La insurgencia de Irak convoca una "jornada de resistencia" contra las tropas extranjeras
EE UU advierte a sus ciudadanos y a las embajadas en Bagdad del peligro de atentados
Jornada de resistencia. As¨ª han bautizado el d¨ªa de hoy los insurgentes iraqu¨ªes que combaten la presencia de tropas extranjeras. Octavillas distribuidas con mucha discreci¨®n en algunas mezquitas y barrios de Bagdad piden a la poblaci¨®n que no acuda al trabajo para marcar los seis meses de resistencia al ocupante. Esa fecha coincide con el momento en que el presidente George W. Bush anunci¨® el final de los grandes combates. Lo que inicialmente parec¨ªa un rumor macabro en una semana te?ida de sangre por los atentados del lunes, adquiri¨® ayer categor¨ªa de amenaza seria ante las advertencias de EE UU a sus ciudadanos y a las embajadas acreditadas en Bagdad.
"Hay una serie de rumores sobre un d¨ªa de resistencia en Bagdad el s¨¢bado 1 y el domingo 2 de noviembre", constata un comunicado de la oficina consular norteamericana en la capital iraqu¨ª. El texto, dirigido a todos los ciudadanos estadounidenses en Irak, les conmina a seguir "manteniendo un alto nivel de vigilancia y a tomar las medidas necesarias para incrementar su conciencia de seguridad". No resulta exagerado. El pasado lunes, una serie de atentados suicidas costaron 43 vidas e hirieron a dos centenares de personas. Los objetivos han dejado de ser patrullas militares o iraqu¨ªes que colaboran con los ocupantes. Vale cualquier objetivo f¨¢cil.
Dos estadounidenses que se presentan como "contratistas para el Ej¨¦rcito" (norteamericano, por supuesto, porque de momento no hay otro) desayunan tranquilos en un peque?o hotel del barrio de Karrada. "Hemos optado por la discreci¨®n", aseguran, convencidos de que est¨¢n m¨¢s seguros ah¨ª que en los ya famosos Palestina y Sheraton, donde se aloja la mayor¨ªa de sus colegas y cuyo per¨ªmetro de seguridad crece cada d¨ªa. Sin embargo, horas m¨¢s tarde, el Gobierno australiano coloca en su p¨¢gina web un aviso que alerta a sus ciudadanos de "la amenaza inminente de atentados en el barrio donde se sit¨²a el hotel Al Hamra y sus alrededores". All¨ª se halla el refugio de los contratistas.
No hay lugar seguro en Bagdad y los extranjeros que no se van se parapetan cada d¨ªa m¨¢s tras los muros de embajadas, residencias con vigilancia armada y hoteles con aspecto de b¨²nkeres. "Extrema la precauci¨®n el pr¨®ximo fin de semana", pidi¨® a esta informadora un diplom¨¢tico europeo que prefiri¨® dejar la cita para cuando hubiera pasado la alarma. Las medidas de seguridad exigen tambi¨¦n evitar desplazamientos innecesarios. "La informaci¨®n procede de la CPA", insiste la fuente en referencia a la Autoridad Provisional de la Coalici¨®n, el instrumento a trav¨¦s del cual Estados Unidos dirige Irak. Resulta significativo que esta intensificaci¨®n de la violencia se produzca justo en el momento en que Washington trataba de mostrar avances en la situaci¨®n de Irak. El pasado domingo, horas antes del inicio del Ramad¨¢n, el mes de ayuno musulm¨¢n, y de la semana m¨¢s sangrienta desde el fin oficioso de la guerra, el alcalde de Bagdad anunciaba el levantamiento del toque de queda ante "la mejora de la seguridad". No ment¨ªa. En lo que a delitos comunes se refiere, los habitantes de la capital perciben una cierta mejora. "Hay m¨¢s polic¨ªas en la calle y eso se nota", concede Husein Abdulhadi, un vecino de Karrada que tras el conflicto se compr¨® un arma para proteger a su familia de los ladrones.
33 ataques al d¨ªa
Sin embargo, no ocurre lo mismo con los ataques a soldados, sabotajes o puros actos terroristas. Estados Unidos ha perdido ya 117 militares, tres m¨¢s que en las tres semanas de guerra convencional. Sus portavoces han reconocido tambi¨¦n que de los 25 o 26 ataques diarios de media en las ¨²ltimas semanas se ha pasado a 33 desde el inicio del Ramad¨¢n. A finales de agosto se hab¨ªan reducido a una quincena. El Ej¨¦rcito s¨®lo informa de aquellos en los que sufre alguna baja.
Ayer fue un d¨ªa tipo. Una carga explosiva estall¨® al paso de un convoy, sin alcanzarle, en el barrio de Bagdad la Nueva, al sureste de la capital. Otro explosivo lanzado contra una patrulla de la polic¨ªa militar caus¨® da?os a un veh¨ªculo de transporte militar en la c¨¦ntrica calle Haifa. Otras dos explosiones que se produjeron entre las tres y las cuatro de la tarde quedaron sin explicaci¨®n. Dos falsas amenazas de bomba hicieron que los soldados cortaran la calle Abu Nawas a la altura de los hoteles Palestina y Sheraton, y en otra arteria del barrio de Salhiya, cerca de uno de sus cuarteles. Y eso s¨®lo en Bagdad.
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