La Casa Blanca logra que el Congreso apruebe el gasto para sus planes en Irak
EE UU destinar¨¢ 64.700 millones de d¨®lares al despliegue militar y 18.600 a la reconstrucci¨®n
La Casa Blanca ha convencido al Congreso de que es imprescindible mantener el compromiso militar en Irak y la ayuda para la reconstrucci¨®n del pa¨ªs. La C¨¢mara de Representantes dio en la madrugada de ayer el s¨ª definitivo al presupuesto extraordinario pedido por el presidente hace casi dos meses y el Senado har¨¢ lo mismo probablemente el lunes, con lo que se despeja el horizonte para la firma de George W. Bush. El paquete militar queda pr¨¢cticamente intacto. En cuanto a la ayuda, la propuesta inicial de 20.300 millones de d¨®lares sufre varios recortes y se queda en 18.600 millones.
Adem¨¢s, ese dinero no ser¨¢ en forma de pr¨¦stamo al 50%, como quer¨ªa el Senado. ?sta es la segunda vez en el a?o que el Congreso se ve obligado a aprobar un presupuesto extraordinario relacionado con Irak y, en menor medida, con Afganist¨¢n, despu¨¦s de los 79.000 millones de d¨®lares de emergencia aprobados en abril. A pesar de las cr¨ªticas de buena parte de la clase pol¨ªtica por la falta de planeamiento y de previsiones para la posguerra, los congresistas no se han atrevido a negarse a la nueva petici¨®n, que al final asciende a 87.500 millones de d¨®lares. El grueso, 64.700 millones -s¨®lo 400 millones menos de lo que quer¨ªa la Administraci¨®n-, se dedica a gastos militares y de seguridad, dividido en tres grandes partidas: la factura militar directa del despliegue en Irak (51.000 millones); la de los gastos relacionados con la seguridad, el espionaje, las recompensas y las ayudas para el despliegue aliado (4.000 millones) y la de Afganist¨¢n (10.000 millones). Estas cantidades se gastar¨¢n el pr¨®ximo a?o.
El dinero para la ayuda -cuyo gasto, dependiendo de las partidas, se ejecutar¨¢ entre los pr¨®ximos 12 y 18 meses, con excepciones- sufre recortes de 1.700 millones de d¨®lares y se queda en 18.600 millones, que se destinar¨¢n b¨¢sicamente a la reconstrucci¨®n del sector el¨¦ctrico (5.600); petrolero (1.900); agua e infraestructuras sanitarias (4.300); seguridad y formaci¨®n de polic¨ªas iraqu¨ªes (3.200) y reconstrucci¨®n de Afganist¨¢n (1.200). Adem¨¢s, los congresistas imponen algunas exigencias de control del gasto y de los procedimientos de subastas de los contratos para las empresas que participan en la reconstrucci¨®n, lo cual no era dif¨ªcil porque pr¨¢cticamente no exist¨ªan. Como se?al¨® uno de los que votaron en contra, el dem¨®crata David Obey, "nos van a exigir responsabilidades en el futuro, la gente seguir¨¢ preguntando por qu¨¦ no se dan pr¨¦stamos y si su dinero se usa adecuadamente".
Amenaza de veto
La Casa Blanca, mediante una amenaza de veto de Bush, consigui¨® eliminar la ¨²nica amenaza seria a su plan: el intento del Senado, respaldado por una votaci¨®n formal, de convertir en pr¨¦stamo la mitad de la ayuda, con el argumento de que los estadounidenses no deben dar tanto dinero a un pa¨ªs con el potencial econ¨®mico que supuestamente tiene Irak. Al final se impuso el argumento oficial de que EE UU no debe sobrecargar m¨¢s a¨²n la deuda de Irak. Uno de los republicanos que apostaban por la f¨®rmula del pr¨¦stamo y que fue repescado anoche, Zack Wamp, explicaba as¨ª su cambio de opini¨®n: "Voy a apretar los dientes y a votar s¨ª, porque no podemos permitirnos fracasar en Irak".
Del resultado de la votaci¨®n en la C¨¢mara de Representantes, pasada la medianoche (298 votos y 121 en contra), se desprende que la Casa Blanca consigui¨® dividir a los dem¨®cratas, que tienen 205 esca?os, por 229 de los republicanos: 82 dem¨®cratas apoyaron el gasto y, en cambio, cinco republicanos se opusieron. El debate puso de manifiesto la contradicci¨®n que sufre la oposici¨®n -y algunos republicanos- entre los que creen que la ayuda enmascara los errores de la posguerra y los que consideran que, sea como sea, no se puede abandonar la situaci¨®n. Entre los primeros se encontraba Nancy Pelosi, jefa de filas de los congresistas dem¨®cratas: "Los soldados estadounidenses est¨¢n asumiendo pr¨¢cticamente todos los riesgos y los contribuyentes est¨¢n pagando pr¨¢cticamente todas las facturas porque el presidente Bush no ten¨ªa un plan adecuado para el Irak de la posguerra. No calcularon el riesgo, no entendieron el desaf¨ªo y tergiversaron los costes".
Sus argumentos eran compartidos por muchos compa?eros de partido que, a pesar de todo, votaron afirmativamente, como el tejano Martin Frost: "Todo esto supone muy poco a favor de nuestras tropas y pide mucho a los contribuyentes. El Gobierno plantea el problema como si fuera campa?a pol¨ªtica, y oculta a la gente la aut¨¦ntica dimensi¨®n de los peligros que hay en Irak".
Los congresistas republicanos que ten¨ªan dudas se aferraron al argumento de que el paquete de ayuda acelera el regreso de las tropas. Como se?al¨® el republicano Bill Young: "Nuestras tropas van a volver cuando hayamos conseguido que los iraqu¨ªes tengan su propio Gobierno y sus fuerzas de seguridad, de forma que haya alguna calidad de vida en Irak. Por eso, este dinero en realidad beneficia a nuestros soldados".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.