Valencianos
En la Comunidad Valenciana malvive un esp¨ªritu regeneracionista. Es un impulso que no llega nunca a convertirse en realidad. El rescoldo de una lumbre que no se extingue, sin tomar envergadura ni alcanzar relieve. Una frustraci¨®n prolongada en el tiempo con af¨¢n de sobrevivir. Hay un n¨²mero importante de valencianos con capacidad de influir que no se resigna con las circunstancias que les ha correspondido vivir. No se trata de barajar opciones pol¨ªticas concretas. Consiste en actitudes valientes, abiertas y estimulantes. Los pol¨ªticos lo perciben y la sociedad lo est¨¢ pidiendo a gritos. Partimos de un d¨¦ficit importante. Nos falta un sustrato aut¨®ctono de plataformas pol¨ªticas. No s¨®lo de personas y l¨ªderes. Adem¨¢s es importante partir de un proyecto de pa¨ªs que no necesariamente se haya de construir en beligerancia contra otro pa¨ªs. El fantasma de los enemigos externos lo configura quienes temen la descomposici¨®n de un panorama interno que apenas se soporta.
No hay ninguna sociedad que haya podido menospreciar impunemente a sus personajes m¨¢s insignes. La sociedad valenciana, que ha querido ser en diversas ¨¦pocas cosmopolita, tolerante y europea, ha tenido que soportar la intransigencia y los comportamientos de quienes han orillado, con bastante perversidad, el valle de la ilegalidad y la delincuencia. Queda sin definir el proyecto de pa¨ªs que se conciba desde la reconciliaci¨®n y la concordia. Cuestiones vitales como la aproximaci¨®n de los universitarios y estudiantes a la realidad hist¨®rica del pueblo valenciano carecen todav¨ªa de sistematizaci¨®n. Aqu¨ª nos hemos empe?ado en proseguir con el esquema manique¨ªsta de buenos y malos, rojos y azules o nacionalistas valencianos y nacionalistas espa?oles. Temas pendientes de encauzamiento entre los que se encuentran la lengua, la cultura, la modernidad econ¨®mica, la literatura, la m¨²sica, el arte, la creatividad, la comunicaci¨®n, la innovaci¨®n y el hallazgo de por d¨®nde va a ir la sociedad del siglo XXI, son debates que no s¨®lo quedan pendientes de respuesta sino, lo que es m¨¢s grave, apenas ni se encuentran en una fase incipiente de reflexi¨®n.
Eso s¨ª, andamos mayoritariamente satisfechos con nosotros mismos y con un sistema productivo que hace agua por muchos sitios. Los sectores econ¨®micos tradicionales y en gran medida manufactureros han de reenfocarse con urgencia. Juguete, textil, calzado, azulejo, mueble, industrias del metal, comercio y turismo, tienen ante s¨ª un desaf¨ªo que deber¨ªa reconducirse bas¨¢ndose en los mecanismos y en las experiencias europeas. Nos hemos olvidado muy pronto de que formamos parte de la Uni¨®n Europea para mucho m¨¢s que para recibir d¨¢divas en forma de fondos europeos, que alguien se encargar¨¢ de echarnos en cara y que de nada nos van a servir si no conseguimos modernizar nuestra estructura econ¨®mica.
Y en talante empresarial todav¨ªa estamos en las lecciones incipientes de un manual que habla de profesionalizar la gesti¨®n, rejuvenecer la masa cr¨ªtica de los empresarios que toman decisiones, agilizar los mecanismos de deslizamiento de la empresa familiar a la empresa regida por ejecutivos formados y profesionales. M¨¢s empresarios y menos amos. Para conseguir estos objetivos hay sociedades mejor o peor preparadas. La nuestra no est¨¢ en los mejores puestos de partida.
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