"Bailar macho es lo que me gusta"
Farruquito imparte un curso de flamenco a alumnos de diversos pa¨ªses
A Juan Manuel Fern¨¢ndez Montoya, Farruquito, le gusta el silencio entre paso y paso. No quiere que sus alumnos se embalen en el baile, y ayer lo repiti¨® una y otra vez en La Casa Encendida, de Madrid: "Aunque lo hagamos despacito no significa que lo hagamos soso. No por hacerlo m¨¢s fuerte va a estar mejor. Vamos a escuchar y a meter la planta en su tiempo". Sus 19 alumnos atend¨ªan ensimismados. "El dibujo del paso hay que hacerlo sin correr, recre¨¢ndonos en acentuarlo. No se olviden. El hecho de que se sepan el paso no significa que tengan que ir r¨¢pido, hay que escucharlo dentro, no con el tac¨®n. Tiene que haber un aire entre los pasos".
Dice Farruquito (Sevilla, 1982) que hay veces que baila cinco horas sin acordarse ni de comer y ayer deb¨ªa ser uno de esos d¨ªas. Estaba programado un descanso, pero se lo salt¨®. Para desgracia de los estudiantes, que se turnaban para coger aire. Tras un largo taconeo en grupo, el bailaor quiso ver los progresos de cada uno. "Es un ejercicio dif¨ªcil y hay que hacerlo con rea?os. Nos pegamos un tiempo bailando y no se puede hacer siempre lo mismo".
"El dibujo del paso hay que hacerlo sin correr, recre¨¢ndonos en acentuarlo ", explica el bailaor
"?Te duele el est¨®mago cuando haces eso? Te tiene que doler", le dijo a una. "Lo he hecho horroroso", se lamentaba otra. "Horroroso, no, eso ser¨ªa de abandonar", la consol¨® el artista, a quien el diario The New York Times concedi¨® el premio al mejor int¨¦rprete de baile que pas¨® por la ciudad en 2001. "Yo es que lo paso mal por ustedes", se disculp¨®. "No le veo sent¨ªo, los cuerpos no pueden estar l¨¢nguidos".
A su abuelo Farruco, considerado el mejor bailaor gitano del siglo XX, le gustaba la forma de bailar "macho" de Antonio Gades. Farruquito es de la misma escuela, y quiere transmit¨ªrselo a sus alumnos: "Bailar macho, como hombre que soy, es lo que me gusta y lo que me sale". Ense?ar a las f¨¦minas es otro cantar. "A las mujeres no les digo d¨®nde tienen que colocarse, ni d¨®nde tienen que poner el brazo, ni les hablo de medidas. Les hablo de sentimientos, de la forma de expresarse y del sentido de cada marcaje que les pongo".
Farruquito, que adem¨¢s de ser bailaor escribe y estuvo nominado a los Premios de la M¨²sica por la letra del tema Mar¨ªa de Ni?a Pastori, da clases habitualmente en Sevilla, donde dirige la escuela de baile que fundara su abuelo, Farruco. Cuando muri¨® su padre, hace dos a?os, Farruquito dej¨® de bailar una larga temporada, y volvi¨® antes a sus clases que al escenario.
"Hay veces que los alumnos me dicen: '?Este marcaje c¨®mo lo hago?'. Y yo, en vez de dec¨ªrselo, les explico c¨®mo me siento al hacerlo y por qu¨¦ estamos marcando por sole¨¢, que es un ritmo m¨¢s centrado y m¨¢s tranquilo, o por qu¨¦ para bailar por alegr¨ªas hay que estirarse m¨¢s". Asegura "echar mucho rollo" y teme que con sus charlas algunos piensen que est¨¢n perdiendo el tiempo.
Unas 150 personas quisieron asistir al curso de una semana y 19 fueron las elegidas por curr¨ªculo. Hay alumnos de Estados Unidos, Canad¨¢ y Venezuela, pero la mayor¨ªa son espa?oles. No son profesionales, pero su nivel es bastante alto. Junto a ellos asisten su hermano Antonio, Farruco, de 15 a?os, y su primo El Barullo, de 13. Quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa ellos den la vuelta del Farruco (con el tac¨®n en vez de con la planta). "Creo que es imposible de aprender. No por na, sino porque era algo muy personal del maestro Farruco y te sale y la tienes o no". Su hermano Farruco dej¨® el colegio el a?o pasado, "porque con giras de mes y medio no pod¨ªa, pero me llevo profesores cuando nos vamos por ah¨ª, era buen estudiante", cuenta. El Barullo, que se subi¨® a un escenario con cinco a?os, sigue yendo: "Voy lo que se puede porque esto es lo m¨ªo". La fama de Farruquito no parece hacerles sombra. "Al rev¨¦s, mi hermano va abriendo camino y detr¨¢s estoy yo", dice Farruco. Aunque asegura que la gran estrella de la familia est¨¢ por llegar: "Mi hermano de seis a?os, Manuel, El Carpetilla, va a dar que cavilar a todos los bailaores con sus sole¨¢s".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.