Los defensores universitarios abogan por equilibrar la balanza entre profesor y alumno
Representantes de 33 centros analizaron en C¨®rdoba el papel de la instituci¨®n
La figura del defensor universitario es obligatoria con la nueva Ley Org¨¢nica de Universidades (LOU), aunque muchas de las instituciones docentes p¨²blicas del pa¨ªs ya contaban con este departamento. La mayor¨ªa de las universidades andaluzas no la tienen. Se trata de una especie de ¨¢rbitro para conflictos dentro de la comunidad universitaria. La mayor¨ªa de reclamaciones proceden del alumnado y se dirigen al profesorado. Los defensores universitarios consideran que a¨²n existe una posici¨®n de fuerza del docente y que su labor debe encaminarse a la "defensa del d¨¦bil", el alumno, afirma Lloren? Gomis, que lleva ocho a?os al frente de este departamento en la Universidad Pompeu Fabra, y que la semana pasada se reuni¨® en C¨®rdoba, de martes a jueves, con otros 32 defensores universitarios.
La defensora universitaria de la Universidad de C¨®rdoba, Mar¨ªa Dolores Adam, recuerda que la mayor¨ªa de quejas se producen por la calidad de la docencia, las revisiones de ex¨¢menes, el incumplimiento de las horas de tutor¨ªas o que las pr¨¢cticas se lleven a cabo con establece el plan de estudios. Otra exigencia se refiere al incumplimiento de las horas lectivas: "Es evidente que los programas docentes son m¨¢s amplios que el tiempo que se tiene".
La calidad docente est¨¢ en tela de juicio. Lloren? Gomis entiende que, del mismo modo que los alumnos son examinados, los profesores deben pasar por la misma prueba: "Las encuestas sobre el profesorado no se realizan debidamente", sostiene Gomis. Adam agrega que, adem¨¢s de la calidad docente, los alumnos demandan un buen trato y que el docente tienda m¨¢s a ser un "orientador accesible".
De los 19.000 universitarios de C¨®rdoba, se recibieron un centenar de reclamaciones de estudiantes dirigidas al profesorado en el ¨²ltimo a?o, un 1,9% del alumnado. No obstante, Adam se?ala que a¨²n se producen casos graves, como alumnos a los que le quedan una sola asignatura en s¨¦ptima convocatoria, con lo que no pueden ser admitidos en otras universidades y se juegan su futuro: "Hay casos en los que la relaci¨®n entre profesor y alumno est¨¢ muy enquistada", comenta. Y, de momento, como se?alan los defensores, el d¨¦bil es el estudiante.
Las quejas de los profesores van por otro sentido. La mayor¨ªa aluden a la oferta de plazas y a la baremaci¨®n de sus curr¨ªculos con vistas a estos puestos, aunque tambi¨¦n se quejan de alumnos que pretenden cambiarse de grupos. Las reclamaciones del Personal de Administraci¨®n y Servicios (PAS) tambi¨¦n se mueven fundamentalmente por preocupaciones laborales, "aunque ellos tienen otros resortes, como los sindicatos", explica Adam, profesora de Derecho Internacional Privado y que lleva cuatro a?os como defensora en C¨®rdoba.
Uno de los temas tratados en la reuni¨®n ha sido la atenci¨®n a los miembros de la comunidad universitaria discapacitados. "Se remitir¨¢ un documento a los rectores para que la Universidad adopte medidas de eliminaci¨®n de barreras", exige Adam. La defensora de C¨®rdoba cree m¨¢s necesaria una atenci¨®n personalizada a trav¨¦s de programas adaptados que la eliminaci¨®n de barreras f¨ªsicas.
Ante este panorama, la figura del defensor tiene sus l¨ªmites. Es un ¨¢rbitro cuyas resoluciones no son vinculantes. Gomis aboga por que la situaci¨®n contin¨²e as¨ª, "ya que su "autonom¨ªa radica principalmente en esas limitaciones". Gomis reconoce que algunos defensores cuentan con m¨¢s autoridad y "a otros no se le hace tanto caso".
Tanto Gomis como Adam han visto como al principio la figura del defensor cuenta con reticencias de la Administraci¨®n educativa: "Al principio piensan que eres un censor, pero con el tiempo se ve que s¨®lo buscamos los caminos para resolver problemas", acent¨²a Gomis. Adam reconoce que inicialmente "existen presiones".
Tambi¨¦n exigen los defensores que cada a?o se publique una memoria que refleje las actuaciones realizadas y que muestra "en que falla la universidad", seg¨²n Adam, para quien esta memoria debe respetar la confidencialidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.