Apoteosis de la diva

Come la Tosca in teatro. Ya que el p¨²blico va al teatro a ver una cantante que interpreta a una cantante, Robert Carsen sit¨²a la acci¨®n de la celeb¨¦rrima ¨®pera de Puccini en un teatro. Para el director de escena canadiense, Floria Tosca es la diva por excelencia, una mujer que act¨²a y sobreact¨²a en cada minuto de su vida, incapaz de distinguir entre realidad y ficci¨®n. Todo lo que sucede en el montaje de la ?pera de Amberes que presenta el Liceo muestra a Tosca viviendo su drama en el teatro, ¨²nico espacio que alimenta su melodram¨¢tica personalidad. La vida es puro teatro y la diva, que en el templo del arte es ¨ªdolo y al tiempo sacerdotisa suprema, vive para ser adorada por sus admiradores. Y para dar sentido a su propuesta, Carsen nos convierte a todos en admiradores de Floria Tosca.

Vemos a una diva tan enferma de teatro y de fama que convierte la realidad en melodrama: el resto de los personajes de la ¨®pera, y el p¨²blico, somos meras comparsas de su propio mundo. Es una buena propuesta para montar una Tosca diferente, algo m¨¢s arriesgado e interesante que reproducir los escenarios romanos mil veces vistos. Sin entrar en el juego pirandelliano, ves el drama pucciniano a trav¨¦s de los ojos de la diva. Pero el juego de espejos, que borra del mapa cualquier atisbo de realismo esc¨¦nico, no siempre funciona. Carsen sacrifica tantas cosas en su glorificaci¨®n de la diva que al final necesitas gafas para reconocer el paisaje emocional que Puccini pinta con sus m¨¢s apasionados colores veristas.

La soprano Paoletta Marrocu, que no es una diva en la vida real, est¨¢ espl¨¦ndida en su caracterizaci¨®n. La voz es importante, aunque la densidad orquestal le obliga a forzarla al l¨ªmite. Lo mejor, su fraseo intenso. Ha sido alumna de Renata Scotto, gran int¨¦rprete pucciniana, y sigue su ejemplo, buscando los colores, los acentos, el gesto y la intenci¨®n dram¨¢tica que reclama la vocalidad pucciniana. Se llev¨®, con justicia, los m¨¢s entusiastas aplausos. Al tenor Franco Farina le falta efusividad l¨ªrica y calor para conquistar a un p¨²blico acostumbrado a voces que han hecho historia dando vida a Cavaradossi. Tiene una s¨®lida voz y, aunque no es un prodigio de elegancia, el p¨²blico premi¨® su eficaz actuaci¨®n. El lunar del reparto fue el bar¨ªtono Robert Hale, al que se le atragant¨® un bomb¨®n tan rico en calor¨ªas como es el papel de Scarpia. En el foso, Giuliano Carella obtuvo una solvente respuesta de la orquesta y el coro en una lectura contundente pero sin violencia exacerbada.