Los centros p¨²blicos se someten a la reforma y los concertados ponen pegas

El Departamento de Educaci¨®n ha procedido a la ¨²ltima remodelaci¨®n del Bachillerato a trav¨¦s de una orden. Con ella ha modificado una norma de rango mayor, como es el decreto que aprob¨® en julio de 2002 con el que reform¨® en un principio todo el Bachillerato para acomodarlo a los cambios introducidos por el Gobierno central. Los centros p¨²blicos no han tenido m¨¢s remedio que someterse al cambio. No disponen de m¨¢s profesores en el caso de que opten por aumentar las horas lectivas ya que es el departamento quien asigna los docentes y el que les paga.

En cambio, muchos centros privados han preferido pasar de 31 a 32 horas lectivas a la semana y esa hora de m¨¢s conced¨¦rsela a las optativas. As¨ª, sus alumnos podr¨¢n seguir intercambiando la optativa con la asignatura de modalidad si lo desean. El argumento que utilizan para zafarse de la remodelaci¨®n es que legalmente una orden no puede sustituir a un decreto y, por lo tanto, la norma que est¨¢ en vigor es el decreto original del a?o 2002. En su momento, Educaci¨®n anunci¨® que su orden se convertir¨ªa en decreto, pero el caso es que pasa el tiempo y a¨²n no ha visto la luz.

Cuando el Consejo de Gobierno apruebe ese decreto, el servicio de inspecci¨®n tendr¨¢ que volcarse y revisar centro por centro si cumplen con el mandato. Para entonces, los alumnos de Bachillerato de muchos centros privados concertados habr¨¢n desarrollado una parte del actual curso estudiando la asignatura optativa como una de modalidad. La pregunta que se est¨¢n planteando los docentes es si estos colegios dar¨¢n marcha atr¨¢s, con el perjuicio acad¨¦mico que ello puede conllevar a estas alturas del curso.