Ibarretxe en Granada
Doy por supuesto que todos los lectores conocen los incidentes protagonizados por unos energ¨²menos con ocasi¨®n de la intervenci¨®n del lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe en la Facultad de Derecho de Granada esta semana. La repulsa de la agresi¨®n ha sido generalizada, aunque en algunas ocasiones ha ido acompa?ada de unos matices que sobraban por completo. Pero la repulsa ha sido generalizada y no es preciso, en consecuencia, volver a reiterarla.
S¨ª me parece oportuno subrayar, sin embargo, que Juan Jos¨¦ Ibarretxe vino a Andaluc¨ªa invitado por el Consejo Consultivo de nuestra comunidad aut¨®noma y para participar en un ciclo de homenaje a la Constituci¨®n Espa?ola con motivo del vig¨¦simoquinto aniversario de la misma. No era una invitaci¨®n m¨¢s. El lehendakari ya estuvo en C¨®rdoba hace unos meses, invitado por Julio Anguita, con la finalidad de explicar en nuestra tierra la estrategia pol¨ªtica que est¨¢ poniendo en pr¨¢ctica. En esta ocasi¨®n se trataba de dar una explicaci¨®n p¨²blica del plan que ¨¦l define como un plan para la convivencia pac¨ªfica tanto en el interior del Pa¨ªs Vasco como en las relaciones entre el Pa¨ªs Vasco y el Estado. Pero de hacerlo como consecuencia de una invitaci¨®n del m¨¢ximo ¨®rgano consultivo de Andaluc¨ªa y como un acto de homenaje a la Constituci¨®n Espa?ola.
?Por qu¨¦ 1978 tiene que ser una fecha sagrada, cuya revisi¨®n no puede proponerse y discutirse?
Me parece que es importante que esto no se pierda de vista. Desde hace meses estamos asistiendo a una campa?a de presentaci¨®n del plan Ibarretxe como una estrategia para la ruptura de la unidad del Estado y la afirmaci¨®n de la independencia del Pa¨ªs Vasco. El plan Ibarretxe no ser¨ªa m¨¢s que la culminaci¨®n de la estrategia de ETA. Es la tesis que viene poniendo en circulaci¨®n de manera machacona el ex ministro de Interior Jaime Mayor Oreja. En esta misma semana lo ha hecho, presentado por Nicol¨¢s Redondo Terreros, en el Club Siglo XXI en Madrid.
Eso, sencillamente, no es verdad. El plan Ibarretxe (todav¨ªa no conozco el texto articulado, pero s¨ª he le¨ªdo varias veces el texto del lehendakari en el debate sobre pol¨ªtica general celebrado en el Parlamento vasco el pasado 26 de septiembre y el texto articulado no puede diferenciarse significativamente de lo que en ¨¦l se contiene, porque es muy preciso) se presenta expresamente como un plan de integraci¨®n del Pa¨ªs Vasco en Espa?a. No se contempla en ning¨²n momento la ruptura del principio de unidad pol¨ªtica del Estado. Al contrario. Se reafirma expresamente esa unidad. Lo que se propone es definir sobre bases distintas a las establecidas en la Constituci¨®n espa?ola de 1978 la integraci¨®n del Pa¨ªs Vasco en Espa?a.
Justamente por eso, la propuesta no es constitucional. La propuesta Ibarretxe no cabe en la Constituci¨®n espa?ola. Y no cabe no porque sea incompatible con algunas de las condiciones de ejercicio del derecho a la autonom¨ªa que se contemplan en el t¨ªtulo VIII de la Constituci¨®n, sino porque no es compatible con las decisiones pol¨ªticas constitucionalmente conformadoras que se contienen en los art¨ªculos 1.2 y 2 del texto constitucional. La propuesta Ibarretxe es incompatible con los fundamentos constitucionales del Estado de las Autonom¨ªas.
La Constituci¨®n espa?ola descansa en que hay un "pueblo espa?ol", ¨²nico titular del poder constituyente, que "reconoce el derecho a la autonom¨ªa" de las nacionalidades y regiones que componen Espa?a (arts. 1.2 y 2 CE).
El plan Ibarretxe tiene como punto de partida la afirmaci¨®n de un "pueblo vasco", titular de un poder constituyente originario, que el lehendakari propone que se ejerza de manera limitada, esto es, no constituy¨¦ndose en Estado independiente, sino integr¨¢ndose en el Estado espa?ol mediante un estatuto de libre asociaci¨®n. La propuesta Ibarretxe rechaza que el poder constituyente del pueblo espa?ol pueda extenderse al Pa¨ªs Vasco y reclama el ejercicio no del derecho a la autonom¨ªa, sino del derecho a la autodeterminaci¨®n para integrarse en el Estado espa?ol.
Como puede verse, la f¨®rmula de la Constituci¨®n espa?ola para integrar el Pa¨ªs Vasco y la que propone el lehendakari son no solamente distintas, sino contradictorias. No hay manera de hacer compatible la una con la otra. La propuesta Ibarretxe no es propiamente una propuesta de reforma de la Constituci¨®n y del Estatuto de Autonom¨ªa, sino una propuesta constituyente originaria. Se trata no tanto de reformar como de refundar constitucionalmente la integraci¨®n del Pa¨ªs Vasco en el Estado espa?ol.
Es una propuesta con la que se puede estar de acuerdo o se puede estar en desacuerdo. A m¨ª me gusta m¨¢s la f¨®rmula de la Constituci¨®n que la que propone el lehendakari. Creo que la combinaci¨®n Constituci¨®n/Estatutos de Autonom¨ªa es la que mejor refleja la constituci¨®n material territorial de Espa?a. Incluido el Pa¨ªs Vasco. Pero lo que no entiendo es que la f¨®rmula que propone el lehendakari tenga que ser deformada y, como correlato de la deformaci¨®n, anatematizada.
Tengo dudas de que el lehendakari en cuanto que su autoridad deriva de la Constituci¨®n y del Estatuto de Gernika tenga legitimidad para hacer la propuesta. Pero de lo que no tengo ninguna duda es de que el nacionalismo vasco s¨ª tiene legitimidad para hacerla. No hay ning¨²n principio democr¨¢tico, ninguno insisto, con base en el cual se pueda rechazar que los partidos nacionalistas propongan que la integraci¨®n del Pa¨ªs Vasco en Espa?a se haga sobre bases distintas de las que se decidieron en 1978 y se concretaron en 1979 en la negociaci¨®n del Estatuto. Sin violencia, sin terrorismo, no es posible rechazar de entrada la discusi¨®n que propone el nacionalismo vasco. Otra cosa es darle la raz¨®n. Pero ?por qu¨¦ 1978 y noviembre de 1979 tienen que ser unas fechas sagradas, cuya revisi¨®n no puede proponerse y discutirse?
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