Turismo: desaf¨ªos y propuestas
El an¨¢lisis del sector tur¨ªstico presenta una especial dificultad debido a la heterogeneidad de las ramas de actividad que lo integran. As¨ª, ocurre que algunas ramas basan todo su negocio en la pr¨¢ctica tur¨ªstica, mientras otras s¨®lo lo hacen parcialmente. Entre los primeros se encuentran los establecimientos de alojamiento y agencias de viaje. Las empresas de restauraci¨®n y el transporte son ejemplos de la segunda categor¨ªa. De igual modo, hay otras ramas de actividad que se benefician indirectamente del turismo como es el caso de la construcci¨®n y el comercio. Mas todas las ramas que integran el sector tur¨ªstico se caracterizan por el uso intensivo del factor trabajo.
Se estima que la poblaci¨®n ocupada en el turismo se ha duplicado en los ¨²ltimos veinticinco a?os, lo que viene a representar cerca del 10% del total del empleo de la econom¨ªa espa?ola. No obstante, hay que destacar que el empleo en el sector tur¨ªstico tiene una fuerte temporalidad, a causa de la estacionalidad asociada al turismo vacacional de costa, y bajos salarios, posiblemente derivados de una d¨¦bil cualificaci¨®n.
Las amenazas se hacen patentes, entre otras cosas, en la congesti¨®n de aeropuertos y en las carencias en los servicios de abastecimiento
Desde la ¨®ptica empresarial, procede subrayar que, al igual que en el conjunto del tejido empresarial espa?ol, las empresas del sector tur¨ªstico se caracterizan por el predominio de peque?as y medianas empresas .
En este sentido se puede destacar que el 46% de las empresas son unipersonales y que tan s¨®lo el 2% de empresas cuentan con m¨¢s de 20 empleados (s¨®lo un 0,2% tiene m¨¢s de 99 ocupados), todo lo cual condiciona las estrategias internas emprendidas desde las empresas y su posici¨®n competitiva. No obstante, debe tenerse presente que el tradicional sector tur¨ªstico en Espa?a ha sabido compatibilizar la existencia de pymes con unas cadenas hoteleras aut¨®ctonas profesionalizadas, globalizadas y crecientemente internacionalizadas. Cadenas cuya estrategia se fundamenta en la transferencia de su "capital conocimiento".
Tal panorama exige una mayor sensibilidad de la pol¨ªtica tur¨ªstica espa?ola capaz de compatibilizar las necesidades de esa amplia planta hotelera de gesti¨®n familiar y con menores recursos competitivos, con las estrategias de los grandes grupos hoteleros.
Una aproximaci¨®n m¨¢s coyuntural reclama la atenci¨®n hacia el periodo inmediatamente anterior al actual, en el que la econom¨ªa espa?ola, al igual que en los mercados emisores, ha experimentado una bonanza econ¨®mica. Sin embargo, esta circunstancia no se ha aprovechado para impulsar pol¨ªticas correctoras de defectos estructurales, tales como la masificaci¨®n o la estacionalidad. De manera que el modelo tur¨ªstico espa?ol ha seguido fundamentando su funcionamiento sobre precios bajos, sin apostar por nuevas f¨®rmulas que ampl¨ªen el potencial de demanda. Y en la actualidad las condiciones econ¨®micas de Espa?a y las de los principales pa¨ªses clientes han cambiado. As¨ª, de acuerdo con recientes estimaciones realizadas por Exceltur, el PIB tur¨ªstico espa?ol cay¨® un 0,3% en 2002. Por otra parte, hay que tener en cuenta que el diferencial de inflaci¨®n de Espa?a encarece nuestro producto, de lo cual se resiente la rentabilidad de las empresas que han visto reducir las estancias medias y el consumo de los turistas.
Aunque la cifra de entrada de turistas siga creciendo (unos 51 millones de extranjeros visitaron Espa?a en 2002; un 2,2% m¨¢s que en 2001) la evoluci¨®n de los ingresos por turismo no sigue la misma tendencia y registr¨® una ca¨ªda del 3,5% en el pasado ejercicio 2002, a consecuencia de un recorte en el gasto medio por turista, que se cifra en un 5,5%.
Ello influye en el modelo tur¨ªstico espa?ol m¨¢s asentado y que se corresponde con la explotaci¨®n del producto de sol y playa, cuyo ¨¦xito depende de la captaci¨®n de grandes vol¨²menes de clientes que se concentran en ¨¦pocas concretas del a?o, pero que viene advirtiendo muestras evidentes de debilidad. Las amenazas son de distinta naturaleza y sin ¨¢nimo de exhaustividad se hacen patentes, entre otras manifestaciones, en la congesti¨®n de aeropuertos, carencias en los servicios de abastecimiento el¨¦ctrico, deficiencias en el abastecimiento de agua, colapso en los servicios telef¨®nicos, problemas de salubridad e higiene alimentaria, baja calidad en los servicios de atenci¨®n al p¨²blico, etc¨¦tera.
Ante esa situaci¨®n, cabe articular iniciativas a favor del turismo espa?ol que supongan: apostar decididamente por un turismo sostenible; propiciar la seguridad integral en los destinos tur¨ªsticos, al tiempo que se mejora y se garantiza la seguridad de usuarios y destinos; auspiciar la generaci¨®n de un sector tur¨ªstico moderno y competitivo capaz de generar empleo estable y de calidad; familiarizar al turismo con los imprescindibles programas de I+D+I, como f¨®rmula que favorezcan el liderazgo logrado en este sector; mejorar la investigaci¨®n en turismo (demanda y mercados, especialmente) que facilite mayor acierto en la toma de decisiones tanto p¨²blicas como privadas; dise?ar pol¨ªticas subsectoriales eficientes y eficaces que atiendan la diversidad de actividades que intervienen en la creaci¨®n de los productos tur¨ªsticos; potenciar la gesti¨®n compartida de las pol¨ªticas tur¨ªsticas interadministraciones con participaci¨®n de los agentes tur¨ªsticos; e impulsar la promoci¨®n y comercializaci¨®n tur¨ªstica contemplando en todo momento la dimensi¨®n regional y local.
Vicente M. Monfort es profesor de la Universidad Jaume I de Castell¨®n y Ezequiel Uriel es catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia.
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