Celos, traici¨®n y bicicletas
El laborioso nacimiento del Liberty y el esperado divorcio de Manolo Saiz y su adorado Beloki
Aquel ciclista del ONCE-Eroski no sab¨ªa qu¨¦ pensar el mi¨¦rcoles pasado. De repente, se ve¨ªa protagonista de una pel¨ªcula de esp¨ªas, de un thriller en el que se ventilaba, entre otras cosas, su futuro en la profesi¨®n.
El mensaje le lleg¨® al mediod¨ªa. Una corta llamada telef¨®nica desde las oficinas de su equipo. "Tienes que venir a Madrid inmediatamente. En el aeropuerto hay un billete a tu nombre. No digas a nadie, ni a tu madre, d¨®nde vas. Cuando aterrices recibir¨¢s nuevas instrucciones". En efecto. Otra llamada reci¨¦n tomado tierra en Barajas. "En la puerta equis te espera Rafa con un coche. Monta. No hables con nadie. No llames a nadie. No digas d¨®nde vas". Tampoco es que el ciclista supiera d¨®nde iba. Tampoco conoc¨ªa mucho Madrid para saber que el bufete de abogados donde le deposit¨® Rafa estaba en la calle de Vel¨¢zquez.
"Tienes que venir a Madrid. En el aeropuerto tienes un billete. No le digas nada ni a tu padre"
En los pasillos del bufete suspir¨® de alivio al ver que por all¨ª tambi¨¦n andaba su compa?ero ?ngel Vicioso, acompa?ado de su padre. Le dijeron que otros compa?eros ya hab¨ªan pasado por all¨ª. Despu¨¦s de una corta espera, le hicieron pasar a un despacho. Detr¨¢s de la mesa, Manolo Saiz. En la mesa, un papel. Un contrato. Poco dinero. 30.000 euros. "No te puedo ofrecer m¨¢s", le dijo el director. "Si quieres, firma". El ciclista, que no ten¨ªa m¨¢s ofertas, firm¨®. Firm¨® un contrato que le ligaba a un equipo cuyo nombre no conoc¨ªa. Firm¨® con su director.
Pocas horas despu¨¦s, Pablo Ant¨®n, la mano derecha de Manolo Saiz, avisaba con urgencia a la prensa: "A las 8.30 anunciamos el nuevo equipo. No os puedo adelantar m¨¢s". Por fin, pens¨® el mundo ciclista, que llevaba semanas esperando el anuncio oficial de que Stayer, una marca de herramientas italiana, sustituir¨ªa a la ONCE en el patrocinio del equipo ciclista de Manolo Saiz. ?Por fin?
Fue el d¨ªa de las sorpresas. "Nuestro nuevo patrocinador se llama Liberty y es una compa?¨ªa de seguros americana con una fuerte implantaci¨®n en Espa?a", anunci¨® Saiz. "No tiene nada que ver con Stayer". Segunda sorpresa: en la lista de corredores que hizo circular Saiz no figuraba su l¨ªder de los ¨²ltimos a?os, Joseba Beloki.
La historia hab¨ªa comenzado mediado septiembre. Jos¨¦ Miguel Ech¨¢varri anuncia a Manuela Ronchi, una m¨¢nager italiana, que no le convence su proyecto de equipo ciclista para heredar lo que queda del iBanesto.com, y Ronchi: "Pues se lo ofrecer¨¦ a Manolo Saiz, que no encuentra patrocinador para sustituir a la ONCE". El dise?o de equipo es multinacional y complicado. El dinero lo pone un grupo de inversores ¨ªtalo-argentinos especializados en reflotar empresas en crisis -como Stayer, que ser¨ªa el nombre del equipo-, los pagos se efectuar¨ªan en Holanda, donde se federar¨ªa al equipo, y la voz cantante la llevar¨ªa Ronchi. Saiz ser¨ªa un empleado. En el equipo s¨®lo entrar¨ªan la mitad de mec¨¢nicos y masajistas, y s¨®lo 12 de los 23 corredores que formaban la plantilla del ONCE-Eroski, el m¨ªnimo para heredar su derecho a correr el Tour.
A pesar de las dudas, todo parece marchar sobre ruedas, aunque el anuncio del equipo se retrasa.Saiz viaja a Italia y vuelve mudo. A Saiz se le traga la tierra. Ronchi le busca porque el tiempo se acaba y no llega con los contratos de sus corredores. Ronchi se alarma. Pasa el lunes, nada. Llega el martes. Ronchi entra en acci¨®n. Llama a los corredores del extinto ONCE y comienza a ofrecerles contratos interesantes. Organiza un bander¨ªn de enganche en el hotel Barajas. Cuenta con Beloki, la pieza clave, quien dice que est¨¢ harto de que Saiz no le coja el tel¨¦fono, no le diga c¨®mo va la negociaci¨®n, c¨®mo se llama el nuevo sponsor. Ronchi llama a Jean-Marie Leblanc, el director del Tour, quien le asegura que s¨ª, que no habr¨¢ problemas, que con Beloki tienen asegurada su invitaci¨®n a la carrera francesa.
S¨²bitamente, Manolo Saiz, que llevaba dos semanas hablando con Liberty, se asusta. Los movimientos de Ronchi le pueden dejar sin corredores. Sin Beloki y sin el m¨ªnimo de 12. Tiene que actuar r¨¢pidamente. Silenciosamente. Aceleradamente. Y aunque Liberty no garantiza un presupuesto suficiente, se ve obligado a salir al ruedo, a anunciar el nuevo patrocinio, a firmar a la baja a los corredores. Algunos incluso firman en blanco. "Fue una OPA hostil de Stayer", dicen fuentes del grupo de Saiz. "Cuando les dijimos que no nos convenc¨ªan, que no ve¨ªamos una base econ¨®mica s¨®lida en el proyecto, que no nos convenc¨ªa su sistema salarial, que consist¨ªa en pagar s¨®lo el 15% en contrato federativo y el 85% en derechos de imagen, intentaron quitarnos a todos los corredores para que no lleg¨¢ramos a 12. Les han ofrecido el triple de lo que d¨¢bamos nosotros". Efectivamente, las cuentas de Saiz se han parado en 11. Y sin Beloki. "Si quiere venir, que nos llame. Pero ya le avisamos: antes de firmarle tiene que pasar un reconocimiento m¨¦dico para ver si se ha recuperado de la ca¨ªda del Tour".
Desde las filas de Ronchi se dice que fue todo lo contrario, que Saiz no inform¨® de sus gestiones con Liberty, que Saiz maquin¨® para quedarse ¨¦l solo con Stayer, sin Ronchi, sin nadie por encima. "Y todav¨ªa quieren quedarse con Stayer como coesponsor", dicen. "Pero no pasa nada. Nosotros seguimos. El mi¨¦rcoles anunciamos oficialmente el nacimiento de Stayer. Contamos con Beloki. Contamos con siete corredores m¨¢s del antiguo ONCE-Eroski. Podemos contar con Marco Pantani si decide volver a correr. Y contamos con Abraham Olano como uno de los directores deportivos".
Pobre Saiz. La defecci¨®n de Olano, otro de sus corredores mimados de anta?o, es el ¨²ltimo golpe que pod¨ªa esperar de una historia en la que acab¨® llamando "traidores" a quienes se fueron.
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