Gades zarpa rumbo a La Habana
El artista logra el permiso de sus m¨¦dicos para cruzar el Atl¨¢ntico en velero
Ayer, a las tres de la tarde, el Luar 040 zarp¨® del puerto de Altea rumbo a La Habana. Al tim¨®n del velero de 16,85 metros de eslora y 29 toneladas de peso, modelo Pasoa 54, iba "el capit¨¢n Chinche", mucho m¨¢s conocido como Antonio Gades, que espera llegar a su destino, v¨ªa Canarias, dentro de 30 d¨ªas, si alcanza los ocho nudos previstos.
Enfermo de c¨¢ncer de est¨®mago, colon e h¨ªgado, Gades ha sobrevivido ya a cinco operaciones y quer¨ªa cumplir una vez m¨¢s el sue?o de cruzar el Atl¨¢ntico. "Ya lo hice en 1992, como homenaje a Col¨®n, pero quer¨ªa volver", dice. "Cuando estuve a punto de palmar, hice recuento de mi vida y pens¨¦ que mi ¨²nica tristeza si cascaba ser¨ªa no navegar m¨¢s. Ahora que los m¨¦dicos me han dado la condicional hasta enero, aqu¨ª estamos"
"Navegar es lo que m¨¢s me gusta del mundo. El baile, al lado de esto, es una gilipollez"
Con el core¨®grafo y bailaor (Elda, 1936) viajan un m¨¦dico cubano, Julio, y dos marineros alicantinos, Manolo y Coque. "Adem¨¢s del Quijote y las Obras completas de Lorca, que siempre van conmigo", explica Gades. "Mis otros dos sue?os son coreografiar El Quijote y montar un baile titulado La importancia de llamarse Federico, que intentar¨ªa viajar a las fuentes de inspiraci¨®n de la poes¨ªa de Lorca. Pero si llego a tiempo, bien, y si no, alegr¨ªa".
Lleno de vitalidad y humor, Gades ultimaba el viernes en el Club Mar¨ªtimo de Altea los preparativos para la traves¨ªa. Ante una cerveza,
negaba que haya que ser "especialmente valiente o sietemachos" para vivir esta aventura: "Navegar es lo que m¨¢s me gusta del mundo. Aprend¨ª s¨®lo hace 35 a?os. Con Pepa [Flores] viv¨ª aqu¨ª cuatro a?os y s¨®lo sal¨ªamos al mar. Mucha gente cree que soy de tierra, pero no. El baile es una gilipollez al lado de esto. La primera vez que vi el mar, en Valencia, hice como Alfonsina Storny: me tir¨¦ sin saber si mojaba".
Sin patrocinios ("donde no hay publicidad resplandece la verdad") y con el lema "Todo est¨¢ bajo control, nada funciona", Gades sube al barco que compr¨® hace un a?o en Eslovenia ("me lo traje con la herida todav¨ªa abierta, me la curaba yo mismo"), coge el tim¨®n y empieza a dar ¨®rdenes a la exigua tripulaci¨®n. Manolo lleva seis a?os con ¨¦l, y dice: "S¨ª, manda mucho, pero lo tiene claro, todo va bien". Y Julio, el m¨¦dico, a?ade: "?El patr¨®n? Lleno de fuerza, aguantar¨¢ el viaje mejor que yo". Asombra la feroz energ¨ªa de este hombre que, a pesar de estar tocado por la bicha, todav¨ªa recuerda al Gades de hierro que dirig¨ªa y bailaba obras tan duras y complicadas como Bodas de sangre o Fuenteovejuna. Todo est¨¢ en la cabeza: "Pensar en la muerte no me va a quitar la vida. Ya que no me pidieron permiso para nacer, por lo menos que me lo pidan para morir".
El nombre del barco, Luar 040, es un homenaje de Gades a dos amigos: "Bastantes disgustos te dan las mujeres como para ponerles el nombre de la barca donde navegas. Luar es por Ra¨²l, y 040, por otro compadre al que llamamos cero a la izquierda pero vale m¨¢s que 40 de derechas".
El destino del viaje, La Habana, tampoco es casual. Gades sigue siendo comunista irreductible: "Es un honor decir que me han echado de todas partes en las que estuve. Pero de Cuba no me apeo. En pol¨ªtica prefiero ser coherente que chaquetero. Todo lo que dicen de Cuba es una infamia".
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