Una saga sobre ruedas centenarias
Rafael Luque restaura carruajes 139 a?os despu¨¦s de que su tatarabuelo abriera en C¨®rdoba el negocio familiar
Cuando Rafael Luque naci¨®, hace 44 a?os, quiz¨¢ no ten¨ªa otra que el oficio que instaur¨® en la familia su tatarabuelo Francisco Luque Le¨®n hace la friolera de 139 a?os. ?ste es el tiempo que lleva abierto el negocio familiar que en otros tiempos era una ferviente factor¨ªa de carruajes y que ahora, por cosas de la demanda, ha quedado en un reducto de este viejo oficio en C¨®rdoba.
"En Jerez y Sevilla s¨ª queda m¨¢s tradici¨®n, pero aqu¨ª no queda nadie que se dedique de lleno a hacer carruajes", explica Luque mientras ense?a su ¨²ltima proeza, la restauraci¨®n de un carruaje estilo Manola, encargado por el Ej¨¦rcito. Una vez restaurado parece reci¨¦n hecho, pero hoy es 2003 y esta Manola acristalada data de finales del siglo XIX. Las manos de Rafael son una aut¨¦ntica m¨¢quina del tiempo.
A Rafael Luque no le quedaba otra porque cuando contaba seis meses ya gateaba por la Antigua Casa de Matapalos, aquella que fund¨® su tatarabuelo. A los 12 a?os ayud¨® a construir ruedas de carruaje que sirvieron para rodar los western del lejano oeste en Almer¨ªa. Luque se?ala la foto en la que aparece junto a su padre, su abuelo y unas ruedas casi m¨¢s grandes que ¨¦l.
Eran otros tiempos. En los a?os veinte y treinta del siglo pasado hab¨ªa "30 ¨® 40 personas trabajando" en un taller de 1.800 metros cuadrados, cuatro veces m¨¢s que el que ahora conserva. "Hab¨ªa maestros de ruedas, herreros y pintores y ven¨ªa gente de los pueblos con su capacha llena de herramientas", comenta. Ahora s¨®lo est¨¢ Rafael, que fragua el hierro, da forma a la madera y pinta. Y un chaval que le echa un cable en las tareas m¨¢s sencillas, como darle a la lija.
De ser un medio de transporte, el carruaje ha quedado en fetiche para coleccionistas, adorno en las ferias o pieza pintoresca en los desfiles. A mediados del siglo pasado el autom¨®vil desahuci¨® a los carruajes de las cocheras. Fueron a parar a los cobertizos y los tractores terminaron por dejarlos al relente.
"He visto todo tipo de modelos, pero no hay ninguno exactamente igual y cada pieza era exclusiva", apostilla mientras muestra la numeraci¨®n de la tabla de un respaldo. En la pared del taller hay fotos de algunos modelos que Rafael ha apa?ado: Faet¨®n, Spider, Land¨®, Jardinera. Ahora le espera un Land¨® llegado de Sevilla. "Es el Rolls Royce de los carruajes", explica. El trabajo llega a Carruajes Matapalos desde todos los puntos de Andaluc¨ªa e incluso de Madrid. La ¨²nica premisa es la paciencia inherente al artesano. Para la Manola acristalada del Ej¨¦rcito, "un Mercedes de los de ahora", Rafael ha empleado cuatro meses, miles y miles de movimientos de sus manos. Cobrar¨¢ 6.000 euros, razonable si se tiene en cuenta que casi vive en el taller.
El orden de llegada del carruaje es el orden de trabajo, excepto para quienes pasean a los turistas por C¨®rdoba, sus ¨²nicos clientes fijos que s¨®lo precisan peque?os arreglos. Rafael espera ahora un viejo modelo que procede de alguien de 93 a?os que quiere verlo tal y como era al principio.
Rafael tiene dos hijas gemelas: Patricia y Claudia. "Sacan muy buenas notas", cuenta el padre mientras ense?a fotos y explica que no son ajenas del todo al oficio. Pero parece dif¨ªcil que la saga contin¨²e. "Es un trabajo muy duro y ellas son muy buenas estudiantes". Patricia quiere ser veterinaria y Claudia es una virtuosa de la electr¨®nica.
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