El triunfo de la ultraderecha amenaza el reparto de poder que rige Suiza desde 1959

La victoria en Suiza de la Uni¨®n Democr¨¢tica del Centro (UDC), partido xen¨®fobo de ultraderecha, que logr¨® un 27,7% de los votos en las elecciones del pasado domingo, supone un serio riesgo para la f¨®rmula pol¨ªtica que ha proporcionado estabilidad a la Confederaci¨®n Helv¨¦tica durante m¨¢s de 40 a?os. Los dirigentes de esta formaci¨®n han hecho hincapi¨¦ en que Cristoph Blocher, l¨ªder del partido, debe ser el segundo miembro de la UDC que debe formar parte del Gobierno de siete carteras en el que hasta la fecha s¨®lo ten¨ªa un representante. Si no lo aceptan los tres partidos que est¨¢n en el Ejecutivo desde 1959 -radicales, democristianos y socialistas-, la formaci¨®n m¨¢s votada podr¨ªa pasar a la oposici¨®n, algo dif¨ªcil de digerir en Suiza.

El Partido Socialista, el Radical Dem¨®crata y la Democracia Cristiana est¨¢n presentes en el Ejecutivo suizo desde 1959. Los tres partidos han disfrutado durante estas d¨¦cadas de dos puestos en el Gobierno de siete carteras. Y la UDC manten¨ªa uno. Ahora este partido exige dos ministerios. Y, adem¨¢s, que el segundo ministro sea precisamente el vencedor en los comicios, Blocher. Samuel Schmid es el miembro de la UDC que actualmente se hace cargo de una de los siete carteras: la de Defensa.

El presidente de la UDC, Ueli Maurer, ha afirmado que "el candidato al Gobierno ser¨¢ Blocher y no otro". Y su vicepresidente, Jean Fatteberg, ha subrayado: "Si no es Blocher el elegido, entonces nos saldremos del Gobierno", lo que pr¨¢cticamente quebrar¨ªa la llamada "f¨®rmula m¨¢gica". La UDC presentar¨¢ a Blocher como candidato al Gabinete de Gobierno el pr¨®ximo 10 de diciembre, cuando el Parlamento federal elija al sucesor del radical Kaspar Villiger, actual ministro de Econom¨ªa, que har¨¢ efectiva ese d¨ªa su jubilaci¨®n pol¨ªtica. "Habr¨¢ un cambio en el que o lograremos dos puestos en el Ejecutivo o no estaremos representados en el Gobierno de Suiza, lo que es algo que se sale de lo normal", afirm¨® ayer el portavoz de la UDC, Yves Bichsel.

El problema es que la Democracia Cristiana, por boca de su presidente, Philipp Stahelin, abog¨® ayer por mantener las reglas de juego para la formaci¨®n del Ejecutivo. Sin embargo, para la presidenta del Partido Socialista, Christiane Brunner, se tratar¨ªa nada m¨¢s de "revisar el reparto de las cinco carteras entre los tres partidos burgueses". Brunner considera un "chantaje" que se trate de imponer a Blocher para el nuevo Gobierno.

La eventual salida del partido ultraderechista del Gobierno y su paso a la oposici¨®n preocupa a la clase pol¨ªtica suiza porque es dif¨ªcil digerir en este pa¨ªs que el partido m¨¢s votado no tenga responsabilidades en el Gobierno.

No obstante, no faltan analistas que estiman que en un pa¨ªs donde los referendos para decidir sobre las cuestiones m¨¢s importantes son muy frecuentes, la presencia en el Gobierno del partido xen¨®fobo no va a tener una excesiva relevancia. Y tampoco escasean los expertos que atisban una alianza de derechas entre el Partido Radical, la Democracia Cristiana y el partido vencedor de los comicios del pasado domingo.

Si los partidos de derecha tradicionales y la izquierda en su conjunto sostienen que las ideas de Blocher no son representativas del conjunto de la poblaci¨®n, con la votaci¨®n del domingo los electores han puesto en duda estas afirmaciones.

Le Pen y Haider

Muchos suizos parecen simpatizar con esas propuestas, muy cercanas a las de los movimientos pol¨ªticos de Jean Marie le Pen en Francia y de J?rg Haider en Austria. Los votantes de la UDC est¨¢n claramente en contra de la integraci¨®n en la Uni¨®n Europea (UE), a favor de medidas proteccionistas y por un mayor control de la inmigraci¨®n, a la que culpan de casi todos sus males, especialmente del aumento del desempleo, que apenas rebasa el 4%. El 21% de la poblaci¨®n residente en Suiza es inmigrante.