Sociedad civil y posislamismo
Ir¨¢n es la pieza central del fr¨¢gil y complejo damero geopol¨ªtico de Oriente Pr¨®ximo. Tres veces y media mayor que Espa?a, con casi 70 millones de habitantes, con una riqueza petrol¨ªfera considerable, con procesos de urbanizaci¨®n y de alfabetizaci¨®n excepcionales, y con una civilizaci¨®n milenaria, su futuro es determinante no s¨®lo para la estabilidad del ¨¢rea, sino para todo el mundo isl¨¢mico. La realidad multi¨¦tnica iran¨ª, en la que el elemento b¨¢sico indoeuropeo ha tenido que convivir con muchas otras culturas, en particular con los componentes turco y ¨¢rabe, ha suscitado una fuerte afirmaci¨®n identitaria. Los movimientos de los a?os 1906 y 1960 reivindican esa opci¨®n tanto frente al islam chi¨ª como frente a la occidentalizaci¨®n, pero el jomeinismo la interrumpe en 1979 al convertir al imperio de Ir¨¢n en rep¨²blica isl¨¢mica, aunque sin lograr en sus dos d¨¦cadas de dominaci¨®n y a pesar de la ayuda que, por torpeza, les presta Norteam¨¦rica, acabar con la excepci¨®n cultural que representa la experiencia iran¨ª. En ese contexto, las mujeres y los j¨®venes descubren las virtualidades de la sociedad civil y se instalan en ella. La reglamentaci¨®n que impone a las mujeres el Consejo de la Revoluci¨®n en 1979 es la del islam m¨¢s tradicional: la necesidad de llevar el velo, incluidas las mujeres no musulmanas; la limitaci¨®n de su capacidad jur¨ªdica en relaci¨®n con el divorcio, la herencia y la custodia de los hijos; o la imposibilidad de viajar solas sin autorizaci¨®n del marido; adem¨¢s de la inescapable lapidaci¨®n en caso de adulterio frente a la simple reprimenda del marido infiel. Pero esas disposiciones no resisten el empuje de una sociedad en mutaci¨®n que desborda ampliamente el modelo islamista, saca a las mujeres del ¨¢mbito dom¨¦stico y las lanza a la conquista del espacio p¨²blico.
Una multitud de asociaciones femeninas son los actores de esta transformaci¨®n. Sin olvidar la contribuci¨®n de una prensa femenina que subraya, d¨ªa a d¨ªa, las contradicciones entre los preceptos tradicionales y las exigencias de la vida contempor¨¢nea; o el valor de ejemplo de algunas grandes personalidades femeninas como Ebadi, la primera magistrada de Ir¨¢n; la escritora Parsipour, autora de Mujeres sin hombres; la capacidad de arrastre del militantismo feminista que encarna Zahra Mostafavi, hija de Jomeini. Pero sobre todo la encarnizada brega de las mujeres iran¨ªes por acceder a la educaci¨®n. La alfabetizaci¨®n femenina ha pasado del 17% en 1970 a m¨¢s del 70% en 2000. A¨²n m¨¢s, hoy la mayor¨ªa de los estudiantes, en todos los niveles, son mujeres. El velo y la posibilidad de circular que ¨¦ste les garantiza han sido la clave del ¨¦xito. En cuanto a los j¨®venes, la Revoluci¨®n isl¨¢mica fue su obra, y desde ella se enrolaron en las filas de los guardianes de la revoluci¨®n para luchar contra Irak cuando, apoyado por Estados Unidos, invade Ir¨¢n. Vuelven del frente convertidos en h¨¦roes y ocupan los primeros puestos del poder. Sus hijos ven en la ciencia y en la t¨¦cnica modernas un modo de oponerse al poder de los cl¨¦rigos, y en la Universidad, la plataforma por excelencia para adquirirlas y ejercitarlas. Cada a?o m¨¢s de dos millones de j¨®venes iran¨ªes optan a las 150.000 plazas que ofrecen las universidades p¨²blicas, intentando encontrar en ellas la puerta de entrada a su vida profesional y su primera realizaci¨®n pol¨ªtica.
La vida pol¨ªtica en Ir¨¢n es de una extraordinaria riqueza y complejidad. En el a?o 2001, el Ministerio del Interior censa m¨¢s de 180 partidos. Y la situaci¨®n se parece mucho a la efervescencia del posfranquismo del a?o 1977 y su sopa de letras. La censura y la suspensi¨®n de los diarios favorables a la opci¨®n de Jatam¨ª son incapaces de contener la multiplicaci¨®n de diarios, revistas y publicaciones. Los temas de sociedad civil y derechos humanos son insoslayables y Jatam¨ª ha lanzado el lema del "di¨¢logo de civilizaciones", frente al choque de civilizaciones de EE UU y a la "agresi¨®n cultural occidental" de Jamenei. Que Jatam¨ª consiguiera que la ONU declarase 2001 a?o del di¨¢logo de las civilizaciones es un gran ¨¦xito de las posiciones reformistas en Ir¨¢n. Que estos d¨ªas, la gesti¨®n conjunta de Francia, Alemania y el Reino Unido haya conseguido que Ir¨¢n, a pesar de las amenazas de todas las potencias at¨®micas de la zona y de su inclusi¨®n en el eje del mal, acepte cualquier inspecci¨®n imprevista por parte del OIEA prueba que Ir¨¢n est¨¢ ya en el posislamismo.
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