?pera en Torrent

Concluidas las obras de instalaci¨®n del foso hidr¨¢ulico, el Auditorio de Torrent inici¨® su programaci¨®n con una de las ¨®peras m¨¢s exquisitas y, a la vez, m¨¢s seductoras del repertorio: La Flauta M¨¢gica. El pr¨®ximo viernes se representar¨¢ El barbero de Sevilla, y Carmen subir¨¢ al cartel en marzo de 2004. El a?o pasado se hizo Lucia di Lammermoor y Cos¨¬ fan tutte. El Barbero del viernes, ser¨¢, adem¨¢s, producci¨®n propia del Auditori en el ¨¢mbito de lo musical, mientras que el aspecto esc¨¦nico corre a cargo de la Coral Crevillentina. El resto de los t¨ªtulos han venido -o vendr¨¢n- de la mano de la Orquesta Filarm¨®nica de Pleven.

Lo que parece cierto, con producciones propias o importadas, es que Torrent est¨¢ d¨¢ndole un impulso a la ¨®pera que supera la t¨®nica habitual de las ciudades valencianas. Incluso el cap i casal tiene a sus aficionados languideciendo muchos a?os a base de las ¨®peras en versi¨®n de concierto y -a la espera de ese gran envoltorio que es el Palau de les Arts-, con mucho miedo en el cuerpo: se teme que el coste desmesurado del edificio agote los recursos y no haya luego medios para una programaci¨®n digna y sostenida.

Mientras tanto, y a la espera de lo que suceda con todo lo dem¨¢s, los cantantes e instrumentistas b¨²lgaros de la ciudad de Pleven, acompa?ados por artistas de variopinta extracci¨®n (polaco el director musical, italiano el de escena, rumana la soprano en el rol de Pamina, valencianos la Reina de la Noche y Papageno, alemana una de las Damas, catalana Papagena, etc), montaron una Flauta M¨¢gica modesta pero digna. Y la montaron con traducci¨®n en sobretitulado -muy somera, eso s¨ª-, aditamento que algunos aficionados desde?an "por innecesario (sic)" pero que ayuda, mucho m¨¢s que otras cosas, a la ampliaci¨®n del p¨²blico.

En el lado negativo del espect¨¢culo cabe situar el dudoso dominio de las exigencias mozartianas que lucieron la orquesta y algunas voces. Los m¨²sicos todoterreno suelen encontrar en Mozart su Tal¨®n de Aquiles, ya que la transparencia instrumental, as¨ª como el car¨¢cter impecable y l¨ªmpido que debe tener el canto, evidencian de inmediato cualquier error de ajuste, emisi¨®n, afinaci¨®n o fraseo. Por no hablar de las consecuencias, muchas veces irreparables, que tiene para las voces -mucho m¨¢s si se pretende abordar a Mozart- la asunci¨®n de un repertorio inadecuado.

Hubo, sin embargo, momentos muy agradables: segunda aria de la Reina de la Noche (excepci¨®n hecha de las notas m¨¢s agudas), tr¨ªo de Pamina, Tamino y Sarastro (segundo acto), intervenciones de los Tres Muchachos (con voces j¨®venes, frescas y transparentes), etc¨¦tera... Y, desde luego, la desenvoltura esc¨¦nica de Papageno y Papagena que, como casi siempre sucede en La Flauta M¨¢gica, se llevaron los aplausos m¨¢s c¨¢lidos de la noche.