Miradores de altos vuelos
Estos cerretes que se alzan junto al puerto de Navacerrada ofrecen vistas espectaculares sobre el pinar de Valsa¨ªn
Gallarza fue ministro del Aire entre 1945 y 1957, fue hermano del Gallarza que en 1926 vol¨® de Madrid a Manila en un Breguet XIX y fue t¨ªo del Gallarza que desde 2001 es jefe del Estado Mayor del Ej¨¦rcito del Aire. ?Y por qu¨¦ nos cuenta usted esto? Pues porque Gallarza se llama el mirador que hay poco m¨¢s adelante de la residencia de oficiales que dicho ej¨¦rcito tiene en los Cogorros, y porque, viendo el a¨¦reo panorama que en ¨¦l se disfruta, nos parece que el nombre de familia tan voladora y que ha llegado tan alto le viene al pelo, como pedrada en ojo de boticario.
Si la Virgen de Loreto, patrona de los aviadores, intercede con Zeus nub¨ªfero para que no haya niebla, la mirada puede volar sin estorbo desde el mirador Gallarza hasta La Granja, planeando 11 kil¨®metros sobre el pinar de Valsa¨ªn; y, una vez all¨ª, en el conf¨ªn del bosque, volver sobrevolando Pe?alara, Cotos, la loma del Noruego y la Bola del Mundo hasta el puerto de Navacerrada, a un kil¨®metro escaso del mirador Gallarza. Pero no es ¨¦ste el ¨²nico mirador, ni tampoco el mejor, de los Cogorros, como enseguida veremos.
A la vera del arroyo del Tel¨¦grafo discurre la antigua senda de gabarreros del Ca?izal
Junto a los bares del puerto (1.860 metros), a mano izquierda seg¨²n se llega desde Madrid, nace una carretera -s¨®lo para veh¨ªculos oficiales- por la que vamos a plantarnos en diez minutos ante la residencia del Ej¨¦rcito del Aire, al final del asfalto. Una estaci¨®n meteorol¨®gica corona el cerrete que se yergue a sus espaldas, el primero de una serie de suaves altos, los denominados Cogorros, de no m¨¢s de 1.900 metros; suaves de andar, pero no para vivir, como lo demuestran los viejos pinos albares que, a fuerza de luchar con la nevasca, tienen los brazos deformes como culturistas.
En el siguiente cerro, asomado a un saliente rocoso a mano derecha, descubriremos el mirador Gallarza, que ha sido acondicionado en varias ocasiones, la primera en tiempos del ministro. Y, un kil¨®metro despu¨¦s, alcanzaremos el Cogorro de Maravillas, donde no hay ning¨²n balc¨®n de obra, pero s¨ª un a¨¦reo pe?ascal que, por su posici¨®n m¨¢s avanzada hacia el norte, abarca mayor panorama. Aqu¨ª, viendo despegar y aterrizar a los buitres negros, uno se hace la ilusi¨®n de estar en un pac¨ªfico portaaviones de dos kil¨®metros de eslora -eso mide la cresta de los Cogorros-, fondeado en el mar de pinos de Valsa¨ªn, a la vista de los tres puertos -Cotos, Navacerrada y Fuenfr¨ªa-, donde tiene sus primeras fuentes el Eresma.
En esta punta o proa rocosa nos despediremos de los suaves Cogorros para bajar por la empinada loma de la Machorra, siguiendo hacia el noroeste por una senda bien se?alizada con hitos. As¨ª, a una hora del inicio o poco m¨¢s, llegaremos a una praderita llana situada a 1.600 metros de altura -muy cerca de la primera de las siete revueltas-, donde nuestro camino forma una especie de tridente con otros dos que se le unen. Para m¨¢s se?as, diremos que un robusto pino, solo en mitad del calvero, parece dirigir el tr¨¢fico.
Por el camino de la izquierda, casi en direcci¨®n contraria a la que tra¨ªamos, arribaremos enseguida a la grande y luminosa pradera de la Machorra, y cruz¨¢ndola de claro, hacia poniente, bajaremos por un sendero marcado con hitos al arroyo del Tel¨¦grafo (1.500 metros). A la vera de este afluente del Eresma discurre una pista forestal asfaltada -la antigua senda de gabarreros del Ca?izal-, por la que subiremos hasta verla morir, como a dos horas del inicio, en un cargadero de madera donde confluye el arroyo del Ventoso.
Sin apartarnos en ning¨²n momento del arroyo de la izquierda, que sigue siendo el del Tel¨¦grafo, treparemos por la orilla que mejor nos parezca hasta desembocar, antes de cumplirse la tercera hora de marcha, en el camino Schmid. Este concurrido paseo, que recorre la umbr¨ªa de Siete Picos a 1.800 metros de altura y est¨¢ profusamente se?alizado con c¨ªrculos amarillos, nos devolver¨¢ en media hora m¨¢s, sin posible extrav¨ªo, al puerto de Navacerrada.
En coche, tren o autob¨²s
- D¨®nde. El puerto de Navacerrada dista 60 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera de A Coru?a (A-6) y desvi¨¢ndose en Villalba por la M-601. Se puede ir en tren de cercan¨ªas (Renfe, tel¨¦fono: 902 24 02 02) haciendo transbordo en Cercedilla, as¨ª como en autobuses de la empresa Larrea (tel¨¦fono: 91530 48 00), que salen desde Moncloa.
- Cu¨¢ndo. No habiendo niebla o mucha nieve, cualquier ¨¦poca es buena para realizar esta ruta circular de ocho kil¨®metros y tres horas y media de duraci¨®n, con un desnivel acumulado de 400 metros y una dificultad media-baja.
Si vamos con ni?os peque?os, podemos simplificar el itinerario llegando al Cogorro de Maravillas y volviendo por el mismo camino (cuatro kil¨®metros; muy f¨¢cil).
- Qui¨¦n. Luis L¨®pez van Dam es el autor de 250 a?os recorriendo la sierra de Guadarrama (editorial Werner-Cosmos), libro en el que se describen rutas de diversa dificultad por la zona de los Cogorros.
- Y qu¨¦ m¨¢s. Cartograf¨ªa: mapa excursionista Sierra de Guadarrama, de La Tienda Verde (Maudes, 23 y 38; tel¨¦fono: 91 534 32 57); en su defecto, hoja 18-20 (Cercedilla) del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito, o la equivalente (508) del Instituto Geogr¨¢fico Nacional.
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