?Es secesionista el 'plan Ibarretxe'?
Plantea la libre asociaci¨®n desde la soberan¨ªa, pero deja abierta la puerta a la independencia
Una de las cr¨ªticas a su Propuesta de Estatuto Pol¨ªtico de la Comunidad de Euskadi que m¨¢s irrita al lehendakari y al PNV es la que la define como un "proyecto para la secesi¨®n". Josu Jon Imaz, portavoz del Gobierno vasco, acus¨® d¨ªas atr¨¢s a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar de mentir y ser "el ¨²nico que habla de secesi¨®n y ruptura", cuando Juan Jos¨¦ Ibarretxe pone el acento en los aspectos m¨¢s amables de un plan "para la paz y la convivencia".
Efectivamente, la propuesta plantea, como indica en su pre¨¢mbulo, "un nuevo modelo de relaci¨®n [de Euskadi] con el Estado, basado en la libre adhesi¨®n". Un modelo que se sit¨²a, seg¨²n han dictaminado cualificados juristas, al margen de la Constituci¨®n y del Estatuto de Gernika, al proclamar un impreciso sujeto constituyente, "el Pueblo Vasco o Euskal Herria", que ser¨ªa titular de una soberan¨ªa diferenciada de la que el art¨ªculo 1.2 de la Carta Magna deposita en "el pueblo espa?ol". Es desde el ejercicio de esa soberan¨ªa autoconcedida en el plan Ibarretxe, y "de conformidad con el derecho de autodeterminaci¨®n", como se plantea la opci¨®n de la libre asociaci¨®n de la Comunidad de Euskadi al Estado espa?ol. ?Es, pues, secesionista la propuesta aprobada el 25 de octubre por el Gobierno vasco? Por su declaraci¨®n de intenciones, no. Pero incorpora los mecanismos precisos (la soberan¨ªa y el proclamado "derecho de la sociedad vasca a decidir libremente su propio futuro") para que pueda darse el paso a la independencia en un futuro m¨¢s o menos inmediato.
El plan fija el derecho a "alterar ¨ªntegra o sustancialmente" la relaci¨®n con Espa?a
Nadie reclama ejercer el derecho de autodeterminaci¨®n para quedarse como est¨¢
La l¨®gica del andamiaje jur¨ªdico-pol¨ªtico construido por Ibarretxe lleva, seg¨²n Roberto Blanco Vald¨¦s, catedr¨¢tico de Derecho Constitucional de la Universidad de Santiago, a la conclusi¨®n de que la estaci¨®n t¨¦rmino del plan es la independencia. Nadie reclama ejercer el derecho de autodeterminaci¨®n para quedarse como est¨¢. La experiencia internacional muestra que se trata de un camino sin vuelta atr¨¢s. Una vez que ese "Pueblo Vasco" se proclama soberano de forma unilateral, lo mismo puede ejercer la soberan¨ªa para asociarse a Espa?a como para separarse. La decisi¨®n de optar por una cosa u otra queda supeditada a motivos de conveniencia. Con la diferencia de que la primera opci¨®n ser¨ªa revisable -el lehendakari ha recalcado que su "pacto de convivencia" con Espa?a tiene vigencia "para una generaci¨®n", 15-20 a?os-, mientras que la segunda se barrunta irreversible.
La posibilidad de que la esbozada Comunidad de Euskadi se separe de Espa?a aparece regulada en el texto de la propuesta, disimulada por la intrincada sintaxis de sus redactores. El art¨ªculo 13 desarrolla el "Ejercicio democr¨¢tico del Derecho a Decidir" de los ciudadanos vascos y deposita en "las Instituciones de la Comunidad de Euskadi" la potestad de regular y gestionar la realizaci¨®n de "consultas democr¨¢ticas" por refer¨¦ndum, competencia exclusiva del Estado. Las modalidades, procedimiento, condiciones de validez de sus resultados y su incorporaci¨®n al ordenamiento jur¨ªdico los fijar¨ªa una futura ley del Parlamento vasco.
En su punto tercero, dicho art¨ªculo 13 se?ala: "Cuando en el ejercicio democr¨¢tico de su libre decisi¨®n, los ciudadanos y ciudadanas vascas manifestaran, en consulta planteada al efecto, su voluntad clara e inequ¨ªvoca, de alterar ¨ªntegra o sustancialmente el modelo y r¨¦gimen de relaci¨®n pol¨ªtica con el Estado espa?ol (...) que se regulan en el presente Estatuto, las Instituciones vascas y las del Estado se entender¨¢n comprometidas a garantizar un proceso de negociaci¨®n para establecer las nuevas condiciones pol¨ªticas que permitan materializar, de com¨²n acuerdo, la voluntad democr¨¢tica de la sociedad vasca". El significado de la expresi¨®n "alterar ¨ªntegra o sustancialmente" el "R¨¦gimen de Libre Asociaci¨®n" fijado en el art¨ªculo anterior (12) no puede ser otro, dice Blanco Vald¨¦s, que la independencia: el ejercicio de la soberan¨ªa no para la adhesi¨®n sino, en este caso, para la separaci¨®n. "Se est¨¢ regulando claramente el segundo tiempo de la secesi¨®n, obligando al Estado a negociar el modo de llevarla a cabo", apunta el catedr¨¢tico.
No es una interpretaci¨®n m¨¢s o menos forzada. Bajo el mismo ep¨ªgrafe de "Ejercicio democr¨¢tico del Derecho a Decidir", el texto articulado del plan filtrado al diario Abc en julio, y que Ajuria Enea reconoci¨® c¨®mo uno de los borradores de trabajo, hablaba sin veladuras de "segregaci¨®n". En este caso era el apartado 4 del art¨ªculo 12 el que obligaba a negociar a las instituciones vascas y espa?olas, en el supuesto de que "las ciudadanas y ciudadanos vascos, en el ejercicio democr¨¢tico de su libre decisi¨®n, manifestaran su voluntad clara e inequ¨ªvoca de proceder a la segregaci¨®n del Estado Espa?ol".
Un partido declaradamente independentista como es Aralar, la formaci¨®n encabezada por Patxi Zabaleta que se separ¨® de Batasuna tras la ruptura de la tregua, ha destacado como uno de los aspectos m¨¢s positivos de la propuesta el que recoge "el derecho a la independencia o a la secesi¨®n de Espa?a". "Se deja muy claro que, si nuestro pueblo hace la opci¨®n de la secesi¨®n, lo que hay que negociar con el Estado es el proceso de puesta en pr¨¢ctica de esa voluntad", subray¨® el 31 de octubre el n¨²mero dos de Aralar, I?aki Irazabalbeitia.
Blanco Vald¨¦s afirma desconocer que haya en el ¨¢mbito internacional un proyecto constituyente an¨¢logo, que a una propuesta de relaci¨®n acompa?e una cl¨¢usula de ruptura. Lo que intenta el texto en la pr¨¢ctica es dar rango jur¨ªdico y llevar hasta sus ¨²ltimas consecuencias el debate suscitado en Quebec por los nacionalistas. La inspiraci¨®n del soberanismo quebequ¨¦s articula doctrinalmente el plan Ibarretxe, que viene a responder, en favor de las tesis nacionalistas, la cuesti¨®n formulada en el refer¨¦ndum celebrado en 1995 en la provincia franc¨®fona de Canad¨¢. "?Aceptar¨ªa usted que Quebec pueda llegar a ser soberano, despu¨¦s de haber ofrecido formalmente a Canad¨¢ un nuevo tipo de asociaci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica?", pregunt¨® el Gobierno nacionalista del Partido Quebequ¨¦s en la consulta, que perdi¨® por menos de un punto (50,6% de votos negativos frente al 49,4% de positivos).
La propuesta del lehendakari da por contestada la pregunta al gusto del nacionalismo vasco -la consecuci¨®n de la soberan¨ªa y del nuevo modelo de relaci¨®n con Espa?a van en el mismo paquete- y deja la consulta a la sociedad vasca para un segundo momento: ya sea para ratificar el nuevo Estatuto Pol¨ªtico de Euskadi o, en el caso de que ¨¦ste no sea aceptado por las Cortes Generales, para "ir a una confrontaci¨®n de legitimidades" entre el pueblo vasco y el pueblo espa?ol de resultados inquietantes.
La inspiraci¨®n quebequesa del proyecto la reconoci¨® t¨¢citamente Ibarretxe en el debate de pol¨ªtica general del 26 de septiembre. Al glosar c¨®mo se iba articular en la propuesta "el derecho a decidir", adelant¨® el lehendakari: "De conformidad con la sentencia del Tribunal Supremo de Canad¨¢, que interpreta el derecho internacional vigente, se incorpora el compromiso de no ejercer unilateralmente el derecho de autodeterminaci¨®n y el reconocimiento expl¨ªcito de la obligaci¨®n de abrir un proceso de negociaci¨®n y pacto con el Estado". Ibarretxe, sin embargo, hizo una interpretaci¨®n muy particular de la opini¨®n emitida en agosto de 1998 por la Corte Suprema de Canad¨¢ ante las preguntas que le hab¨ªa planteado el Gobierno federal dos a?os antes. El Tribunal rechaz¨® que el derecho a la autodeterminaci¨®n externa pueda ser exigido por Quebec, ya que s¨®lo ser¨ªa aplicable a los casos "de antiguas colonias, los pueblos oprimidos por una ocupaci¨®n militar, o de un determinado grupo al que se le impide el acceso al autogobierno para conseguir su desarrollo pol¨ªtico, econ¨®mico, social y cultural".
Por contra, la obligaci¨®n apuntada por la Corte Suprema de negociar los t¨¦rminos de la ruptura ser¨ªa consecuencia de que una "mayor¨ªa clara" de quebequeses, de forma reiterada, haya respondido afirmativamente a una "pregunta clara" sobre la salida de Quebec de la federaci¨®n canadiense. Blanco Vald¨¦s estima que el plan del lehendakari est¨¢ lleno de interpretaciones forzadas y discutibles de textos legales: "La propuesta, en el fondo, est¨¢ dirigida a dar una apariencia jur¨ªdica a lo que no es sino puro decisionismo pol¨ªtico".
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