?Hay m¨²ltiples universos o ¨¦ste tuvo suerte?
El cosmos conocido es s¨®lo una burbuja entre las muchas posibles, seg¨²n algunas teor¨ªas f¨ªsicas
La cosmolog¨ªa sol¨ªa ser una ciencia sin coraz¨®n, centrada en la materia oscura perdida en abismos incre¨ªbles y en las estrellas que explotaban. Pero cada vez que los f¨ªsicos y astr¨®nomos se re¨²nen, el tema de conversaci¨®n entre almuerzos, caf¨¦s o pausas para fumar el cigarrillo clandestino no es la materia oscura ni el destino del universo, sino el papel y el significado de la vida en el cosmos.
Los cosm¨®logos mantuvieron un extraordinario debate sobre el tema durante la conferencia El futuro de la cosmolog¨ªa celebrada recientemente en la Universidad Case Western Reserve (Estados Unidos).
Seg¨²n el discutido concepto conocido como principio antr¨®pico, hay determinadas caracter¨ªsticas desconcertantes del universo que s¨®lo pueden entenderse si se nos incluye en la ecuaci¨®n. El universo debe ser apto para la vida, porque, de lo contrario, no estar¨ªamos aqu¨ª para hacernos esta pregunta.
El universo debe ser apto para la vida o no estar¨ªamos aqu¨ª para hacernos esta pregunta
Weinberg: "Cuanto m¨¢s comprensible parece el universo, menos sentido parece tener"
Las caracter¨ªsticas en cuesti¨®n son unos misteriosos n¨²meros que aparecen en las ecuaciones de la f¨ªsica y la cosmolog¨ªa que denotan, por ejemplo, la cantidad de materia del universo o el n¨²mero de dimensiones, que no parecen predecibles por ninguna teor¨ªa conocida... todav¨ªa. Son como los botones de la consola de control de Dios y parecen casi milagrosamente activados para permitir la vida.
Un ligero giro en un sentido o en otro que los hiciera mover de su situaci¨®n actual podr¨ªa hacer que todas las estrellas fueran tragadas por agujeros negros o se evaporasen en ¨¢tomos, negando la posibilidad de la biolog¨ªa. Si s¨®lo hubiera un universo, los te¨®ricos ocupar¨ªan todo su tiempo para intentar explicar por qu¨¦ tiene tanta suerte.
Pero quienes apoyan el principio antr¨®pico alegan que podr¨ªa haber un n¨²mero indeterminado de posibles universos, con muchas configuraciones distintas gobernadas por la casualidad. En los ¨²ltimos a?os, su hip¨®tesis se ha visto reforzada por una teor¨ªa del Big Bang, conocida como inflaci¨®n, que supone que nuestro universo no es m¨¢s que una burbuja de una interminable cadena, y por la teor¨ªa de cuerdas -la denominada teor¨ªa del todo- cuyas ecuaciones parecen tener un n¨²mero pr¨¢cticamente incalculable de soluciones, cada una de las cuales representa un posible universo distinto. Seg¨²n el argumento antr¨®pico, s¨®lo unos pocos de estos universos posibilitar¨ªan la formaci¨®n de vida, pero es igual de sorprendente encontrarnos en uno de ellos que estar en la c¨¢lida y h¨²meda Tierra en lugar de en Plut¨®n. En suma, vivimos donde podemos vivir, aunque estas afirmaciones tambi¨¦n pueden ser discutidas.
Los cient¨ªficos est¨¢n de acuerdo en que el nombre de principio antr¨®pico es pretencioso, pero no logran ponerse de acuerdo sobre otro distinto. Algunos de ellos consideran esta idea m¨¢s filos¨®fica que cient¨ªfica. Otros la consideran una traici¨®n al sue?o de Einstein de predecirlo todo sobre el universo.
David Gross la contempla como un virus. "Cuando te entra el bicho no hay manera de deshacerse de ¨¦l", se quejaba en la conferencia. Gross, director del Instituto Kavli para F¨ªsica Te¨®rica de Santa B¨¢rbara, California, se hab¨ªa comprometido a dirigir una mesa redonda sobre el c¨¦lebre principio. Al verle exhalando el humo de su puro, se comprueba que carece de pudor a la hora de expresar sus opiniones. "Me eligieron porque odio al principio antr¨®pico", dijo.
Pero, entre los que desempe?an un papel clave en la defensa de la necesidad de lo que ¨¦l denomina "razonamiento antr¨®pico", se encuentra Steven Weinberg, premio Nobel de la Universidad de Tejas. Como Gross, Weinberg es un f¨ªsico de part¨ªculas conocido por ser un reduccionista duro en su percepci¨®n de la ciencia, aunque muestra una vena melanc¨®lica en sus escritos y conferencias. Todav¨ªa se recuerda que en su libro The First Three Minutes (Los tres primeros minutos), de 1977, escribi¨®: "Cuanto m¨¢s comprensible parece el universo, menos sentido parece tener".
Weinberg figura entre los m¨¢s destacados te¨®ricos que han aceptado el principio antr¨®pico a rega?adientes, al menos provisionalmente, como una especie de tr¨¢gica necesidad para explicar el nudo m¨¢s enmara?ado de todos.
Denominada constante cosmol¨®gica, se trata de una cifra que mide la cantidad de repulsi¨®n c¨®smica producida por la energ¨ªa en un espacio vac¨ªo. La teor¨ªa cu¨¢ntica predice la energ¨ªa que deber¨ªa existir en ese espacio vac¨ªo, y en los ¨²ltimos a?os los astr¨®nomos han descubierto que hay cierta repulsi¨®n c¨®smica que parece estar acelerando la expansi¨®n del universo. Pero los intentos te¨®ricos de calcular esta constante, tambi¨¦n conocida como lambda, tienen como resultado n¨²meros 1060 veces m¨¢s grandes que los medidos por los astr¨®nomos. Los f¨ªsicos est¨¢n tan desesperados de intentar entender la constante cosmol¨®gica que Weinberg bromeaba al principio de la reuni¨®n diciendo que no iba a volver a leer nada sobre el tema.
En 1989, antes de que se hubiera descubierto ninguna constante cosmol¨®gica, Weinberg utilizaba el principio antr¨®pico para establecer l¨ªmites sobre el valor de la constante. Supon¨ªa que, en lugar de estar fijado por la teor¨ªa, era aleatorio de un universo a otro. En tal caso, el valor de la constante cosmol¨®gica en nuestro universo pod¨ªa ser sencillamente un "efecto medioambiental", explic¨®, y no deber¨ªamos esperar poder predecirlo exactamente m¨¢s de lo que podemos calcular la cantidad de lluvia que caer¨¢ sobre Seattle en Navidad.
En su art¨ªculo, Weinberg argumentaba que, en nuestro universo, lambda no pod¨ªa ser demasiado grande, porque la fuerza de repulsi¨®n habr¨ªa evitado la formaci¨®n de galaxias, de estrellas y de nosotros mismos. Y, como estamos aqu¨ª, la constante deber¨ªa ser peque?a. La energ¨ªa oscura recientemente descubierta que produce la aceleraci¨®n c¨®smica encaja perfectamente dentro de los l¨ªmites de Weinberg, reivindicando en cierto sentido la idea antr¨®pica. En su conferencia, Weinberg describi¨® el principio antr¨®pico como "el tipo de materializaci¨®n hist¨®rica que los cient¨ªficos se han visto obligados a realizar de vez en cuando. Esper¨¢bamos explicarlo todo", dijo. "Parte del progreso consiste en descubrir lo que podemos y lo que no podemos explicar sobre bases fundamentales".
Otros participantes en la mesa redonda como Alex Vilenkin, f¨ªsico de la Universidad de Tufts, sugirieron que el razonamiento antr¨®pico era un intento l¨®gico para aplicar probabilidades a la cosmolog¨ªa, utilizando todos los datos, incluyendo el hecho de nuestra propia existencia.
John Peacock, cosm¨®logo de la Universidad de Edimburgo, aleg¨® que el principio antr¨®pico no era un paso atr¨¢s frente a la f¨ªsica, sino un avance. Explic¨® que la existencia de un conjunto de universos con distintas propiedades comporta la existencia de un mecanismo para producir variaci¨®n, una especie de c¨®digo gen¨¦tico c¨®smico, de la misma forma que la evoluci¨®n comporta la existencia de genes. "Es un progreso de la f¨ªsica", dijo Peacock.
Pero, cuando lleg¨® su turno, Gross se pregunt¨® si las reglas del juego antr¨®pico eran suficientemente precisas. ?Cu¨¢les eran los par¨¢metros que pod¨ªan variar de un universo a otro? ?Cu¨¢nto pod¨ªa variar de una sola vez? ?Cu¨¢l era la probabilidad de distribuci¨®n de sus valores, y qu¨¦ hac¨ªa falta para la vida? Se?al¨® que los c¨¢lculos antr¨®picos son inherentemente vagos e imprecisos, por lo que el principio no podr¨ªa ser refutado. Pero s¨®lo estaba calentando motores. Su verdadera objeci¨®n, seg¨²n dijo, era "totalmente emocional".
Atribuir los par¨¢metros de la f¨ªsica a simples casualidades o a caprichos del tiempo c¨®smico resulta derrotista y desalentador para que la gente emprenda los dif¨ªciles c¨¢lculos que en realidad explicar¨ªan por qu¨¦ las cosas son como son. "Adem¨¢s, es peligroso", declar¨® entre un estruendo de aplausos. "Huele a religi¨®n y a dise?o inteligente", dijo refiri¨¦ndose a una variedad de creacionismo que argumenta que el universo es demasiado complejo como para haber evolucionado por casualidad.
Lawrence Krauss, astrof¨ªsico de la Case Western que hab¨ªa organizado la conferencia y la mesa redonda, caracteriz¨® el principio antr¨®pico como "una forma de matar el tiempo" cuando los f¨ªsicos no ten¨ªan una idea mejor. Krauss, que ha combatido a los creacionistas en la ense?anza de la biolog¨ªa en las escuelas p¨²blicas de Ohio, afirm¨® que hab¨ªa escuchado razonamientos antr¨®picos a modo de argumentos de sintonizaci¨®n, siguiendo la idea de que Dios hab¨ªa creado el universo s¨®lo para nosotros.
Weinberg respondi¨® que en realidad el principio antr¨®pico no formaba parte de la ciencia, sino que m¨¢s bien era "una idea sobre la futura forma de la ciencia. Si no hubiera en nuestro universo cosas que parecen peculiares, como el valor de la constante cosmol¨®gica, no nos preocupar¨ªamos por ello", dijo.
Weinberg compar¨® la situaci¨®n con la de una persona que, en un torneo de p¨®quer, recibe una escalera real de primeras. Podr¨ªa ser casualidad, dijo, pero hay otra explicaci¨®n: "Vamos a ver, ?no ser¨¢ que nuestro amigo es el organizador del torneo? Pero eso nos lleva al argumento de la religi¨®n", dijo, provocando las risas de los asistentes. En realidad, se?al¨® Weinberg, el principio antr¨®pico es "una hermosa explicaci¨®n ate¨ªsta de por qu¨¦ las cosas son tan bonitas como son".
Pero entonces el p¨²blico salt¨® de sus asientos para intervenir. Hab¨ªa muchas manos alzadas cuando Gross puso fin a la sesi¨®n. "Evidentemente hay diversidad de opiniones", dijo. "Algunas personas encuentran tan extra?o el peque?o valor de la constante cosmol¨®gica que s¨®lo destacan el principio antr¨®pico". A?adi¨® que nadie que secunde el principio antr¨®pico lo seguir¨ªa haciendo si existiera "un buen c¨¢lculo a la antigua usanza" que explicara la constante cosmol¨®gica. Al d¨¢rsele la posibilidad de decir la ¨²ltima palabra, Weinberg reconoci¨® que era demasiado pronto para perder la esperanza en un avance de tal magnitud. "Estoy dispuesto a mantener la esperanza en que se encontrar¨¢ uno", dijo. "Pero con el paso del tiempo uno empieza a dar cabida a otras posibilidades y la explicaci¨®n antr¨®pica es otra posibilidad".
Aplicar este modo de razonamiento, afirm¨®, podr¨ªa contribuir a hacer que la constante cosmol¨®gica fuera menos singular, "pero no sabemos si es la ayuda que verdaderamente nos merecemos". Y lleg¨® la hora de comer. Gross indic¨® despu¨¦s que los f¨ªsicos m¨¢s j¨®venes le hab¨ªan agradecido la posici¨®n que hab¨ªa mantenido. Weinberg dijo que la mesa redonda hab¨ªa provocado un mayor alboroto del que el tema merec¨ªa. "Es algo que realmente no gusta a quienes abogan por tomarse en serio el principio antr¨®pico", afirm¨®, "y quienes argumentan en su contra reconocen que puede que sea inevitable".
? The New Yotk Times
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