Decenas de tanques protegen el palacio presidencial de Bolivia ante las revueltas
Miles de manifestantes avanzan hacia La Paz para pedir la renuncia de S¨¢nchez de Lozada
La paralizaci¨®n de actividades afecta a las seis ciudades m¨¢s importantes de Bolivia, excepto a Santa Cruz. Los l¨ªderes ind¨ªgenas denunciaron ayer, tanto en Cochabamba como en La Paz, que existen planes que amenazan su integridad f¨ªsica. El m¨¢ximo l¨ªder de los sindicatos campesinos del altiplano, el aimara Felipe Quispe, dijo ayer a EL PA?S que se ha declarado en la clandestinidad ante las intenciones para su detenci¨®n. El diputado quechua Evo Morales denunci¨® un atentado contra su vida tras el allanamiento policial de la sede de la Federaci¨®n del Tr¨®pico, con un saldo de cinco heridos.
Varias organizaciones de religiosos y religiosas reiteraron su ruego para que el presidente renuncie y evitar as¨ª mayores sufrimientos al pueblo boliviano y un nuevo ba?o de sangre. La Pastoral Social, que trabaja con los presos, ha hecho similar llamamiento en un intento de tocar la sensibilidad de S¨¢nchez de Lozada.
Sin embargo, Goni, apelativo familiar de S¨¢nchez de Lozada, ha dicho que no renunciar¨¢ y ha recibido con alivio el apoyo al sistema democr¨¢tico expresado por Estados Unidos, la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), la Comunidad Andina de Naciones y otros 16 Gobiernos, entre ellos Espa?a, Argentina, Brasil y M¨¦xico.
S¨¢nchez de Lozada y sus principales colaboradores, incluidos los jefes de los partidos aliados, intentaban ayer buscar salidas al conflicto que, desde el pasado domingo, ha quedado sin v¨ªas de soluci¨®n ante la determinaci¨®n de los dirigentes que encabezan el movimiento de no dialogar hasta que el presidente abandone el cargo.
La Asamblea de Derechos Humanos, que despliega todos sus esfuerzos para acercar a las cada vez m¨¢s antag¨®nicas partes del conflicto, ha advertido de que una medida de fuerza, como el estado de sitio, que podr¨ªa estar en la agenda del Gobierno, ser¨ªa contraproducente y ocasionar¨ªa un mayor derramamiento de sangre.
El vicepresidente de esta organizaci¨®n, Sacha Llorenty, denunci¨® la supuesta llegada, v¨ªa a¨¦rea, de mayores pertrechos militares para defender al Gobierno ante la llegada de miles de bolivianos a La Paz. Desde Cobija, ciudad al extremo norte del pa¨ªs, se confirm¨® la salida de unidades militares hacia la capital, pero el Gobierno ha rechazado tales versiones.
La ciudad dormitorio de El Alto, donde vive el mayor porcentaje de la fuerza laboral que trabaja en La Paz, mantiene inalterable el s¨¦ptimo d¨ªa de huelga general, no ya para defender el gas, sino para exigir la salida del Gobierno de S¨¢nchez de Lozada. La presencia militar ha bajado considerablemente y muchos vecinos se han atrevido a salir en busca de provisiones.
La calma de las primeras horas permiti¨® tambi¨¦n a los vecinos buscar con af¨¢n alimentos en una ciudad que est¨¢ ya desabastecida, especialmente de pan y carne, sin gasolina ni bombonas de gas de uso dom¨¦stico, y sin posibilidad de comunicaci¨®n por v¨ªa a¨¦rea ni terrestre.
Los vecinos, sin embargo, esperan con mucho temor la anunciada llegada de los ind¨ªgenas de Achacachi, que marchaban ayer hacia la capital con viejos fusiles Mauser, y la llegada de otros miles de colonos del norte de La Paz y trabajadores de Oruro, que se acercan por la carretera troncal. Cerca de medio millar de mineros del centro productor de esta?o, Huanuni, lograron llegar a La Paz.
Por otro lado, un total de 70 turistas, entre ellos cuatro espa?oles, fueron evacuados cerca de la medianoche del lunes en dos aviones militares desde el aeropuerto de La Paz hasta la ciudad de Santa Cruz.
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