La beatificaci¨®n de Teresa de Calcuta desborda el Vaticano
Juan Pablo II convierte la ceremonia en hito de la celebraci¨®n de sus 25 a?os como Papa
Cientos de miles de personas se congregaban este fin de semana en Roma a la espera de una beatificaci¨®n hist¨®rica. M¨¢s de 300.000 fieles, quiz¨¢ hasta 400.000, eran esperados en la plaza de San Pedro y en los alrededores del Vaticano para asistir hoy al ascenso hacia la santidad de la madre Teresa de Calcuta. El papa Juan Pablo II quiso que ese rito fuera la ceremonia central de la celebraci¨®n de sus 25 a?os de pontificado.
Juan Pablo II intervino personalmente para que el proceso can¨®nico de Teresa de Calcuta fuera el m¨¢s r¨¢pido en los anales de la Iglesia cat¨®lica: comenz¨® en 1999, s¨®lo dos a?os despu¨¦s de la muerte de la religiosa, y culmin¨® en 2002, cuando el Pont¨ªfice firm¨® el decreto de reconocimiento de los milagros de la madre Teresa. Las beatificaciones del Padre P¨ªo, de Josemar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer y de Juan XXIII atrajeron grandes multitudes, estimadas entre 200.000 y 300.000 personas. La de hoy, seg¨²n los c¨¢lculos del Ayuntamiento de Roma, deber¨ªa superar cualquier hito hist¨®rico.
La madre Teresa, fundadora de las Misioneras de la Caridad, era ya una santa en vida para muchos cat¨®licos. Pero en sus ¨²ltimos a?os contaba, adem¨¢s, con un profundo admirador en la c¨¢tedra de San Pedro. En medios eclesi¨¢sticos romanos se indicaba que, de haber vivido un poco m¨¢s, la religiosa de origen macedonio habr¨ªa sentado un precedente extraordinario: Juan Pablo II, seg¨²n algunas fuentes, habr¨ªa considerado en su momento la posibilidad, legalmente factible, de nombrarla cardenal.
La madre Teresa muri¨®, tras una larga agon¨ªa, al frente de su congregaci¨®n. En eso fue tambi¨¦n vista como un ejemplo por Karol Wojtyla, quien, tras un almuerzo con los miembros del colegio cardenalicio, insisti¨® ayer en su intenci¨®n de mantenerse al frente del catolicismo "hasta que el Se?or quiera", fueran cuales fueran sus condiciones f¨ªsicas. El Pont¨ªfice quiso disipar una vez m¨¢s las especulaciones sobre una posible renuncia por motivos de salud. El Papa, que compareci¨® ante los "pr¨ªncipes de la Iglesia" muy fr¨¢gil y con enormes dificultades para hablar, pareci¨® al borde de las l¨¢grimas en distintos momentos y tuvo un gesto quiz¨¢ significativo hacia el cardenal Joseph Ratzinger, decano del colegio cardenalicio y jefe de la Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe (antiguo Tribunal de la Inquisici¨®n), estrech¨¢ndole las manos durante largos segundos.
Ratzinger, que en ciertos momentos y ambientes fue considerado uno de los posibles sucesores de Juan Pablo II, pronunci¨® una alocuci¨®n en la que proclam¨® su "filial adhesi¨®n a la persona y el magisterio" del Pont¨ªfice. Los cardenales, tras un almuerzo con crema de gambas, pasta, arroz, ravioli, pato a la naranja, ternera con setas y trufa blanca, tarta (en forma de plaza de San Pedro, con las columnas transformadas en velas), caf¨¦ y licores, todo regado con vino croata regalado al Papa en uno de sus viajes, ofrecieron a Juan Pablo II un c¨¢lido aplauso.
El Papa ten¨ªa previsto para hoy un almuerzo muy distinto. Hab¨ªa invitado a comer a los 3.000 indigentes italianos que, poco antes, deb¨ªan asistir desde asientos de honor a la beatificaci¨®n de la madre Teresa. Junto a ellos, m¨¢s de 400 obispos, 150 cardenales, numerosas representaciones pol¨ªticas y diplom¨¢ticas, unas 500 misioneras de la Caridad con Nirmala Ioshi, la actual superiora, al frente, y cientos de miles de fieles an¨®nimos. M¨¢s de 3.000 voluntarios se encargaban desde ayer de orientar a la multitud llegada a Roma. El rito de beatificaci¨®n, en el que se ha insertado un espect¨¢culo de danzas indias, ser¨¢ retransmitido en directo a 48 pa¨ªses.
230.000 reservas para la ceremonia
Ocho pantallas gigantes est¨¢n instaladas en la avenida de la Conciliaci¨®n, que conduce a la bas¨ªlica de San Pedro, para que los fieles puedan seguir la ceremonia. La misa ser¨¢ traducida a seis idiomas y transmitida en directo a numerosos pa¨ªses, entre ellos a Albania, donde naci¨® Teresa de Calcuta. La representaci¨®n espa?ola estar¨¢ presidida por el ministro Javier Arenas.
La Congregaci¨®n de las Misioneras de la Caridad estar¨¢ representada por la hermana Mary Nirmala, la superiora que sucedi¨® a Teresa, a la que acompa?ar¨¢ la joven sobre la que se produjo el milagro, convertida al catolicismo. La orden fundada por la nueva beata tiene 4.514 fieles, dispone de 710 casas de asistencia y est¨¢ presente en 132 pa¨ªses. Para la ceremonia de hoy ha hecho 230.000 reservas.
La ceremonia no ser¨¢ muy distinta a la que se organiz¨® el a?o pasado con motivo de la canonizaci¨®n del capuchino italiano Padre P¨ªo y del espa?ol Josemar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer, fundador del Opus Dei, en las que participaron unas 300.000 personas.
Teresa de Calcuta, cuyo verdadero nombre era Agnese Gonxha Bojaxhiu, naci¨® el 26 de agosto de 1910 en Skopie (actual Macedonia) en el seno de una familia albanesa y muri¨® el 5 de septiembre de 1997 en Calcuta (India). A los 18 a?os ingres¨® en la orden de las Hermanas de Nuestra Se?ora del Loreto en Irlanda. A continuaci¨®n fue nombrada directora de un colegio cat¨®lico en Calcuta. En 1948 pidi¨® permiso para dejar el convento y dedicarse a cuidar a los enfermos. Ese a?o adquiri¨® la nacionalidad india.
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