Cambio de r¨¦gimen

Una de las veces en las que a lo largo de su vida Joan Saura (Barcelona, 1950) tuvo conciencia de que las cosas podr¨ªan no ser tan f¨¢ciles como se presum¨ªa fue cuando en el a?o 1979, reci¨¦n elegido primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de L'Hospitalet de Llobregat, un alto funcionario anunci¨® a todo el consistorio que la deuda ascend¨ªa a la cifra de 2.000 millones de pesetas. Era la primera vez en m¨¢s de 40 a?os que los comunistas llegaban a controlar parcelas de poder municipal consiguiendo as¨ª, al igual que la mayor¨ªa de los dem¨¢s partidos, dar respuesta al clima de ilusi¨®n colectiva que se hab¨ªa generado en una sociedad ansiosa de finiquitar el franquismo.

Era un cambio de r¨¦gimen con todas las de la ley. Quiz¨¢ por eso a este qu¨ªmico industrial le preocupa que el cambio que ¨¦l vislumbra en las elecciones del pr¨®ximo 16 de noviembre y que compara al fin de otro r¨¦gimen, m¨¢s que a la alternancia, sea fruto no tanto de una ilusi¨®n de la calle como del agotamiento del proyecto pol¨ªtico de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Puede preocuparle, pero seguro que sabe tambi¨¦n que los m¨¢s sesudos polit¨®logos siempre son de la opini¨®n de que las elecciones las acostumbra a perder el poder m¨¢s que a ganarlas la oposici¨®n.

Su muy bien hilvanado discurso es radical y de izquierdas, y su impecable tono de hombre tranquilo no es impedimento para que suelte todo tipo de pu?os dial¨¦cticos con los que denostar los 23 a?os de gesti¨®n de CiU, a la que acusa de haber dejado el pa¨ªs en manos de los intereses econ¨®micos y financieros bajo una ret¨®rica nacionalista-conservadora.

En su primer envite como candidato a la presidencia de la Generalitat, Joan Saura apuesta por un gobierno tripartito de las izquierdas, pero esto tampoco es obst¨¢culo para cargar contra los cantos de sirena que hasta hace poco lanzaba Maragall hacia los convergentes y contra la equidistancia pol¨ªtica de ERC.

Si los resultados de las pr¨®ximas elecciones se ajustan a los pron¨®sticos y a los deseos de Joan Saura y le llega a ¨¦l la gran oportunidad de tocar poder en la Generalitat, faltar¨¢ entonces por ver c¨®mo es capaz de hacer casar sus intenciones y su discurso con los de sus socios de gobierno, presumiblemente mucho m¨¢s fuertes que su partido en n¨²mero de votos.

En los primeros comicios auton¨®micos, los comunistas del PSUC pesaban mucho, y la izquierda en su conjunto, m¨¢s, y sin embargo no llegaron a gobernar. Ahora Iniciativa tiene much¨ªsimo menos peso que entonces y, a pesar de ello, Saura aspira a finiquitar otro r¨¦gimen. No lo tendr¨¢ nada f¨¢cil. Claro que tampoco lo ten¨ªa f¨¢cil aquel joven concejal de 29 a?os cuando se puso a gestionar la ilusi¨®n de muchos votantes y los 2.000 millones de pesetas de deuda que acumulaba el Ayuntamiento del segundo municipio de Catalu?a en n¨²mero de habitantes.