Cada oveja con su pareja

El pr¨ªncipe Felipe ha tenido el detalle de anunciar su boda al principio de esta campa?a. ?Si lo hubiera hecho al final, a algunos les habr¨ªa parecido una contraprogramaci¨®n "anticatalana"! El amor llena de pajaritos la cabeza de la gente, que se olvida de todo lo dem¨¢s. Felipe y Letizia, superpareja del a?o, desestabilizar¨¢n s¨®lo unos d¨ªas la cuidadosa exhibici¨®n de esas parejas que invaden las elecciones catalanas como s¨ªmbolos familiares, pero tambi¨¦n como expresi¨®n de capacidad pol¨ªtica. Veamos.

S¨®lo dos candidatos, Artur Mas y Pasqual Maragall, pasean siempre arropados por sus esposas. Helena y Diana aportan diferentes estilos: la primera -escuela Marta Ferrusola- habla a la prensa del coraz¨®n de su pol¨ªticamente correcta idea de la familia y posa, convencida, como primera dama moderna (v¨¦ase Lecturas del 31 de octubre). Diana, en cambio, r¨ªe mucho y siempre ha sido la sombra de Pasqual Maragall: una compa?era c¨¢lida y leal. Los dem¨¢s candidatos casi nunca ofrecen pareja familiar visible y reconocible: el voto es para ellos.

Pero, cuidado, ?las que importan son las parejas (pol¨ªticas) de hecho! Est¨¢n Maragall-Montilla, bien sintonizados, sin avasallar. Y ya hemos visto a Maragall-Felipe, una apisonadora. Las parejas de hecho de Josep Piqu¨¦ van desde Aznar a Fraga, una por d¨ªa, en una promiscuidad sin precedentes. Los pujolinos exhiben al c¨¦lebre tr¨ªo Pujol-Mas-Duran por todas partes y a todas horas. Hasta Carod se hace acompa?ar por Carod, el cabezudo contrafigura, que da alegr¨ªa al marchoso cuerpo esquerrano. Queda Joan Saura, solitario como la imagen de san Jos¨¦. Pero tampoco. Como me hizo notar un amigo, todos sabemos que Saura, aunque no la exhiba, est¨¢ casado con la Virgen Mar¨ªa, o sea, con la dulce y corajuda concejal Imma Mayol. Parejas y pol¨ªtica: pol¨ªtica de parejas electorales. Sin m¨¢s, pero nada menos.