Un rayo de luz
La aprobaci¨®n un¨¢nime por el Consejo de Seguridad del ¨²ltimo borrador estadounidense sobre Irak es la primera buena noticia relativa al pa¨ªs ¨¢rabe desde el punto de vista de la legalidad internacional. La nueva resoluci¨®n supone un alivio para el presionado presidente Bush y es una victoria diplom¨¢tica del secretario de Estado, Colin Powell, que primero convenci¨® a los halcones de su Administraci¨®n acerca de la conveniencia de regresar a la ONU y en los ¨²ltimos d¨ªas hab¨ªa sugerido incluso tirar la toalla antes de afrontar de nuevo una votaci¨®n incierta a prop¨®sito de un borrador en gestaci¨®n desde agosto pasado. Con su decisi¨®n, el Consejo de Seguridad viene a constatar la evidencia palmaria de que Irak y su amenazante deriva es un tema que concierne a todos y que como tal ha de manejarse a varias voces, no s¨®lo la de EE UU.
Con China alistada en los s¨ªes desde el mi¨¦rcoles, Putin, deseoso de mantener el frente unido desde los primeros momentos del conflicto, ha hecho el ¨²ltimo gesto animando a Francia y Alemania a dar esta vez el visto bueno. Incluso Siria, calibrados su insoportable soledad y los eventuales r¨¦ditos ante la creciente hostilidad israel¨ª, ha acabado de unirse al coro aprobatorio, pese a que 48 horas antes Washington hab¨ªa vetado su proyecto propalestino contra el muro de Sharon.
A pesar de las reservas de Mosc¨², Par¨ªs y Berl¨ªn, que no aportar¨¢n dinero por entender que el texto refrendado no llega a lo deseable, la decisi¨®n de la ONU es de gran relevancia. Est¨¢ por ver su eficacia en el desarrollo de los acontecimientos en Irak, pero de entrada pone sordina a las hasta ahora abiertas discrepancias entre EE UU y sus aliados europeos sobre la manera de conducir un proceso que se ha revelado calamitoso. Los votos en contra o las abstenciones que se vaticinaban habr¨ªan sido le¨ªdos como un fracaso de Washington para enrolar a otros pa¨ªses y obstaculizado el camino, ahora expedito, a naciones dispuestas a aportar fondos o tropas.
El voto un¨¢nime otorga a Bush una especie de visto bueno internacional a sus planes econ¨®mico-pol¨ªticos para la posguerra de Irak. La Casa Blanca -con el copatrocinio del Reino Unido, Espa?a y Camer¨²n- ha obtenido la aprobaci¨®n sin fisuras de una fuerza multinacional bajo su mando y el respaldo de la m¨¢s alta instancia de la ONU hacia una transici¨®n pol¨ªtica bajo control de Washington. Las concesiones de EE UU son poco significativas respecto de versiones anteriores, una vez que Rusia, Francia y Alemania ya hab¨ªan abandonado exigencias previas de una r¨¢pida transferencia del poder a los iraqu¨ªes y el control por la ONU de la transici¨®n.
Las m¨¢s sustanciales son un papel reforzado de Kofi Annan -lejos de la posici¨®n central reclamada para el secretario general-, y el plazo dado al Gobierno interino iraqu¨ª para que el 15 de diciembre presente un calendario constitucional y electoral. No hay en el texto una fecha concreta para la entrega del mando, pese a que en ¨¦l se consagra la entelequia de que el Consejo Provisional encarna la soberan¨ªa iraqu¨ª hasta entonces.
Bush, acosado en su pa¨ªs por el costo creciente de Irak en vidas y dinero, tiene ya un arma de uso inmediato. En el interior le servir¨¢ para combatir el conato de revuelta bipartidista en el Senado que pretende poner peros a su petici¨®n de 20.000 millones de d¨®lares para la reconstrucci¨®n iraqu¨ª. En el exterior, la resoluci¨®n del Consejo de Seguridad vivifica la Conferencia de Donantes que se celebrar¨¢ la semana pr¨®xima en Madrid. Con la nueva palanca de legalidad deber¨ªa ser m¨¢s f¨¢cil mover las voluntades de la comunidad internacional para que contribuya sin mala conciencia a remediar urgentemente la postraci¨®n del pa¨ªs ocupado.
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