Velada en el Price

Llegan a TV-3 como boxeadores saliendo del t¨²nel, ensayando golpes y chequeando el juego de piernas, rodeados de segundos. Es un decir. A la recepci¨®n de los p¨²giles se hallan Vicen? Villatoro, jefe de la CCRTV; Joan Oliv¨¦, jefe de TV-3, y Eladio Jare?o, jefe de TVE de Sant Cugat. Comentarios entre los jefes, previa llegada de los litiganti: esto nos baja las audiencias; a los que les podr¨ªa interesar este debate est¨¢n todos aqu¨ª, je, je.

El primer jabato que se presenta a la cita, a las 20.43 horas, es Joan Saura, a bordo de un ol¨ªmpico Seat Toledo. Americana verde, polo cerrado, t¨ªpico de la izquierda local y plural. El color negro podr¨ªa inducir a alguna confusi¨®n si no se supiera qui¨¦n es. Saura sonr¨ªe con timidez. No va r¨¢pido ni despacio. Saluda y se dirige hacia el ring.

21.47. Un Nissan azul oscuro de vidrios ahumados irrumpe en escena. El diputado Francesc Vendrell desciende del asiento junto al conductor y abre el maletero. ?Va all¨ª Piqu¨¦? ?Tan duras se han puesto las cosas para el PP tras lo de Mayor Oreja? Falsa alarma. Piqu¨¦ no va all¨ª. De hecho, hay para rato.

20.57. El Nissan azul oscuro de Maragall se detiene junto a la entrada del CPA (Centre de Producci¨® Aliena, para los no iniciados). Candidato modelo cl¨¢sico en degrad¨¦: traje azul oscuro, camisa celeste, corbata azul a medias tintas entre el uno y la otra. La descripci¨®n de este atuendo -perdonar¨¢n la vanidad- tiene su m¨¦rito, pues de cuatro zancadas, casi sin saludar, Maragall se mete en las tripas del canal auton¨®mico. Juego de piernas. Deja rezagada a la familia: se?ora, Diana Garrigosa, y hermano, Ernest.

21.00. Llega un Volvo azul oscuro, impoluto. Sale de ¨¦l el consejero de Cultura, Jordi Vilajoana, con cara de llegar de Andorra.

21.02. Se detiene un Passat azul oscuro. Aparece, cachazudo, Carod. Americana oscura, corbata marr¨®n, a rayas. Es el que m¨¢s tiempo se queda repartiendo manos y posando ante los objetivos. Bromea. A Joan Oliv¨¦, director de TV-3, le regala un pin, el muy pill¨ªn. Oliv¨¦ no sabe bien qu¨¦ hacer con ¨¦l. Se lo devuelve, pero Carod, ?alehop!, se lo mete de un crochet en el bolsillo superior de la americana. Su esposa se mantiene en segundo plano.

21.12. Aparca una Vanette Mercedes, de aires kennedyanos. Salen de ella, lo habr¨¢n adivinado, Artur Mas y se?ora. Traje gris severo, rayado, camisa blanca, corbata granate a topos blancos, ¨¦l. Pantalones de terciopelo marr¨®n y elegante chaqueta fantas¨ªa, con motivos dorados, ella. Entran juntos al Price, digo, al CPA. Alguien bromea sobre si Mas ya va maquillado. En todo caso, lo parece.

Esto se alarga. Media hora ya de recepci¨®n de candidatos y a¨²n falta uno. Mas, oh, oh, parece que ah¨ª llega el rezagado.

21.20. Llega. Es Piqu¨¦. Traje oscuro, camisa blanca, corbata beis clara. Saluda al personal sin prisa, m¨¢s bien con pausa. Lleva puesta esa sonrisa suya que tanto le estira la cara. Su mujer, como la de Carod, se mantiene a discreta distancia. ?El coche? Un Nissan M¨¢xima berlina. Con el parachoque arrugado por el lado de estribor. Un cleca se la da cualquiera.

22.00. Empieza el debate, pero de eso se ocupan los colegas desde la redacci¨®n, que ven exactamente lo mismo que yo (cosas del periodismo de hoy).

23.30. ?Que qui¨¦n va ganando? Ni idea. Eso se lo preguntan a los de la redacci¨®n, que uno est¨¢ aqu¨ª por lo del color. Pero dir¨ªa que m¨¢s que un combate esto ha sidoun catch a cinco.

Tras el debate, por TV-3 pon¨ªan una pel¨ªcula. T¨ªtulo: Promesas incumplidas.