La tregua social otorga a Bolivia una precaria calma
Un mes despu¨¦s del levantamiento popular, cuyo detonante fue el proyecto de exportaci¨®n de gas natural, Bolivia ha vuelto a una precaria tranquilidad por la tregua pactada entre el nuevo presidente, Carlos Mesa, y las organizaciones sindicales y vecinales, aunque sacudida de tanto en tanto por las amenazas de huelga de distintos sectores laborales.
La tregua, que implica una permanente vigilancia por las juntas vecinales y sindicatos a la gesti¨®n gubernamental, ha dado un margen de acci¨®n a Mesa ante sus compromisos internacionales, como la Cumbre Iberoamericana, que se celebra la pr¨®xima semana en la ciudad de Santa Cruz. Lo ¨²nico que se ha resuelto de la grav¨ªsima crisis pol¨ªtica, social y econ¨®mica es "la salida de S¨¢nchez de Lozada [el anterior presidente, que renunci¨® ante la presi¨®n popular], pues todo lo dem¨¢s ha quedado pendiente e incluido en la agenda del nuevo Gobierno", seg¨²n el polit¨®logo Jorge Lazarte.
Las principales exigencias de la poblaci¨®n son el refer¨¦ndum sobre el futuro del gas natural -Bolivia posee 54,9 trillones de pies c¨²bicos en reservas-, las reformas a la Ley de Hidrocarburos y una Asamblea Constituyente que defina la naci¨®n en el contexto de la insurgencia ind¨ªgena (m¨¢s del 70% de la poblaci¨®n). Mesa se enfrenta a la falta de recursos econ¨®micos y pol¨ªticos, pues su Gobierno no cuenta con el apoyo de ning¨²n partido, y paralelamente, afronta las exigencias de organismos empresariales locales y financieros internacionales, preocupados ante el deterioro de la econom¨ªa.
El Gobiernoha solicitado a la comunidad internacional la donaci¨®n o pr¨¦stamos blandos de 98 millones de d¨®lares para pagar sueldos. La deuda p¨²blica boliviana representa m¨¢s del 100% de su Producto Interior Bruto (PIB), calculado en 8.200 millones de d¨®lares para este a?o, y la deuda exterior es de algo m¨¢s de 6.500 millones de d¨®lares.
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