Estercolero
Una de las informadoras m¨¢s carro?eras del mundo rosa dec¨ªa, a cuento de la boda del Pr¨ªncipe, que le hac¨ªa especial ilusi¨®n el que la elegida fuera periodista, porque era algo as¨ª como casar a una compa?era. Compa?era, eso dijo. Si para esta se?orita su trabajo es el mismo que el que ejerc¨ªa Letizia Ortiz por el hecho de salir las dos en televisi¨®n, supongo que igual pensar¨¢ de Ryszard Kapuscinski; al fin y al cabo, los dos se dedican a ver y a informar, aunque uno viaje por el mundo para hacernos un retrato acerado, esforzado e intelectual de lo que ve, y la otra viaje hasta Ubrique para apalancarse en la puerta de la m¨ªtica Ambiciones. Es lo mismo. Lo raro es que a esta audaz periodista no se le iluminaran los ojillos cuando al maestro Kapuscinski le dieron el Premio Pr¨ªncipe de Asturias, porque muy bien podr¨ªa haber dicho: me emociona que le den este galard¨®n a Kapuscinski, porque de alguna forma se premia a toda la profesi¨®n. Y es que en esta profesi¨®n tan gremial y autocomplaciente basta con tener un t¨ªtulo universitario para llamarse uno a s¨ª mismo periodista. Me hizo gracia el otro d¨ªa que el poeta Carlos Edmundo de Ory soltara eso de "?No me llam¨¦is poeta, que es una cursiler¨ªa!". Pues eso, que a muchos de aquellos que se autodenominan periodistas alguien deber¨ªa decirles que hay un escalaf¨®n, claro que s¨ª, y m¨¢s en esta profesi¨®n que no se hace m¨¢s que con los a?os y con cierta autoexigencia. "Todo es igual, nada es mejor, lo mismo un burro que un gran profesor", dec¨ªa el tango.
Recuerdo que este verano un productor de televisi¨®n dijo que prefer¨ªa cinco horas de telebasura a cinco minutos de censura. Y uno se pregunta: ?pero por qu¨¦ hay que elegir? Tenga usted su libertad de convertir el mundo en un estercolero, se le podr¨ªa decir a este productor, pero conc¨¦dame a m¨ª la posibilidad de decir que huele mal. Y perm¨ªtame incluso sugerir que hay afirmaciones que podr¨ªan considerarse delictivas; por ejemplo, un individuo chulesco amenazando a alguien con la posibilidad de desvelar c¨®mo fueron adoptados unos ni?os. Para m¨ª, el presentador que no corta radicalmente una afirmaci¨®n como ¨¦sa no es un periodista. El periodista conoce sus l¨ªmites.
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