El Espanyol, en ca¨ªda libre
Pa?olada en Montju?c tras el f¨¢cil triunfo del Zaragoza de Paco Flores
El Espanyol aumenta jornada a jornada su vertiginoso desplome. Encaja goles infantiles, le expulsan jugadores un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n y convierte a sus rivales en impresionantes dream teams. Su estado de shock es tal que ya no se sabe si su flojera defensiva es causa o s¨ªntoma de su definitiva incapacidad para afrontar un partido con una m¨ªnima posibilidad de ¨¦xito. Ayer, en el minuto diez, como casi siempre, el Zaragoza ya le ganaba y la sensaci¨®n, en la segunda parte, fue que el equipo ma?o lleg¨® a compadecerse, de tan incapaz y castigado como vio a su rival.
Llegada la d¨¦cima jornada, al Espanyol de Clemente no le sirve siquiera el empuj¨®n moral de su ¨²nico triunfo hasta ahora, el pasado mi¨¦rcoles en Santander. El t¨¦cnico vasco repiti¨® pr¨¢cticamente el esquema y la alineaci¨®n que form¨® ante el Racing, confiado en que Jordi y Maxi hicieran juego por las bandas y Ra¨²l Molina acertara en el remate. Por supuesto, era imprescindible que la defensa mantuviera a cero la puerta como ya sucedi¨® en el Sardinero, a pesar de que entonces se le observaron tantos defectos como fortuna. Pero ayer, a los diez minutos, ya se le hab¨ªa desmoronado el andamiaje.
ESPANYOL 0 - ZARAGOZA 2
Espanyol: Lemmens; Tayfun, Lopo, Torricelli, David Garc¨ªa; Morales, Domoraud (Fredson, m.72), ?lex (Bobson, m.35); Maxi, Jordi y Ra¨²l Molina (Corominas, m.61).
Zaragoza: La¨ªnez; Rebosio, ?lvaro, Milito, Toledo; Ponzio, Soriano; Galleti, Corona (Espadas, m.86), Savio (Cani, m.80); y Villa.
Goles: 0-1. M.10. Galleti, en el interior del ¨¢rea para con el pecho un centro de Villa, y marca de cuchara.
0-2. M.23. ?lvaro aprovecha un mal rechace de Domoraud, que deja el bal¨®n muerto en el ¨¢rea tras un centro de Savio.
?rbitro: P¨¦rez Burrull. Expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Morales (m.63). Ense?¨® tarjeta amarilla a Jordi, Domoraud y Villa.
Ol¨ªmpico de Montju?c. 20.350 espectadores.
Volvi¨® a suceder exactamente lo mismo que el domingo anterior ante el Celta. La primera incursi¨®n del Zaragoza bast¨® para dejar en evidencia a la defensa blanquiazul. No se trat¨® de un fallo individual. Fueron cuatro los errores que se encadenaron. Ninguno de los dos defensas que persegu¨ªan a Villa impidieron que centrara al punto de penalti, de la misma manera que ninguno de los dos que estaban all¨ª, al ladito mismo de Galletti, supieron hacer otra cosa que convertirse en privilegiados espectadores de c¨®mo paraba con el pecho, se giraba de espaldas a la porter¨ªa y enganchaba un tiro de cuchara inapelable. La acci¨®n delata el desbarajuste defensivo del Espanyol, m¨¢s fiado a la suma de efectivos que a cerrar los espacios y negarle posibilidad de maniobra al jugador en poder del bal¨®n.
Lejos de reorganizarse y de aumentar su caudal ofensivo, el Espanyol no hizo otra cosa que encajar el segundo gol apenas rebasados veinte minutos. Fue una nueva concesi¨®n, tanto o m¨¢s clamorosa que la primera. Esta vez el responsable fue Domoraud, que m¨¢s que despejar el previsible centro de Savio en la ejecuci¨®n de una falta, dej¨® el bal¨®n muerto a pies de ?lvaro, que no desaprovech¨® el regalo.
El Zaragoza, el equipo que menos puerta ve¨ªa en Primera, seis goles hasta ayer, puso el marcador en franqu¨ªa en un abrir y cerrar de ojos y actu¨® a placer. Ponzio y Soriano se adue?aron de la parcela central y Galletti y Savio aturullaron a la defensa del Espanyol a base de incursiones por los extremos, siempre con mucho campo por delante. El brasile?o envi¨® una falta al palo y vio como Lemmens le quitaba el tercer gol.
La falta de perspectiva con la que los jugadores del Espanyol afrontaron una eventual remontada fue tal que Morales se gan¨® a pulso una segunda tarjeta amarilla. Nuevamente se qued¨® el Espanyol con diez jugadores. En este aspecto se ha convertido en el equipo m¨¢s regular. Antes de eso, a Clemente no se le hab¨ªa ocurrido mejor revulsivo que retirar a su ¨²nico punta Ra¨²l Molina -sustituto del lesionado Tamudo- para hacer debutar en Primera a Ferran Coromina. El partido siempre estuvo m¨¢s cerca del 0-3 que del menor atisbo de reacci¨®n del Espanyol. As¨ª las cosas, lo de menos era que ayer regresara a Montju?c, de rival, Paco Flores. Sean ex t¨¦cnicos del equipo blanquiazul o no, van desfilando equipos por el estadio blanquiazul y el resultado es siempre el mismo.
El p¨²blico, ayer, no se resisti¨® a la pa?olada pero la dirigi¨® m¨¢s hacia el palco y los jugadores que hacia Clemente. El Espanyol, definitivamente, ha cogido velocidad de desplome.
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