El Gobierno franc¨¦s estudia suprimir un d¨ªa de fiesta para financiar programas de la vejez
La patronal y una parte de la derecha se oponen a que se retire una de las 11 fiestas nacionales
Agendas y calendarios fueron consultados ayer masivamente en Francia para comprobar una dolorosa sospecha: despu¨¦s de haber disfrutado de tres festivos en mayo de este a?o, ya no podr¨¢n hacer lo mismo el pr¨®ximo 1 de mayo, ni el 8 de ese mes, conmemoraci¨®n del armisticio de la I Guerra Mundial, porque caen en s¨¢bado; y adem¨¢s, el Gobierno proyecta suprimir para siempre el Lunes de Pentecost¨¦s. El Gobierno quiere dedicar esa jornada a financiar un plan de ayuda a la vejez y a los discapacitados, pero la patronal y una parte de la derecha se oponen a que el nuevo d¨ªa de labor sirva para pagar m¨¢s gasto.
Una pol¨¦mica rabiosa recorri¨® ayer toda la espina dorsal de la naci¨®n francesa, obligando al Gobierno a rebajar a "hip¨®tesis de trabajo" lo que fuentes oficiales hab¨ªan dado por cierto poco antes. A la patronal le parece estupendo el principio general de reducir los d¨ªas festivos, pero ni hace especial falta en estos momentos de actividad econ¨®mica al ralent¨ª, ni acepta el precio de crear una nueva cotizaci¨®n social. Y esto es lo que suceder¨¢ si el proyecto sale adelante, porque las empresas y el propio Estado -como empresario de millones de personas- habr¨¢n de contribuir con el producto de la nueva jornada laborable.
El monto de tal cotizaci¨®n se estima entre 1.500 y 1.900 millones de euros, en funci¨®n del colectivo al que afecte finalmente: la poblaci¨®n activa supera los 25 millones de personas, pero no tendr¨¢n que hacer aportaciones ni los agricultores, ni otros empresarios individuales que no emplean a trabajadores. El dinero as¨ª recaudado no ser¨ªa gestionado por la Seguridad Social, sino por un fondo distinto que rondar¨ªa entre el 0,2% y el 0,3% de la masa salarial, medida ¨¦sta muy criticada por algunos sindicatos.
La izquierda pol¨ªtica da por hecho que la supresi¨®n del d¨ªa festivo forma parte de la campa?a gubernamental para acusar a los franceses de trabajar poco y constituye un regalo a Medef, la principal organizaci¨®n patronal. Sin embargo, uno de los dirigentes de esta ¨²ltima, Guillermo Sarkozy, dijo que "aumentar las cotizaciones suplementarias a las empresas, cuando se busca impulsar el crecimiento econ¨®mico, es una mala se?al".
No menos cr¨ªtico se mostr¨® el sector liberal de la UMP, el partido en el poder: "La supresi¨®n de un d¨ªa festivo es una idea muy mala. Hace m¨¢s falta trabajar para s¨ª mismo que para el Estado", martille¨® Alain Madelin, el principal inspirador del ala liberal de la derecha francesa. Algunos expertos en an¨¢lisis econ¨®micos advierten de que los trabajadores percibir¨¢n los mismos ingresos por un n¨²mero mayor de horas de trabajo, lo cual reducir¨¢ la parte de los ingresos salariales en el PIB y no ayudar¨¢ a aumentar el consumo ni la inversi¨®n.
Las cr¨ªticas explican por qu¨¦ el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, se neg¨® a confirmar el plan de supresi¨®n del Lunes de Pentecost¨¦s como festivo, en contra de las filtraciones realizadas por otros sectores del Ejecutivo. Los servicios del primer ministro se limitaron a dar por cierto que se estudia, "entre otras hip¨®tesis", la de una "jornada nacional de solidaridad con las personas dependientes", pero "las decisiones finales no han sido tomadas", asegur¨®.
Los autores del proyecto prev¨¦n que el Lunes de Pentecost¨¦s se trabaje a partir de 2004. No afecta a la fiesta religiosa, porque la celebraci¨®n correspondiente se efect¨²a en domingo, pero el lunes siguiente era hasta ahora inh¨¢bil a efectos laborales, asegurando as¨ª uno de los afamados puentes franceses. De llevarse a cabo, la supresi¨®n de una de las 11 festividades nacionales dejar¨ªa el calendario laboral de este pa¨ªs en uno de los m¨¢s cortos de Europa a efectos de fiestas, frente a las 14 habituales en Espa?a (12 de car¨¢cter nacional, una auton¨®mica y una local).
Un d¨ªa menos
Con el producto de la supresi¨®n de un d¨ªa festivo deber¨ªa pagarse la "ayuda personalizada de autonom¨ªa (APA)", un sistema de asistencia social implantado por el anterior Gobierno de Lionel Jospin, que el actual Ejecutivo de derechas ha denunciado frecuentemente como una medida sin financiaci¨®n. El ¨¦xito de esta ayuda (que no es una pensi¨®n contributiva) ha sido fulminante: nada menos que 670.000 personas de 60 a?os o m¨¢s tienen derecho a recibirla, lo cual cuesta alrededor de 500.000 euros este a?o, y se espera un aumento explosivo del n¨²mero de peticionarios.
Se especula con que otra parte del dinero eventualmente recaudado permitir¨¢ paliar las carencias en los servicios de urgencia hospitalaria y casas de la tercera edad, pero les parece muy poco a profesionales de la medicina y de atenci¨®n a la tercera edad en relaci¨®n con las aut¨¦nticas necesidades reveladas por la dram¨¢tica ola de calor del ¨²ltimo verano.
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