Ricardo Rodr¨ªguez, periodista gr¨¢fico

Con la muerte el jueves 23 de octubre de Ricardo Rodr¨ªguez S¨¢nchez (Granada, 1919) se despide la memoria gr¨¢fica de una ciudad, C¨®rdoba, y tambi¨¦n la de un tiempo, el que transcurre desde la posguerra hasta los primeros a?os de la democracia.

Fot¨®grafo vocacional y autodidacta, empez¨® muy joven a hacer trabajos por su cuenta, que luego vend¨ªa, hasta que consigui¨® montar su primer laboratorio reci¨¦n finalizada la Guerra Civil.

Con s¨®lo 22 a?os, inici¨® sus primeras colaboraciones period¨ªsticas con varias publicaciones hasta que el Diario C¨®rdoba lo fich¨® como redactor gr¨¢fico. Desde el a?o 1941 hasta 1984, Ricardo, pues as¨ª firmaba sus trabajos, dio testimonio de todos los acontecimientos, grandes y peque?os, vividos en C¨®rdoba.

Pero sus miras no se limitaron al reducido espacio de su tierra. Su inquietud profesional, su curiosidad y su audacia le llevaron, por su cuenta, a estar presente en cuantos acontecimientos de importancia ten¨ªan lugar tanto dentro como, en ocasiones, fuera de nuestras fronteras. La visita de Eva Per¨®n, los grandes encuentros de f¨²tbol, la consagraci¨®n de obispos en el Vaticano o los recorridos de ¨¦xito de los toreros locales fueron objetivo para su Leica.

Ricardo tuvo el don de mirar e irrumpir en la escena de la fotograf¨ªa local como un revolucionario, dejando atr¨¢s el hieratismo acartonado de los documentos gr¨¢ficos anteriores a su ¨¦poca e introduciendo el movimiento, la narraci¨®n, la cercan¨ªa.

Amigo de Manolete (suya es la famosa foto del torero sonriendo), sus trabajos en temas taurinos y deportivos le valieron la corresponsal¨ªa de m¨²ltiples publicaciones de ¨¢mbito nacional y especializadas.

Casado con Josefa Aparicio Ruiz, que le supo dar ¨¢nimo y libertad, tuvo ocho hijos, de los que cinco son periodistas. Ricardo era mi padre y me ense?¨®, entre otras cosas, a ser periodista.-