"Nos sentimos c¨®modos en el Gobierno de Jettu"

Tiene fama de situarse m¨¢s a la izquierda que Abderram¨¢n Yussufi, el l¨ªder de los socialistas marroqu¨ªes que dimiti¨® inesperadamente el mi¨¦rcoles, pero sus primeras palabras despu¨¦s de este anuncio presagian que habr¨¢ continuidad.

Mohamed el Yazghi, nacido en Fez hace 68 a?os, es ahora el jefe en funciones del principal partido de Marruecos, a juzgar por el n¨²mero de sus parlamentarios, y el bur¨® pol¨ªtico deber¨ªa confirmarle este fin de semana como el sucesor de Yussufi.

Su fama de izquierdista se asent¨® un poco m¨¢s durante la crisis del islote de Perejil, cuando se atrevi¨® a quejarse, en un Consejo de Ministros presidido por el rey Mohamed VI, de lo mal informado que estaba el Gobierno sobre el enfrentamiento con Espa?a. Su colega de Exteriores, Mohamed Benaissa, le rebati¨®.

Yussufi y su n¨²mero

dos, El Yazghi, estaban siempre enfrentados, seg¨²n la prensa marroqu¨ª. "No era as¨ª", desmiente este ¨²ltimo. "Nuestra relaci¨®n fue de cooperaci¨®n". "Fui yo quien le propuso para el cargo" tras el fallecimiento, en 1992, de Abderrahim Buabid.

?Por qu¨¦ ha dimitido Yussufi ahora? "Porque ha dado por concluida su responsabilidad al t¨¦rmino de un largo proceso electoral" que ha incluido las municipales y las senatoriales, asegura El Yazghi, negando as¨ª que la renuncia guarde relaci¨®n con el estancamiento de la transici¨®n marroqu¨ª.

"El Gobierno de Driss Jettu est¨¢ haciendo un buen trabajo continuando las reformas", sostiene El Yazghi, que desempe?a la cartera de Urbanismo y Medio Ambiente. "Nos sentimos c¨®modos en ¨¦l", a?ade, desmintiendo los rumores sobre la salida de los socialistas del Ejecutivo.

"S¨ª, es verdad que en su d¨ªa criticamos la metodolog¨ªa" utilizada para designar a un primer ministro ajeno a la mayor¨ªa parlamentaria, reconoce El Yazghi. "Nos gustar¨ªa que una metodolog¨ªa democr¨¢tica sea adoptada tras las pr¨®ximas legislativas" en 2007.

Si resulta elegido, heredar¨¢ un partido debilitado por las escisiones y el mal resultado de las municipales. Los nacionalistas del Istiqlal fueron los m¨¢s votados, e incluso los islamistas cosecharon m¨¢s sufragios que los socialistas all¨ª donde se presentaron. Ninguna de las seis principales ciudades de Marruecos est¨¢ gobernada por el partido de El Yazghi.

"Esta apreciaci¨®n no es del todo exacta", responde El Yazghi. "Hubo una escisi¨®n del ala sindical que cre¨® su propio partido". "?Cu¨¢ntos diputados sacaron? Uno". "Por tanto, su salida no supuso una gran p¨¦rdida".

"En cuanto a las municipales", prosigue el ministro, "hay que matizar que gobernamos 248 ayuntamientos, siete m¨¢s que el Istiqlal y 245 m¨¢s que en 1997". "Reconozco que hemos cometido errores en las alianzas poselectorales que nos han costado caro".

En las pocas ciudades en las que se presentaron, los islamistas legales del Partido de la Justicia y Desarrollo resultaron, sin embargo, vencedores. "Tambi¨¦n hay que matizar por qu¨¦ en Rabat o Marraquech no salieron bien librados". "Me pregunto, adem¨¢s, por qu¨¦ un partido que se dice independiente decide concurrir s¨®lo en algunos sitios". "Es anormal".

El Yazghi fue durante 16 a?os secretario del sindicato de los periodistas marroqu¨ªes. "Por tanto, no me gusta que los periodistas vayan a la c¨¢rcel", afirma, refiri¨¦ndose a Al¨ª Lmrabet y a Mohamed el Hurd, condenados a tres a?os. "Pero en la etapa de transici¨®n que atraviesa Marruecos hay que respetar equilibrios entre el derecho a la libertad y el sentido de la responsabilidad. Creo que no supieron encontrarlo".