Una nueva feria que dar¨¢ que hablar: Frieze
Una nueva feria de arte contempor¨¢neo acaba de nacer y vaticino que ser¨¢ la alternativa a la FIAC, que est¨¢ un tanto deca¨ªda. Es la Frieze Art Fair, en Londres, inaugurada el pasado l6 de octubre y que, en un pabell¨®n especialmente construido por el arquitecto David Adjaye en pleno Regent's Park, ha sido organizada no por marchantes, sino por la revista Frieze y sus principales responsables, Matthew Slotover y Amanda Sharp. Mi impresi¨®n ha sido ¨¦sta: es una feria joven (que muestra mayoritariamente arte contempor¨¢neo), marchosa, con un p¨²blico sofisticado, apasionado y curioso, con la presencia de los coleccionistas internacionales y que por tanto tiene todas las bazas para consolidarse y ganar mucho terreno a otras ferias. Adem¨¢s, ?a qui¨¦n no le gusta Londres, en donde siempre hay tanto que ver? La feria es de tama?o medio (11.000 metros cuadrados, 124 galer¨ªas expositoras, alrededor de 1.000 artistas propuestos), ofrece tambi¨¦n un festival de m¨²sica, proyectos especiales creados por los artistas para la ocasi¨®n (como una gran rampa con c¨¦sped artificial, por donde los visitantes pueden rodar, creada por Paola Pivi) y una enorme caseta de libros de arte, de la famosa firma Walter Koenig Books.
Londres, con la nueva feria Frieze, ha roto una lanza para convertirse en la capital del arte contempor¨¢neo
Una gran mayor¨ªa de galer¨ªas son inglesas, pero destaca la presencia alemana, francesa y, en menor medida, norteamericana (pero con la potente Gagosian). Y si no abundan las obras musealizables s¨ª, en cambio, hemos podido hacer descubrimientos interesantes, como el del one-man show dedicado a Bruce Conner (Kansas, 1933) autor de composiciones con manchas de tinta a la manera de Rorschach y de unos delicad¨ªsimos collages que recuerdan a Max Ernst, con escenas religiosas y paisajes rom¨¢nticos y m¨ªsticos. Amigo de Dennis Hopper, Conner tambi¨¦n tuvo un papel destacado en el cine experimental de los a?os cincuenta y sesenta y es asimismo autor de unos excelentes assamblages. El Walter Art Center le acaba de dedicar una gran retrospectiva. Otro descubrimiento hist¨®rico ha sido el de los dibujos er¨®ticos del artista suizo Bayrle que mostraba la galer¨ªa bernesa Francesca Pia. Pero ya en el terreno de lo m¨¢s contempor¨¢neo, quiz¨¢ la obra m¨¢s impactante fuera la del brit¨¢nico-indio Anish Kapoor en la Lisson Gallery, un cubo transparente con una sugerente forma (como de coraz¨®n o de ameba) en medio, conseguida tan s¨®lo insufl¨¢ndole aire. Se?alemos tambi¨¦n el trabajo de un desconocido mexicano, que se autodenomina Dr. Lakra y que manipula con tatuajes a unas lindas pin-ups de los a?os cincuenta (en la galer¨ªa Koksal / Kurimanzutto), la fotograf¨ªa de un desnudo casi cin¨¦tico de Dorothy Cross en Firth Street Gallery; el inmenso cortahuevos de Mona Hatoum en White Cube, los impactantes y a la vez delicados Imi Knoebel en Air de Paris y casi todos los artistas de la galer¨ªa brasile?a Fortes Gra?a, especialmente la pintora Beatriz Milhazes y Ernesto Neto.
De los j¨®venes artistas brit¨¢nicos, dos de los que se mostraron en Tecla Sala est¨¢n ya encumbrados a m¨¢s no poder: el sutil¨ªsimo Richard Wright, que nos hizo entonces una decoraci¨®n mural en la entrada de la escalera (1999), y que ahora expone flamantemente su City nervosi en Gagosian, mientras el Autorretrato de Sarah Lucas con colilla (que no retuvo el inter¨¦s adquisitivo por parte de ning¨²n coleccionista en la Barcelona de 2001) ocupa hoy toda una pared, tratado en esta ocasi¨®n con pintura (en la galer¨ªa Sadie Coles). Sarah Lucas ha entrado en la colecci¨®n de la Tate Modern y el precio de sus obras se ha multiplicado por 10.
Saatchi, el gran mentor de este grupo, ha cambiado de sede su colecci¨®n: colocada ahora en el antiguo Ayuntamiento de Londres, el local no tiene ni la mitad de gracia que el anterior, aunque la operaci¨®n comercial ha resultado perfecta: puesto que la localizaci¨®n es inmejorable, el p¨²blico (de pago) ha aumentado considerablemente. Ahora, un libro de casi 200 p¨¢ginas, escrito por Gemma de Cruz y Kay H. Saatchi (la ex esposa de Charles Saatchi), con fotograf¨ªas de Amanda Eliasch, acaba de aparecer sobre esta generaci¨®n e incluso la anterior, pues incluye tambi¨¦n a Gilbert and George y Anish Kapoor. Gran Breta?a vende perfectamente a sus artistas, algo que Espa?a a¨²n no sabe hacer. Ninguna galer¨ªa espa?ola estaba a¨²n presente, aunque s¨ª estaban, como visitantes, Helga de Alvear, Emilio ?lvarez, Mar¨ªa Corral, alg¨²n que otro coleccionista y el flamante nuevo director de la Tate Modern, Vicente Todol¨ª, encantado con su nuevo puesto y su nueva casa en Soho.
En la Tate Modern, por cierto, pod¨ªa verse una instalaci¨®n absolutamente apabullante del artista dan¨¦s / island¨¦s Olafur Eliasson que recrea, tecnol¨®gicamente, una salida o puesta de sol. En el inmenso espacio del vest¨ªbulo de la Turbina, con los espectadores literalmente tendidos en el suelo y una bruma conseguida artificialmente pero no por ello menos misteriosa y rom¨¢ntica, el efecto era espectacular.
Gran Breta?a, que jug¨® fuerte la baza de la Tate Modern (miles de visitantes en un s¨¢bado por la ma?ana) y de sus artistas, y que a¨²n se lamentaba del poco coleccionismo de que dispon¨ªa y de su relativo aislamiento, ha roto una lanza a favor de su definitivo lanzamiento como capital del arte contempor¨¢neo. Y lo conseguir¨¢n, porque la energ¨ªa est¨¢ ah¨ª y el clima econ¨®mico y social es propicio.
Victoria Combal¨ªa es cr¨ªtica de arte.
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