"Perdido en el espacio"
El astronauta relata las dificultades para encontrar un objeto traspapelado
En una casa, o una oficina, en la que el suelo est¨¦ limpio y recogido se ve enseguida si a alguien se le ha ca¨ªdo la funda de las gafas, pongamos por caso. Salta a la vista, est¨¢ fuera de lugar en el suelo y todo el mundo que pase se dar¨¢ cuenta. En la estaci¨®n espacial concurren una serie de factores para que lo que se pierde sea muy dif¨ªcil de encontrar.
Primero, por supuesto, la ingravidez. El otro d¨ªa llevaba un boli enganchado al pantal¨®n, pas¨¦ rozando algo y lo perd¨ª. Como lo not¨¦ enseguida, me volv¨ª r¨¢pidamente para recogerlo. Nada. Mi bol¨ªgrafo no estaba por ninguna parte, hab¨ªa volado no s¨¦ en qu¨¦ direcci¨®n y pod¨ªa estar tanto en el suelo como en el techo como en cualquier parte. Me resign¨¦ a perderlo, pero al volverme para seguir mis tareas diarias lo vi delante de m¨ª, volando en la direcci¨®n en la que yo iba. Al separarse, hab¨ªa rebotado en algo y hab¨ªa proseguido viaje sin esperarme.
Despu¨¦s, lo complicado de las paredes. La estaci¨®n est¨¢ hecha de m¨®dulos en los cuales la zona de trabajo es m¨¢s o menos rectangular, pero hay adaptadores m¨²ltiples con escotillas tanto para delante y detr¨¢s como arriba o abajo, o incluso izquierda y derecha. Eso hace que haya muchos rincones donde las cosas se puedan esconder. Adem¨¢s, no hay suelo ni techo y en muchos sitios las cuatro paredes del "tubo" que es un m¨®dulo son iguales as¨ª que cuesta encontrar nada.
Por ejemplo, yo trabajo bastante en un m¨®dulo que no est¨¢ en el "tubo" principal sino que se engancha lateralmente. Hay que hacer un recodo de noventa grados para entrar en ese m¨®dulo desde los otros. Hasta ah¨ª bien, cuando entras te puedes acostumbrar a llamar "suelo" a lo que tienes debajo, "techo" a lo de arriba. Pero si vienes de la otra direcci¨®n en tu viaje a lo largo del tubo, y haces el recodo, te encuentras que el techo es suelo y al rev¨¦s. Al final, si he dejado el ordenador encendido unido a una pared del m¨®dulo, al volver siempre tengo que dar una vuelta entera para encontrarlo.
Y, por ¨²ltimo, la cantidad de cosas que hay a la vista. As¨ª dicho parece que est¨¢ todo muy mal recogido, muy todo por en medio, pero es una cuesti¨®n de necesidad. Las c¨¢maras de fotos no pueden estar guardadas porque hacemos muchas fotos, tanto de los trabajos que hacemos o experimentos como de la Tierra, as¨ª que todas est¨¢n pegadas con velcro, junto con una variedad de objetivos y flashes, etc. A veces hay que dar tres vueltas a la cabeza para encontrar la c¨¢mara que buscas.
Otra cosa muy a la vista es repuestos, cajas de comida, bolsas con ropa, etc. Esto no porque lo usemos todos los d¨ªas, sino porque no hay sitio en los armarios. La estaci¨®n no ha terminado de construirse, y por eso no hay sitio suficiente para guardar las cosas hasta que no est¨¦n acoplados todos sus m¨®dulos previstos.
Una de las cosas que uso con m¨¢s frecuencia es una libreta donde voy anotando los resultados de los experimentos. La llevo a todas partes, anoto las horas exactas a las que he cambiado las muestras de un sitio a otro, los resultados de los ensayos, notas variadas que puedan surgir, etc. Esta libreta ha de volver con todos estos datos para que los cient¨ªficos puedan reconstruir exactamente c¨®mo ha pasado todo. Me ha tra¨ªdo la libretita por la calle de la amargura los primeros d¨ªas.
Claro, yo le puse un buen pedazo de velcro para que no saliera volando. Pero al terminar el d¨ªa, si no estaba donde la buscaba a la primera, me costaba much¨ªsimo encontrarla. Ahora ya me he acostumbrado a dejarla en uno de tres sitios diferentes, pero al principio era un agobio porque no sab¨ªa si la hab¨ªa dejado en otro sitio o si se hab¨ªa desprendido del velcro y estaba flotando por ah¨ª, en cualquier rinc¨®n. Una vez, doblando el recodo famoso, llevaba mi libreta junto a otros libros y otras cosas en las manos y al llegar al sitio de trabajo no lo ten¨ªa. Sab¨ªa que ten¨ªa que ser el peque?o golpecito que hab¨ªa pegado al pasar la esquina, y volv¨ª inmediatamente. Ni rastro. Despu¨¦s de unos fren¨¦ticos minutos, que luego pagu¨¦ caro al final del d¨ªa en retrasos, la encontr¨¦ en un rinconcito muy escondido del adaptador de las cuatro escotillas. Menos mal.
Se me ha olvidado mencionar un factor importante para perder cosas: las corrientes de aire. Como todo flota, y como el aire se renueva y limpia por medio de ventiladores y filtros, cualquier cosa que salga volando tiende a seguir la direcci¨®n de la corriente de aire. En realidad, las corrientes ayudan m¨¢s que molestan, contrariamente a lo que pudiera pensarse. Si se te ha perdido algo peque?o, no hay m¨¢s que esperar unas horas y sabes a d¨®nde va a ir a parar: al filtro donde entra el aire en el sistema de circulaci¨®n. Ya tenemos costumbre de mirar de vez en cuando ah¨ª: se encuentra de todo.
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