logo entre posturas encontradas".

Reconoce Innerarity que 2003 ha sido, es, un a?o duro, pero afirma: "Siempre hacen m¨¢s ruido las decepciones. Creo que estamos viviendo en un mundo en el que hay muchos indicios que muestran tendencias a largo plazo que apuntan a una transformaci¨®n de la pol¨ªtica. Hay unos actores que est¨¢n buscando nuevos escenarios de mayor sensibilidad y respeto, de menos unilateralidad. En resumen, de m¨¢s multiculturalidad".

Es dif¨ªcil encontrar esos escenarios. "Son necesarios pol¨ªticos que puedan concretar esto, para que se produzca una radicalizaci¨®n de la democracia".

?Qu¨¦ pasar¨¢ si eso no se produce? "Ahora el panorama es desalentador. Pero la desafecci¨®n general que se est¨¢ produciendo respecto a la pol¨ªtica pone de manifiesto que ya no se tolera o se tolera mal la idea de que la pol¨ªtica siga significando la mera conquista y mantenimiento del poder. El m¨¢s de lo mismo produce cansancio".

Ante la crisis de los grandes sistemas de pensamiento cerrado, el fil¨®sofo plantea la necesidad de una ¨¦tica abierta. Y no ¨²nicamente en este libro, que ha ganado el Premio Nacional de Ensayo y que anteriormente obtuvo el Miguel de Unamuno, sino tambi¨¦n en otras obras, como su anterior trabajo, ?tica de la hospitalidad (Pen¨ªnsula, 2001).

Para Innerarity, las certezas absolutas han desaparecido, pero no los valores. Aborda problemas de nuestra ¨¦poca. "Se trata de reflexionar sobre realidades comunes y cotidianas que todo el mundo pueda entender. Los Di¨¢logos, de Plat¨®n, o buena parte de La cr¨ªtica de la raz¨®n pura, de Kant, se pueden leer f¨¢cilmente".

Autor, entre otras obras, de Praxis e intersubjetividad, Dial¨¦ctica de la modernidad, Libertad como pasi¨®n, Hegel y el romanticismo o La irrealidad literaria, con estudios en Alemania, Suiza e Italia, Innerarity plantea otro apasionante tema: ?cu¨¢l es hoy el trabajo del fil¨®sofo? "Creo que la tarea m¨¢s importante de un pensador hoy es destrivializar el discurso p¨²blico. La filosof¨ªa debe hablar de lo que preocupa a las personas".

Daniel Innerarity, colaborador de EL PA?S, El Correo y de la revista Claves de Raz¨®n Pr¨¢ctica, es militante del PNV. ?C¨®mo lo lleva? "Bien, aunque es un momento de cierta perplejidad. Las cosas se ven mejor cuando pasa el tiempo, cuando se ponen encima de la mesa y se afrontan de una manera dialogada. Creo que el problema de la identidad se puede resolver con el pluralismo y con el respeto a todas las ideas. Respecto a la identidad, no existen verdades absolutas".