"Yo soy leal a Gallard¨®n, creo en su pol¨ªtica, creo en lo que va a hacer"
Tres secretarias atienden los tel¨¦fonos en la antesala del despacho de la concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano del Ayuntamiento de Madrid, en el n¨²mero 10 de la carrera de San Francisco. Ana Botella llega puntual a la cita, vestida con una chaqueta roja de terciopelo sobre un conjunto de su¨¦ter y pantal¨®n negros, y calzada con botas del mismo color de considerable tac¨®n. Su despacho es enorme y est¨¢ pintado en tonos crema. Ana Botella se presenta muy sonriente, concienzudamente maquillada y peinada.
Pregunta. Lleva usted desde junio en este despacho de la Concejal¨ªa de Empleo y Servicios al Ciudadano. ?El trabajo era lo que pensaba o se ha llevado alguna sorpresa?
Respuesta. Yo ya ten¨ªa una idea de lo que pod¨ªa ser este trabajo. Hab¨ªa empezado unos ocho meses antes a documentarme. No ha sido muy distinto a lo que pensaba en la mayor¨ªa de los temas, porque en estos a?os, por diversas circunstancias, he tenido contacto con la ciudad y sus problemas. Soy, adem¨¢s, funcionaria, con lo cual tengo una visi¨®n de la Administraci¨®n, he trabajado en ella 15 a?os, y vivo, perm¨ªtame la expresi¨®n, en la Administraci¨®n.
"Soy funcionaria, conozco la Administraci¨®n y vivo en la Administraci¨®n, porque La Moncloa est¨¢ sujeta a esas normas"
"Las dos grandes cuestiones que tenemos que abordar en Madrid son la atenci¨®n a los mayores y la inmigraci¨®n"
"A m¨ª me hace gracia cuando hablas con la gente de otros pa¨ªses que se queja de lo dura que es la pol¨ªtica. Yo creo que a cada uno le parece dura la de su pa¨ªs"
"Durante estos a?os podr¨ªa haber sufrido grandes decepciones, pero sigo creyendo en el ser humano exactamente igual que antes"
"Yo creo que el problema en la calle est¨¢ resuelto. En el sentido de que no existe para nada discriminaci¨®n hacia los homosexuales"
P. El palacio de la Moncloa.
R. S¨ª, el palacio se rige por las normas de una administraci¨®n. Aunque mi casa ocupa una zona especial, est¨¢ dentro de una administraci¨®n, sujeta a normas por las que se rige todo, desde adquirir una silla...
P. No me diga que tiene usted que hacer una instancia para eso.
R. No, no, eso no; pero hay unas normas, todo est¨¢ sujeto a unos presupuestos.
P. Es un engranaje que ya conoce.
R. S¨ª, por eso me resulta todo m¨¢s familiar que si no hubiera tenido este contacto con la Administraci¨®n. Por otro lado, Madrid es mi ciudad, he vivido aqu¨ª toda mi vida y aqu¨ª he conocido distintos ambientes, distintas circunstancias.
P. ?Pero desde la concejal¨ªa se ve distinta la ciudad?
R. No del todo. Durante estos ¨²ltimos siete a?os he tenido oportunidad de conocer los problemas que tiene Madrid, aunque es dif¨ªcil conocerlos todos a fondo. Siempre quedan cosas por descubrir. Lo que se ve distinto desde aqu¨ª es el enfoque, porque lo veo no como espectadora, sino como responsable de un sector, con cierta capacidad para que cambien las cosas; en definitiva, para mejorar el bienestar de los ciudadanos.
P. Su concejal¨ªa es bastante ambiciosa porque abarca muchos apartados: Empleo, Prostituci¨®n, Inmigraci¨®n, Mayores, Escuelas infantiles y Mujer. No s¨¦ cu¨¢nto pod¨ªa saber de un tema como el de la prostituci¨®n.
R. Conozco el problema de la prostituci¨®n, la trama e intereses que esconde detr¨¢s, los problemas de las mujeres que la ejercen, etc¨¦tera. Aunque se trata de un problema de dif¨ªcil soluci¨®n, hay aspectos, no obstante, en los que tenemos que ser ambiciosos, con la mirada puesta en el medio-largo plazo. Cuando exist¨ªa la esclavitud nadie pensaba que pod¨ªa acabar, y, sin embargo, desapareci¨®. Y, probablemente, parte de la prostituci¨®n en Madrid, que es una forma de esclavitud, terminar¨¢ disminuyendo, al menos como la conocemos hoy.
P. Desde luego, la ciudad ha cambiado, no s¨®lo en el cap¨ªtulo de la prostituci¨®n. Madrid se ha convertido en una de las ciudades m¨¢s inseguras y complicadas de Europa.
R. De Europa, yo creo que no.
P. Bueno, me refiero a la Europa comunitaria, a la Europa occidental. ?Qu¨¦ temas, dentro de las competencias de su concejal¨ªa, cree usted que necesitan atenci¨®n m¨¢s urgente?
R. Creo que las dos grandes cuestiones que tenemos que abordar son la atenci¨®n a los mayores y la inmigraci¨®n. Pero no s¨®lo en Madrid, sino en cualquier ayuntamiento. La inmigraci¨®n es un tema prioritario en Madrid y Barcelona, que son las ciudades que acogen a un mayor n¨²mero de inmigrantes.
P. Madrid ha recibido una cantidad enorme de inmigrantes sin estar del todo preparada para acogerlos.
R. Los inmigrantes en Madrid representan un 12% o un 13% de la poblaci¨®n, y hay distritos, como Tetu¨¢n, que tienen un porcentaje elevad¨ªsimo. Hay que decir, en honor de sus habitantes y de las instituciones, que esta poblaci¨®n inmigrante que ha llegado en los ¨²ltimos seis a?o, se ha instalado de una forma bastante poco traum¨¢tica, en un plazo breve y de una manera equilibrada. Lo que dice mucho en favor de los vecinos de Madrid.
P. Ya, pero cuando uno recorre la ciudad, sobre todo en algunas zonas, se tiene la impresi¨®n de que los servicios est¨¢n un poco al l¨ªmite, en algunos casos han sido superados y en otros est¨¢n a punto de serlo.
R. Hay que hacer un esfuerzo constante en mejorar los servicios que ofrece el Ayuntamiento de Madrid, pues, l¨®gicamente, la inmigraci¨®n continuar¨¢ en tanto la situaci¨®n econ¨®mica de Madrid y del pa¨ªs en general siga siendo buena.
P. El problema son los que llegan ilegalmente, pero eso no creo que la concejal¨ªa pueda afrontarlo.
R. No. Los gobiernos municipales tienen otras posibilidades de actuaci¨®n. Deben ocuparse de integrar a los inmigrantes en su territorio y de que esta integraci¨®n se realice en un marco de convivencia apropiado para todos.
P. Seg¨²n el concejal de Hacienda, para eso se van a subir los impuestos, para mejorar los servicios. La oposici¨®n se queja, sin embargo, de que la noticia ha pillado de sorpresa a los madrile?os. Incluso en el PP, tanto el ministro de Econom¨ªa como el presidente del Gobierno han criticado esta decisi¨®n. He le¨ªdo que usted, sin embargo, encuentra el aumento razonable.
R. La pol¨ªtica general del partido consiste en reducir determinados impuestos. Ha habido una reforma del IRPF en dos ocasiones consecutivas que ha supuesto una reducci¨®n impositiva para los ciudadanos. Y esto es conciliable con las decisiones que tomen las autonom¨ªas y ayuntamientos cuando as¨ª lo exijan las circunstancias y sus necesidades. Cuando el alcalde de Madrid ha propuesto esta nueva estructura de ingresos, lo ha hecho bas¨¢ndose en unas necesidades reales y teniendo en cuenta consideraciones importantes Adem¨¢s, es preciso recordar que de las 52 capitales de provincia, 48 tienen una presi¨®n impositiva mayor que Madrid.
P. No se discute tanto eso como el hecho de que no se haya abordado en la campa?a, aunque figurara en el programa del PP. Vista la reacci¨®n que ha tenido el presidente del Gobierno, ?no se le plantea a usted un conflicto de lealtades?
R. No. La relaci¨®n con mi marido es personal.
P. S¨ª, pero es su jefe, su responsable pol¨ªtico.
R. Bueno, pero ante todo es mi marido. Adem¨¢s, la relaci¨®n que tenemos mi marido y yo est¨¢ al margen de cualquier consideraci¨®n pol¨ªtica. Pero luego hay otra cosa, los dos sabemos muy bien lo que es la vida pol¨ªtica. Yo soy leal a Alberto Ruiz-Gallard¨®n, porque creo en su pol¨ªtica, creo en lo que va a hacer, comprendo por qu¨¦ se ha tenido que producir una subida de impuestos, pero al mismo tiempo tengo una lealtad al PP y a todos sus dirigentes, como la tiene tambi¨¦n Ruiz-Gallard¨®n. No tengo ning¨²n conflicto. Hay otra cosa, es cierto que muy poca gente lee los programas de los partidos, y eso los pol¨ªticos lo sabemos, pero ah¨ª est¨¢n. Lo ha dicho Mariano Rajoy en televisi¨®n. Adem¨¢s, el programa con el que Ruiz-Gallard¨®n acudi¨® a las elecciones municipales ten¨ªa, por un lado, nuevas formas de financiaci¨®n, y, por otro, las obras. Cuando se lee el programa y se ve que se van a realizar unas obras bastante ambiciosas, pues la gente tendr¨¢ que pensar que el dinero saldr¨¢ de alg¨²n sitio.
P. Tambi¨¦n ocurre que en la campa?a se aborden temas que luego no se cumplen. Se habl¨® mucho de una recuperaci¨®n del centro de Madrid que parece haber quedado aparcada, y eso que el centro deber¨ªa ser el escaparate de toda la ciudad.
R. Los presupuestos contemplan una dotaci¨®n para la oficina de centro. Las concejal¨ªas afectadas est¨¢n trabajando de manera conjunta. Uno de los objetivos consiste en dotar a esta zona de la ciudad de equipamientos sociales.
P. Hay otro tema pol¨¦mico. Los 300 asesores y gestores que se han contratado. La partida de personal ha aumentado un 70% y ha habido resquemores entre los funcionarios.
R. Yo creo que eran incorporaciones que conven¨ªan.
P. Pero hay 20.000 funcionarios en el Ayuntamiento de Madrid.
R. Tengo que decir que no he tenido ning¨²n problema con el personal funcionario. Se ha integrado perfectamente con las personas que han llegado. Lo que pasa es que la Ley de R¨¦gimen Local se aplica igual a un ayuntamiento peque?o que a una ciudad con m¨¢s de tres millones de habitantes. Por eso lo que pretende la Ley de Grandes Ciudades es establecer unas formas de funcionamiento propias para estas urbes, y contempla la posibilidad de contratar personal eventual. Lo que hemos hecho es anticiparnos dentro del marco normativo vigente.
P. Cuando se supo que iba a ser candidata en las elecciones municipales, muchos pensaron que se le hac¨ªa un favor a la esposa del presidente del Gobierno. ?Su posici¨®n en La Moncloa ha sido un handicap o una ventaja en su trabajo como concejal?
R. No he percibido ning¨²n trato especial por este hecho.
P. Ni por parte de la oposici¨®n ni de su partido.
R. No, en absoluto.
P. Entonces, cuando en marzo deje usted La Moncloa y se traslade con su familia a su chal¨¦ en una urbanizaci¨®n de las afueras, ?no notar¨¢ la diferencia?
R. Supongo que notar¨¦ diferencias, pero no en el trabajo. Ser¨¢ en el trato con otras personas. Habr¨¢ gente que ahora me llama que no me llamar¨¢ o gente que ahora llamo y se pone al tel¨¦fono y luego no lo har¨¢, pero eso no me produce ninguna preocupaci¨®n. Es el juego de la vida, no conozco a nadie que no le haya pasado eso, y tampoco es tan importante.
P. En resumen, hay vida despu¨¦s de La Moncloa.
R. Claro, yo en cierta forma ya la he empezado.
P. S¨ª, creo que se ocupa usted los fines de semana de los arreglos en su chal¨¦.
R. Me refiero a que la he empezado aqu¨ª, en la concejal¨ªa. Ya he iniciado mi transici¨®n. Ser¨¢ complicado, sin duda, por cuestiones tambi¨¦n pr¨¢cticas, porque hay que volverse a organizar una vida, volver a otras rutinas.
P. Y vivir sin la Administraci¨®n detr¨¢s.
R. S¨ª.
P. Aunque usted ha dicho algunas veces que La Moncloa no les ha alterado la vida familiar. Al contrario, que casi les ha unido m¨¢s.
R. S¨ª, nuestra vida como familia ha continuado al otro lado de la puerta, y creo que s¨ª, que he tenido mucha suerte.
P. Pero la notoriedad le habr¨¢ perjudicado alguna vez, con sus hijos, por ejemplo. Su hijo mayor fue detenido en Italia por circular a velocidad excesiva, y no habr¨ªa sido noticia de no llamarse Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.
R. S¨ª, de alguna manera.
P. La pol¨ªtica espa?ola es bastante dura, ?no cree?
R. Supongo que como todas. A m¨ª me hace gracia cuando hablas con la gente de otros pa¨ªses que se quejan de lo dura que es la pol¨ªtica. Yo creo que a cada uno le parece dura la de su pa¨ªs.
P. Ser¨¢ que tiene usted un car¨¢cter fuerte y no le afectan demasiado las cr¨ªticas ni los ataques pol¨ªticos. Despu¨¦s de todo, era la mayor en una familia de 13 hermanos, y eso debe imprimir car¨¢cter. Recuerdo que su marido, en una entrevista a la televisi¨®n italiana, destac¨® precisamente su car¨¢cter fuerte. ?Est¨¢ usted de acuerdo con ese juicio?
R. Suelo saber lo que quiero en la vida.
P. Pero, en estos a?os de vida pol¨ªtica, ?no ha cambiado nada? ?No hay ning¨²n valor que se le haya tambaleado?
R. ?En qu¨¦ aspecto?
P. Quiero decir, si la experiencia de la pol¨ªtica no le ha hecho cambiar alg¨²n concepto. Supongo que hay un antes y un despu¨¦s de su llegada a La Moncloa.
R. S¨ª. La vida p¨²blica marca un antes y un despu¨¦s, pero no me ha cambiado esencialmente. En muchos casos, hacerse mayor lleva a dejar de creer en ciertas cosas. Yo sigo creyendo en casi todo.
P. ?No se referir¨¢ a la religi¨®n?
R. No, me refiero al ser humano.
P. ?Sigue usted creyendo en el ser humano, en su debilidad?
R. Y en su grandeza. Durante estos a?os podr¨ªa haber sufrido grandes decepciones, pero sigo creyendo en el ser humano exactamente igual que antes. Y sigo creyendo sobre todo que la pol¨ªtica es una actividad que merece la pena.
P. Ya, pero es un terreno resbaladizo, que obliga a usar con cuidado las palabras. Estaba recordando las cr¨ªticas que provoc¨® una intervenci¨®n suya cuando el socialista Pedro Zerolo plante¨® la cuesti¨®n de los matrimonios gays. Su respuesta dio una impresi¨®n de rigidez.
R. Las cr¨ªticas, ah¨ª est¨¢n, y cuando manifiestas opiniones p¨²blicamente tienes que estar preparada para recibir cr¨ªticas y escucharlas. Yo ya sab¨ªa que mi intervenci¨®n iba a provocar cr¨ªticas y estaba preparada para ello.
P. Volver¨ªa a intervenir otra vez con las mismas palabras.
R. S¨ª. Por otra parte, creo que Madrid es una de las ciudades m¨¢s abiertas, en la que no existe ninguna discriminaci¨®n contra los homosexuales. Bueno, ni en Madrid ni en la sociedad espa?ola.
P. ?Cree usted que refleja en eso la sociedad espa?ola?
R. S¨ª, yo creo que este problema en la calle est¨¢ resuelto, en el sentido de que no existe para nada discriminaci¨®n en la sociedad espa?ola hacia los homosexuales. En Madrid tenemos la Ley de Parejas de Hecho que les otorga una serie de derechos que son equiparables a los de los heterosexuales.
P. El Ayuntamiento ha sido un comienzo pol¨ªtico para usted que podr¨ªamos considerar modesto, pero hay quien sospecha que representa s¨®lo el primer paso en su carrera pol¨ªtica.
R. No, este trabajo es un fin en s¨ª mismo y no me planteo nada m¨¢s.
P. ?Es demasiado dif¨ªcil la carrera pol¨ªtica?
R. Todo es dif¨ªcil, ?o no lo es la carrera period¨ªstica? En la vida no hay nada f¨¢cil. Lo que a?ade de complejidad la pol¨ªtica es que hay muchas variables que no controlas. Puede ocurrir que se te caiga un edificio o que llegue una epidemia.
P. ?Por qu¨¦ apoya usted la decisi¨®n de su marido de retirarse a los ocho a?os de gobierno. ?Se adquieren vicios con el ejercicio prolongado del poder?
R. Yo creo que es necesaria la renovaci¨®n. Yo creo que es bueno para el Partido Popular y sobre todo para Espa?a. Y tambi¨¦n bueno para ¨¦l. Las cosas hay que abandonarlas en el momento oportuno. Y ahora es un buen momento para hacer la transici¨®n en el partido, y as¨ª es como se ha hecho. Y tengo que decir que mi marido lo ha hecho pensando en todos menos en ¨¦l mismo, y de una manera generosa.
P. No resisto la tentaci¨®n de preguntarle por la futura princesa de Asturias.
R. Pienso que es una elecci¨®n acertada, y, sobre todo, es la elecci¨®n del Pr¨ªncipe que asegura la continuidad de la Monarqu¨ªa parlamentaria, adem¨¢s de su felicidad.
P. ?Ir¨¢ usted a la boda, aunque no sea ya segunda dama?
R. Supongo que s¨ª.
La 'dama de hierro' del Partido Popular
DISCIPLINADA por historia familiar (es la mayor de 13 hermanos), por formaci¨®n profesional (licenciada en Derecho y funcionaria de alto nivel) y, se dir¨ªa, por temperamento, Ana Botella dice haber iniciado su transici¨®n de La Moncloa a la vida normal, con su cargo de concejal del Ayuntamiento de Madrid. Nacida en la capital espa?ola el 23 de julio de 1953, Botella, que lleva 27 a?os casada con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, presidente del Gobierno, y es madre de tres hijos, despert¨® inquietudes y esperanzas, quiz¨¢ exageradas, cuando irrumpi¨® en la casa consistorial, como n¨²mero tres del alcalde Alberto Ruiz-Gallard¨®n, tras el triunfo electoral del PP el pasado 25 de mayo. Transcurridos casi cinco meses desde su desembarco municipal, el perfil de la concejal de Empleo y Servicios al Ciudadano parece haberse disuelto en los trazos generales impuestos por Ruiz-Gallard¨®n en la corporaci¨®n municipal. As¨ª lo piensan, al menos, In¨¦s Saban¨¦s, portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida, y Elena Arnedo, que lleva los temas de la mujer en el Grupo Municipal del PSOE. "Creo que su presencia tiene una funci¨®n propagand¨ªstica", dice Arnedo. "De momento se ha limitado a continuar anteriores campa?as, como el servicio Madrid Acompa?a, de teleasistencia a los ancianos". En su opini¨®n, no hay rasgos destacables, m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica tradicional del PP, en la gesti¨®n de Botella, que, dice, "aborda los servicios sociales como si se tratara de una labor caritativa, de asistencia a los pobres". En cuanto a su trato, la considera "una persona amable, que dice s¨ª a todo", aunque "le faltan tablas". In¨¦s Saban¨¦s, que disput¨® a Ruiz-Gallard¨®n el sill¨®n municipal, reconoce que la esposa del presidente del Gobierno es una persona asequible, de trato normal, que entiende las tareas que se ha comprometido a asumir. Pero, a?ade, "no soy capaz de diferenciar el papel del PP en las distintas ¨¢reas de gobierno municipal en el tiempo que llevan". "No observo grandes apuestas en ella, ni que hayan empezado a concertar pol¨ªticas sociales para hacer frente a los problemas muy importantes de esta ciudad". "Ana Botella est¨¢ cumpliendo su misi¨®n. El Ayuntamiento es un lugar de enorme trabajo, que exige mucha dedicaci¨®n, hay que estar pendientes de muchas cosas. En su tono, en la atenci¨®n que presta a los temas, me parece una edil correcta". Botella ha aligerado considerablemente su agenda institucional para ocuparse a tiempo completo a sus tareas municipales, aunque quienes la conocen aseguran que se sigue ocupando, cuando alguna visita oficial lo requiere, de supervisar que todo est¨¦ a punto en La Moncloa. Tampoco ha renunciado a las apariciones p¨²blicas en solitario. Hace unas semanas pronunci¨® la conferencia inaugural en un congreso sobre ancianos, en Valladolid; particip¨® en un mitin electoral de su compa?era de partido, Esperanza Aguirre, y tuvo tiempo de acudir a una cena, repleta de famosos, en la que una revista femenina entregaba unos
premios.
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