S¨ªntomas
El subdelegado del Gobierno en C¨¢diz, Maximiliano V¨ªlchez, ha invitado a jurar bandera en el cuartel a todos y cada uno de los concejales y alcaldes habidos en los ¨²ltimos 25 a?os en su provincia. La ceremonia ser¨¢ el 6 de diciembre, 25 aniversario de la Constituci¨®n, en el acuartelamiento de Camposoto, en San Fernando. Ser¨¢ un acto de apoyo a la Constituci¨®n y a Espa?a. ?Se cae la Constituci¨®n? ?Se cae Espa?a? Si as¨ª es, no entiendo por qu¨¦ el subdelegado no invita a jurar bandera en el cuartel a todos los gaditanos, mujeres y hombres y ni?os, e incluso a todos los andaluces y todos los espa?oles. (Todav¨ªa tiene tiempo: probablemente nos invite.)
Es un s¨ªntoma preocupante este ruido de exaltaciones patri¨®ticas. Propio de tiempos raros es convocar en masa al cuartel a jurar bandera, aunque s¨®lo se llame a quienes han tenido el honor de ocupar cargos municipales electos en el ¨²ltimo cuarto de siglo: ?los l¨ªderes de la provincia convocados por el subdelegado gubernamental! Habr¨¢ historiadores u observadores del pasado que encuentren en esto cierta similitud con las cosas del franquismo, cuando el gobernador civil y jefe provincial del Movimiento reun¨ªa a los concejales y alcaldes en alg¨²n acto de afirmaci¨®n patri¨®tica. Yo considero un signo de absoluta modernidad la gran jura de bandera en C¨¢diz.
Ser absolutamente modernos es ser absolutamente americanos, y los americanos sienten aut¨¦ntica pasi¨®n por su bandera. ?Por qu¨¦ nosotros no? Aznar elabora teor¨ªas sobre defensa y, en un acceso cient¨ªfico-militar de mimetismo, transforma humildemente las guerras preventivas de EEUU en acciones de car¨¢cter anticipatorio de las tropas espa?olas: imitar es una forma de adulaci¨®n. Y, casi al mismo tiempo que Aznar pronunciaba su conferencia en la Escuela Superior de las Fuerzas Armadas, su subdelegado en C¨¢diz convocaba a honrar la bandera. Es otro caso de mimetismo americano. Los estadounidenses son exhibicionistas con su bandera nacional: pertenecen a un pa¨ªs de pioneros, colonizador, ansioso de marcar territorios domesticados, pa¨ªs de inmigrantes que anhelan ser nacionales, es decir, ser admitidos bajo la inmensa bandera com¨²n.
Aqu¨ª tenemos otra historia, y no se qu¨¦ sentido habr¨¢ en distinguirse a banderazos. ?Har¨¢n un registro de espa?oles juradores de bandera? La convocatoria en el cuartel de Camposoto ?es un experimento, el principio de una pr¨¢ctica que ser¨¢ extendida a toda Espa?a? Quiz¨¢ hayan elegido ahora Andaluc¨ªa, C¨¢diz, porque esta tierra da mucha tropa y mariner¨ªa, legionarios y guardias civiles, y aqu¨ª existe una especial emoci¨®n castrense-familiar. La nueva misi¨®n mundial de Espa?a seguramente exija una dosis masiva de exaltaci¨®n nacional en un tiempo de "mutaciones internacionales", como dice el nuevo Aznar napole¨®nico. Pero yo recuerdo la definici¨®n de mutaci¨®n que daba Popper ("ciego azar que trabaja desde dentro del organismo"), y me asusto del azar ciego y de la exaltaci¨®n. Est¨¢ comprobado que siempre que la gente empieza a agitar banderas y a exaltarse patri¨®ticamente, aumenta proporcionalmente el peligro de desastres patri¨®ticos e interpatri¨®ticos.
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