Las buenas maneras

Yo les recomendar¨ªa a los constructores N¨²?ez y Navarro que se mudaran a trabajar a la Comunidad Valenciana para evitarse dolores de cabeza. Ese ¨¢spero enfrentamiento que mantienen en Catalu?a, con el Ayuntamiento de San Cugat y que les ha llevado a los tribunales, jam¨¢s se producir¨ªa entre nosotros. Aqu¨ª, es pr¨¢cticamente imposible que un promotor se vea envuelto en un suceso semejante. Y si se trata de un constructor de post¨ªn, de un constructor de peso, se le considera una autoridad: la prueba es que cualquier alcalde se le cuadra.

Si all¨¢, se?ores N¨²?ez y Navarro, no les dejan edificar donde ustedes quisieran, aqu¨ª podr¨¢n hacerlo realmente donde les plazca. Den un paseo por nuestro litoral para convencerse de ello. Ver¨¢n que hemos construido en cauces de r¨ªos, en ca?adas, en arroyos, en torrenteras. Hemos edificado en zonas h¨²medas, y, cuando se ha tratado de un promotor porfiado, incluso lo ha hecho en lugares considerados de especial protecci¨®n. Yo creo que si Carlos Pascual, quien fuera alcalde de Pego, hubiera plantado viviendas en el marjal, en lugar empe?arse en cultivar arroz, no se ver¨ªa ahora en una situaci¨®n tan embarazosa.

H¨¢ganme caso y m¨²dense ustedes a la Comunidad Valenciana: encontrar¨¢n para su negocio facilidades que jam¨¢s hubieran imaginado. Aqu¨ª, un promotor puede solicitar licencia para levantar un edificio de diez plantas y, si le conviene, construir unas alturas de m¨¢s, con la seguridad de no ser molestado. Si alguien alza la voz, o un concejal de la oposici¨®n lo denuncia, encontrar¨¢ a su lado un alcalde preocupado para que nada le suceda. ?Que le incomoda pedir permiso de obras o teme los retrasos que, en estos asuntos, causa la Administraci¨®n? Un constructor no se inquieta y comienza a edificar sin demora. Nadie le detendr¨¢ la obra y, con una peque?a sanci¨®n, el ayuntamiento arreglar¨¢ con presteza los papeles. Y no teman las multas. Ahora mismo, una infracci¨®n de esta clase que impusiera el Ayuntamiento de Orihuela, no costar¨ªa m¨¢s all¨¢ de 170 euros por vivienda. No es preciso hacer n¨²meros para ver que se trata de una operaci¨®n ventajosa. Por no hablarles a ustedes del alcalde de Alicante, don Luis D¨ªaz Alperi. Quien sepa tratar al se?or D¨ªaz, puede encontrarse con una permuta o un arriendo de parcela en condiciones tan ventajosas que habr¨¢ hecho el negocio de su vida.

No quisiera dar la impresi¨®n, con estos comentarios, de que la Comunidad Valenciana es un territorio sin ley. Al contrario, nuestras leyes sobre el territorio son admirables, de una ins¨®lita perfecci¨®n. Especialmente, las que promueve el consejero Blasco, siempre preocupado por dar un toque de innovaci¨®n social a sus proyectos. Puestas sobre un papel oficial y presentadas a la prensa, estas disposiciones causan una gran impresi¨®n y obtienen generosos titulares en las p¨¢ginas de los diarios. Luego, por unas cosas o por otras, no se encuentra nunca el momento oportuno de aplicarlas, o se aplican de manera incompleta, o un tanto vaga. No importa. Nuestras leyes son tan excelentes que estos obst¨¢culos ejercen un efecto ben¨¦fico sobre la construcci¨®n. Son, por decirlo de alg¨²n modo, el lubricante que engrasa la maquinaria para que ¨¦sta se deslice con menor dificultad. Precisamente, gracias a ello, nuestros promotores contin¨²an trabajando sin contrariedades y multiplican la riqueza del pa¨ªs.