Voten, voten
Supongo recordar¨¢n que hoy en Madrid toca jornada de reflexi¨®n. Ello quiere decir que durante estas 24 horas sabatinas los candidatos han de estar callados y no andar por ah¨ª armando bulla ni dando m¨¢s la barrila para recaudar votos.
As¨ª pues, nada de m¨ªtines ni actos multitudinarios que puedan perturbar esta tregua que la ley electoral impone con la intenci¨®n de que pongamos en orden nuestras ideas. En plan cuco, los aspirantes siempre tienen la posibilidad de acudir a espacios p¨²blicos muy concurridos y dejarse ver como quien no quiere la cosa sonriendo a diestro y siniestro en el intento de ara?ar los ¨²ltimos sufragios haci¨¦ndose los simp¨¢ticos.
Pero hoy, en pura teor¨ªa , deber¨ªamos estar todos en actitud contemplativa analizando los pro y los contra de cada oferta electoral y tratando de dilucidar qui¨¦n merece sentarse en el primer despacho de la Puerta del Sol.
La realidad es algo distinta.
Estoy seguro de que cuando baje a la calle ver¨¦ a la gente como siempre, con sus bolsas de la compra, hablando de f¨²tbol o montando el plan para esta tarde y, probablemente, no habr¨¢ nadie con la mirada perdida y una mano en el ment¨®n como El pensador de Rod¨ªn. Dicho de otra manera, aqu¨ª ya no queda nada que reflexionar, porque el pescado hace mucho tiempo que est¨¢ vendido. La de estos comicios auton¨®micos ha sido, sin lugar a duda, la campa?a electoral m¨¢s larga y agotadora de nuestra moderna democracia y a nadie le quedan ganas de darle m¨¢s vueltas al organillo. Adem¨¢s, si despu¨¦s de casi a?o y medio que llevan los partidos bombarde¨¢ndonos con sus propuestas, despu¨¦s de unas elecciones fallidas y un verano terrible en el que no han parado de cruzarse acusaciones e insultos, si despu¨¦s de todo lo que hemos visto y o¨ªdo, alguien todav¨ªa tiene que pens¨¢rselo un poco m¨¢s, creo que deber¨ªa visitar al psic¨®logo. Hoy, en verdad, m¨¢s que una jornada de reflexi¨®n es una jornada de descanso, un descanso que ciertamente nos tenemos bien ganado. Ahora bien, este justificado hartazgo no debiera provocar los altos niveles de abstenci¨®n que pronosticaron los ¨²ltimos sondeos y que a¨²n estamos a tiempo de contradecir. Madrid tiene muchos problemas pendientes de resolver, problemas que han engordado ostentosamente en estos meses de gobierno al ralent¨ª, y para los que nos proponen recetas muy distintas.
Miren, sin ir m¨¢s lejos, lo diferente que puede ser el tratamiento que apliquen seg¨²n qui¨¦n gobierne a la imparable escalada en los precios de la vivienda. Ese asunto constituye ahora mismo la pesadilla de decenas de miles de madrile?os que no ven la forma de independizarse o crear un hogar porque sus ahorros crecen en progresi¨®n aritm¨¦tica mientras los pisos lo hacen en progresi¨®n geom¨¦trica.
Otro aspecto que condiciona enormemente nuestra calidad de vida es el de la movilidad. Hay c¨¢lculos realmente espeluznantes sobre el tiempo y las energ¨ªas que los ciudadanos de esta regi¨®n quemamos cada d¨ªa ya sea atascados en nuestro coche o combinando transportes p¨²blicos.
El PP tiene un discurso, el PSOE otro e Izquierda Unida el suyo particular. Lo mismo sucede con la inseguridad, un problema cada vez mas peliagudo, de dif¨ªcil resoluci¨®n con el actual marco legal, y en el que los partidos no s¨®lo difieren en las recetas, sino tambi¨¦n en el diagn¨®stico.
Otro tanto podr¨ªamos decir de la sanidad p¨²blica, la educaci¨®n, el medioambiente y el largo etc¨¦tera de asuntos sobre los que el Gobierno regional tiene competencias que afectan directamente a nuestra existencia. ?stas son por s¨ª solas razones suficientes para que ma?ana acudamos a las urnas y nos comprometamos expresando lo que queremos, pero no son las ¨²nicas. Piensen, por ejemplo, si es conveniente que los gobiernos de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid tengan el mismo color o, por el contrario, les da m¨¢s confianza que haya tensi¨®n entre ambas instituciones. Les recuerdo que Ruiz-Gallard¨®n, siendo presidente regional, merm¨® en favor del Gobierno auton¨®mico muchas de las competencias que ten¨ªa la Casa de la Villa, y ahora que es alcalde tendr¨¢ que visitar con m¨¢s frecuencia de la que quisiera su antiguo despacho en la Puerta del Sol. Sin ¨¢nimo de liarles, les dir¨¦ que las relaciones de don Alberto con Esperanza Aguirre, al margen de las apariencias, no son mucho mejores de las que tiene con Rafael Simancas, as¨ª que los conflictos institucionales est¨¢n garantizados en ambos supuestos. La diferencia es que, si gobierna Simancas, las broncas tronar¨¢n en los medios de comunicaci¨®n y en cambio si manda la se?ora Aguirre tratar¨¢n de lavar los trapos sucios en casa. Ustedes ver¨¢n lo que prefieren.
Y una cosa m¨¢s: aunque no nos guste lo que vimos y o¨ªmos este verano en el Parlamento regional, aunque en los partidos se cuelen seres deleznables y aunque estemos dolorosamente hartos de tanto mediocre y tanto chanchullo, en pol¨ªtica hay personas que de verdad merecen la pena. Las hay en todos los colores e ideolog¨ªas. Est¨¢ en juego el futuro de Madrid. No dejen ma?ana de ir a votar y, a ser posible, acierten.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.