Crece el descontento de la opini¨®n p¨²blica de EE UU con la estrategia de Bush en Irak
Los candidatos dem¨®cratas no sacan provecho de las cr¨ªticas a la gesti¨®n de la posguerra
La confusi¨®n sobre la estrategia para resolver la posguerra y las bajas sistem¨¢ticas de soldados minan la confianza de los estadounidenses en su presidente. La mitad del pa¨ªs, seg¨²n el ¨²ltimo sondeo, censura su capacidad para manejar la situaci¨®n, y aunque la mayor¨ªa a¨²n relaciona el frente abierto en Irak con la lucha global contra el terrorismo, s¨®lo uno de cada siete considera que el frente central de ese combate est¨¦ en el pa¨ªs del Tigris, como asegura Bush. Seg¨²n la encuesta de The Washington Post y ABC, el 51% de los norteamericanos condena el manejo de la posguerra por la Casa Blanca.
Adem¨¢s, aunque seis de cada diez siguen estando convencidos de que lo que est¨¢ en juego en Irak forma parte de la batalla antiterrorista mundial, s¨®lo el 14% est¨¢ con Bush y con los miembros de su Gobierno en el convencimiento de que es el frente m¨¢s importante de esa batalla.
El presidente ha recurrido con frecuencia a esa afirmaci¨®n para defender los gastos extraordinarios del despliegue militar y la ayuda para la reconstrucci¨®n, pero el mensaje ha perdido fuerza. En paralelo y debido a ello, se deteriora la confianza en ¨¦l. A¨²n queda un a?o para las elecciones, y esta apreciaci¨®n, respaldada por las dudas y las cr¨ªticas de expertos militares y de comentaristas, da munici¨®n a los candidatos dem¨®cratas (que no la aprovechan como querr¨ªan) y es compartida por algunos congresistas republicanos.
Si los datos negativos persisten en los sondeos de los pr¨®ximos meses, la cercan¨ªa de las elecciones es un factor m¨¢s de preocupaci¨®n sobre la br¨²jula que utilizar¨¢ la Casa Blanca, en opini¨®n de los que se?alan que las promesas sobre la permanencia en Irak nunca hablan de calendarios concretos; estas mismas fuentes -niveles medios de la Administraci¨®n y observadores internacionales en Washington- temen que la aceleraci¨®n de plazos para formar a polic¨ªas iraqu¨ªes y transferir competencias a las autoridades provisionales tenga como objetivo no declarado la retirada de tropas de EE UU el pr¨®ximo a?o.
The New York Times aconseja al Gobierno que "resista cualquier presi¨®n que sufra en cuanto a una retirada apresurada de tropas", porque lo ¨²nico que causar¨ªa ahora es "un caos en Irak y un peligro para los pa¨ªses vecinos y para todo el mundo".
En esta situaci¨®n, la pol¨ªtica de control de la Casa Blanca, impidiendo que haya im¨¢genes televisadas de la llegada de ata¨²des para minimizar el impacto emocional y pol¨ªtico de los soldados muertos en Irak, atrapa en una contradicci¨®n al presidente. Bush se encuentra en el dif¨ªcil equilibrio -subraya The New York Times- de hacer llegar su p¨¦same a las familias de los fallecidos sin llamar excesivamente la atenci¨®n. Por eso, el presidente no menciona bajas concretas, como ocurri¨® despu¨¦s del derribo del helic¨®ptero el pasado domingo, y da el p¨¦same mediante cartas personales a las familias de los soldados y algunas entrevistas que no trascienden. Pero es un procedimiento que se convierte en blanco de cr¨ªticas sobre la insensibilidad del poder.
En todo caso, la oposici¨®n no est¨¢ aprovechando los flancos vulnerables de Bush: solamente el 57% de los votantes dem¨®cratas cree que su partido est¨¢ actuando correctamente en el enfoque de la situaci¨®n. La mitad piensa que se hacen demasiadas concesiones a la pol¨ªtica de la Casa Blanca y una peque?a parte (el 10%) cree lo contrario, que la direcci¨®n del partido a¨²n tendr¨ªa que apoyar m¨¢s a Bush en todo lo relacionado con la posguerra. Los candidatos dem¨®cratas no aprovechan los aprietos de Bush porque est¨¢n muy ocupados tratando de superar sus bajos ¨ªndices de reconocimiento popular. El ¨²ltimo debate, celebrado el martes por la noche, tuvo como objetivo los j¨®venes de 18 a 24 a?os. En las elecciones de 2000, su abstenci¨®n super¨® el 70%.
En el debate, los candidatos, vestidos informalmente, recib¨ªan preguntas de la audiencia y correos electr¨®nicos. Adem¨¢s de Irak y la econom¨ªa, al ex general Wesley Clark le preguntaron sobre el Ej¨¦rcito y los homosexuales. "Todo el mundo tiene derecho a vestir uniforme", dijo, adem¨¢s de afirmar que ten¨ªa amigos gays. No falt¨® la pregunta sobre la marihuana: tres candidatos -John Edwards, John Kerry y Howard Dean- admitieron haberla probado.
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